Volvo incorpora la caja Powershift a las versiones DRIVe
Gracias a la preparación de los sistemas eléctricos y programas que controlan la caja de cambios, los consumos y emisiones no difieren mucho de los arrojados con la manual.
Hasta ahora, las variantes más respetuosas con el medio ambiente de los modelos de la marca sueca únicamente podían encargarse con la caja manual. Pero como para gustos hay colores, finalmente la transmisión automática Powershift de seis velocidades acaba de ser introducida a la oferta de los DRIVe. Y hay buenas noticias: esta opción no perjudica a las cifras de consumos y emisiones por las que se caracterizan.
Para encontrar esta caja de cambios en dichas versiones «verdes» hay que irse al bloque turbodiésel tetracilíndrico de 1.6 litros que produce 115 caballos de potencia y hasta 270 Nm de par. Este motor, aunque lo comparten muy diferentes productos de Volvo, suele registrar un gasto de combustible y emisiones de CO2 bastante similares en todos ellos, también con la transmisión Powershift.
Por ejemplo, en el S60 DRIVe se traduce en un consumo medio de 4,3 litros cada cien kilómetros y en unos 114 gramos de CO2 por kilómetro. En el caso de los V60, S80 y V70, los números ascienden ligeramente a 4,5 litros y 119 gramos. ¿Y cómo han conseguido los ingenieros de Volvo equiparar estos datos a los que da la transmisión manual?
En primer lugar, reduciendo la fricción generada entre los distintos componentes que forman la caja de cambios automática. También se ha reprogramado el software que controla a esta y al motor, el sistema Start/Stop se encarga de parar el coche a velocidades menores a 5 km/h y todos los sistemas eléctricos se han modificado para que consuman menos energía.
Fuente | Volvo
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