Volkswagen reacciona a las acusaciones de falsear los datos de sus motores diésel

que se ha extendido a lo largo de todo el mundo y lo que es peor, por toda la industria automovilística. De todas maneras, hay que relativizar y situar en su contexto lo ocurrido.

Los coches afectados por el software que ofrece datos erróneos sobre emisiones de gases contaminantes se situaban en el mercado estadounidense. Todo parecía indicar que se trataba de un fraude en el que se intentó falsear esos datos para conseguir la homologación en Estados Unidos. En principio parecía que los coches afectados ascendían a 498.000 unidades, pero en un comunicado en el que la empresa alemana reconocía su culpa, la cifra ascendía hasta los 11 millones de vehículos.

Indudablemente, este ha sido un golpe muy fuerte para la empresa, que ha quedado totalmente desprestigiada. Las autoridades de Alemania, Francia e Italia han ordenado una investigación en profundidad sobre los coches vendidos en sus territorios. Esto podría hacer que la cifra creciera algo más y que las sanciones acaben hundiendo las cuentas de la empresa, además de su prestigio, durante muchos años.

De hecho, en bolsa las pérdidas se cifran en casi 27.000 millones de dólares, a los que ha de sumarse los 7.200 millones de euros que se han preparado para hacer frente a los gastos directos que se derivan de esta crisis.

Desde Volkswagen han hecho público un comunicado en el que anuncian su reacción a esta situación tan anómala. Según este, los motores diésel que cumplen con la norma EURO 6 lo hacen escrupulosamente y no hay ningún problema para los usuarios europeos. Los motores afectados son los propulsores Type EA 189, y no hay afectado otro tipo de motor. Este está montado sobre los modelos Jetta, Beetle, Audi 3, Golf y Passat fabricados a partir del año 2008.

La rápida reacción de la marca reconociendo la trampa, entonando un mea culpa que no les exime de responsabilidad. El responsable de la marca, que llegó hace poco al sillón de la dirección general, Martin Winterkorn, ha sido destituido de forma fulminante y la marca se enfrenta a la crisis de reputación más grave de su historia. Desde luego, aunque son solo unos modelos concretos los afectados, Volkswagen va a tardar mucho en recuperar su imagen de coches prácticos, infalibles y con los mejores motores. Un grave error, buscado, que demuestra una vez más que los atajos no son siempre el mejor camino.