Explorer Ford Coches Eléctricos
Al volante del Explorer, primer SUV eléctrico europeo de Ford
Con el nuevo Explorer EV, disponible con tracción trasera o total, dos niveles de potencia, una carrocería práctica y una autonomía razonable, Ford pretende acercar el SUV eléctrico a una mayor parte de la población.
Mantiene el nombre de otro modelo mítico de la marca del óvalo, pero en realidad muy poco tiene que ver con él, pues sus dimensiones son bastante más contenidas y su sistema de propulsión se limita exclusivamente a la energía eléctrica. Ha sido diseñado en Europa y fabricado en Colonia, promete más de 600 km de autonomía y anuncia potencias de recarga de hasta 185 kW.
La nueva edición está basada en la plataforma MEB del grupo Volkswagen, con quien comparte bastantes elementos mecánicos y eléctricos. Sus dimensiones se instalan en el centro de la categoría, con 4,47 metros de longitud, 1,87 de anchura y 1,63 de altura, con una distancia entre ejes de 2.770 mm. La capacidad de maletero anunciada es de 470 litros (1.460 si se abaten los respaldos posteriores) y la diferencia de peso entre las versiones de propulsión trasera o total no es muy llamativa: 77 kg. 2.090 kg la versión RWD y 2.167 kg el AWD.
Llama la atención la capacidad de prestación del nuevo Explorer, capaz de acelerar más rápido que un Ford Performance Focus ST con 340 CV, lo que significa que el Explorer AWD puede alcanzar los 100 km/h en 5,3 segundos y también tiene capacidad para remolcar hasta 1.200 kg. La variante de menor potencia alcanza el 0 a 100 km/h en 6,4 segundos y permite una velocidad máxima de 180 km/h, al igual que las versiones de tracción total.
Dos motorizaciones, dos sistemas de propulsión
La configuración de tracción trasera dispone de batería de iones de litio de 77 kWh, suministra 210 kW y 545 Nm de par máximo, mientras que las variantes de tracción total disponen de batería de 79 kWh (diferente configuración de las celdas), potencia de 250 kW y 545 Nm de par para el motor trasero y 134 Nm para el delantero. Más adelante se comercializará también una versión RWD de un solo motor con batería NMC de 52 kWh de capacidad, con 170 CV de potencia. Todas las versiones admiten carga en corriente alterna trifásica de hasta 11 kW.
Las cifras de consumo homologadas son muy llamativas para un modelo de estas dimensiones, potencia y peso, ya que la versión de un solo motor y propulsión posterior promete un gasto de 13,9 kWh/100 km, mientras que la variante más potente dotada de tracción total eleva el consumo energético a 15,7 kWh/100 km. De esta forma, las autonomías máximas WLTP se cifran en 602 km para la unidad de propulsión trasera y 566 km en la más potente y de mayor capacidad de batería. Donde sí hay diferencia es en la potencia máxima de recarga en corriente continua, ya que la batería pequeña admite picos de hasta 135 kW, la de 79 kW aumenta hasta 185 kW, lo que, en teoría, permitiría recargas del 10 al 80% en 26 minutos.
Interior espacioso y práctico
El diseño del habitáculo está muy cuidado, con elementos de buena terminación y gran calidad de ajustes. Resulta especialmente amplio y diáfano; además de contar con aproximadamente 470 litros de almacenamiento combinado -incluyendo la MegaConsola de 17 litros y el compartimento seguro My Private Locker-, todos los Explorer incorporan el sistema de infoentretenimiento conectado SYNC Move 2 con una pantalla táctil central ajustable de 14,6 pulgadas que se puede subir y bajar en un arco de más de 30 grados. No nos convence el sistema de accionamiento de las lunas laterales, heredado de Volkswagen y con solo dos pulsadores para las cuatro ventanillas (hay que activar un conmutador que selecciona las delanteras o las traseras).
El volante y los asientos delanteros calefactados, el asiento del conductor con función masaje y la carga inalámbrica del teléfono también vienen equipados de serie. Incluye una original barra de sonido para mejorar la calidad de audio, que puede ser reproducido a través de dispositivos inalámbricos conectados con sistemas Android Auto y Apple CarPlay.
Las versiones de terminación Premium añaden un sistema de sonido B&O de 10 altavoces e iluminación interior ambiental, llantas de 20 pulgadas y luces LED de matriz dinámica con luces largas sin deslumbramiento mediante segmentos independientes.
Los extras opcionales se limitan a un techo panorámico con más de 1 metro cuadrado de superficie acristalada y un paquete de asistencia al conductor que incluye el portón trasero manos libres, Head-up Display, cámara de 360 grados y sistema de cambio de carril asistido, funciones que se suman a las tecnologías de asistencia al conductor incluidas de serie, entre las que destaca el control de crucero adaptativo con función stop and go, alerta de detección de obstáculos en salida, entre otras.
Comportamiento suave y agradable
Como la mayoría de los modelos exclusivamente eléctricos, la suavidad, el silencio y la ausencia de vibraciones son las características más destacables a la hora de conducir. En el caso del Explorer se acrecientan estas características, pues resulta más silencioso que otros modelos competidores. Parece que el trabajo de sellado de juntas de estanqueidad ha sido más minucioso, pues no se perciben elevador suidos procedentes de la carrocería ni de la rodadura.
Precisamente este aspecto también es destacable, pues el coche pisa bien, transmite confianza y elevado placer de conducción, gracias a una excelente puesta a punto de dirección, suspensión y frenos. No resulta especialmente firme, pero las suspensiones logran filtrar bien las imperfecciones del terreno y se muestran muy cómodas y eficaces. La dirección es muy precisa, si bien parece tener demasiada asistencia, con lo que el movimiento del volante se produce de una forma excesivamente ligera que, a veces, obliga a realizar correcciones en la trayectoria. Los modos de conducción, a través de la pantalla central, tampoco parecen muy intuitivos, si bien es cierto que una vez conocido el funcionamiento del coche no plantean ningún problema.
El selector de cambio, idéntico al que emplean los eléctricos de Volkswagen, resulta cómodo de accionar, ya que se encuentra ubicado en la caña de la dirección, junto al volante, y no requiere separar mucho la mano para accionar el modo de mayor retención B, aunque, en alguna ocasión, se nos ha quedado en modo N (neutral) por girar el mando en sentido contrario.
Cuenta con un modo de conducción personalizable para modificar la respuesta del motor y, en las variantes de tracción total se complementa con un modo Trail que modifica la gestión del sistema de tracción para mejorar la adherencia.
Gama y precios
De momento se ofrecen dos opciones mecánicas con dos diferentes niveles de equipamiento: Explorer RWD 77 kWh y 286 CV cuyo precio de venta es de 46.562 euros; en acabado Premium cuesta 49.582 euros. El Explorer AWD de 340 CV, cuesta 55.851 euros y, en acabado Premium asciende a 58.851 euros, sin contar con ayudas estatales. Está disponible en seis colores diferentes (el Azul Artic metalizado no tiene sobreprecio), mientras que el blanco tiene un coste de 269 euros; el negro y el Magnetic metalizado cuesta 620 euros y los colores Premium Azul My mind y Rojo Lucid cuestan 878 euros.
En cuanto a los packs de equipamiento, el Paquete Driver, que incluye Head-Up Display, sistema de centrado de carril con asistente de cambio de carril, Active Park Assist (con 12 sensores), cámara 360º y portón trasero manos libres (de serie en Premium), tiene un precio de 1.610 euros en la versión básica y 1.130 en el acabado Premium.
Los asientos AGR, con reglaje eléctrico y función de masaje y memoria, disponibles para los dos acabados, tienen un coste de 610 euros. El gancho de remolque retráctil cuesta 900 euros; el techo panorámico (solo disponible en Premium) tiene un precio de 1.240 euros y la bomba de calor, disponible en ambos acabados, 1.300 euros. Las llantas de aleación de 21 pulgadas cuestan 1.200 euros para la versión estándar y 600 para la Premium.
Galería de Imágenes
Deja un comentario