Un Volkswagen Golf de primera generación es capaz de arrancar tras llevar 20 años parado

Muchos son los vehículos que se están perdiendo en el olvido con el transcurso del tiempo, debido a que caen en un abismo donde no terminan de convertirse en un clásico puro y duro. Esto es algo que ha sucedido con uno de los vehículos más revolucionarios del mundo, el Volkswagen Golf. La primera generación de este exitoso compacto se ha perdido en el olvido a no ser que hablemos de la variante GTi. Sin embargo, un grupo de jóvenes polacos han conseguido revivir uno tras llevar más de veinte años parado.

El Volkswagen Golf es el representante por excelencia de los compactos, un tipo de vehículos que cuenta con un éxito rotundo. Fue en el año 1974 cuando salió de la fábrica alemana este pequeño gran modelo, con la intención de marcar un antes y un después. A día de hoy, ya existe la séptima generación del Golf, la cual será renovada en no mucho tiempo, dando paso a la octava entrega del compacto germano. Sin embargo, hoy adquiere protagonismo el Golf Mk1, concretamente una unidad procedente de Polonia.

El estado de este vehículo no es perfecto, puesto que muestra bastantes defectos a nivel de chapa. Encontramos óxido en las defensas, puertas y diferentes elementos de este veterano Golf. El interior presenta unas condiciones muy similares pero, sorprendentemente, muchos de los accesorios de serie siguen presentes en el interior del compacto alemán. Aún así, lo más importante es el corazón de este pequeño Golf.

El pequeño propulsor cuenta con bastante óxido en su interior y presenta una estética que no invita a intentar revivirlo. Sin embargo, este grupo de polacos han pensado lo contrario y han querido darle una segunda oportunidad a este Golf de primera generación. En la actualidad, es un vehículo muy cotizado, cuyo valor está aumentando progresivamente y si esta unidad se somete a una restauración íntegra, puede que el día de mañana se venda por una considerable suma de dinero.

Fueron necesarios varios intentos hasta que el corazón de 1.1 litros y 50 CV revivió y comenzó a ronronear de nuevo. Es sorprendente que, pese al estado general en el que se encontraba este vehículo, haya arrancado con un poco de insistencia. Algo de combustible y aceite fueron necesarios para lubricar las entrañas de este propulsor, con la intención de que no sufriese ningún daño más.

Sin duda alguna, la labor de realizar esta restauración tiene mucho mérito, puesto que los elementos que hay cambiar son varios. Sin embargo, que el motor haya conseguido arrancar pese a haber estado veinte años inerte es una muy buena señal. Esperamos poder volver a ver a este pequeño Golf verde circulando por las calles de Polonia.