Vídeo: el Toyota GR Yaris se atreve a retar al Nissan GT-R Nismo

El Toyota GR Yaris es el utilitario deportivo del momento, y no es para menos, ya que hacía mucho desde la última vez que se ofrecía algo así. Su puesta a punto lo convierten en una de las opciones más radicales del segmento, pero ¿tanto como para retar al mismísimo Nissan GT-R Nismo? Así es, el pequeño -pero matón- GR Yaris ha osado competir contra el titánico GT-R, el superdeportivo apodado como Godzilla, un coche que, a priori, es mejor en todos los aspectos que el utilitario japonés.

Y es que no debemos olvidar que el Nissan GT-R siempre ha destacado por contar con una relación prestaciones-precio muy difícil de superar. Esto mismo se puede aplicar sobre el GR Yaris pero lógicamente adaptado a su formato, y es por esto que tampoco resulta tan descabellado enfrentar a ambos vehículos.

En una primera instancia nos encontramos con el Toyota GR Yaris, un coche de competición con matrícula para circular por la vía pública. En sus entrañas se esconde un propulsor de tres cilindros sobrealimentado por turbo capaz de desarrollar 261 CV y 360 Nm de par, cifras que se gestionan por medio de un cambio manual de seis relaciones y un sistema de tracción inteligente GR-Four.

En el otro lado se ubica el Nissan GT-R, el rey de reyes japonés, un superdeportivo con prestaciones de hyperdeportivo a precio de deportivo premium, un trabalenguas, vamos. En su variante Nismo, el GT-R hace gala de un V6 de 3.8 litros capaz de desarrollar 600 CV y 652 Nm de par, lo que se traduce en un 0 a 100 en 2,8 segundos y una velocidad máxima de 315 km/h.

Con esta premisa, es obvio pensar que el GT-R puede fulminar al GR Yaris en línea recta e incluso en una pista abierta, pero ¿qué pasa cuando ambos se ven las caras en un circuito ratonero? Y es que la suspensión más dura y rebotona y el mayor peso del superdeportivo nipón le juegan una mala pasada, provocando que el GR Yaris se proclame vencedor.

Así es, el pequeño -insistimos: pero matón- Toyota GR Yaris ha conseguido completar la vuelta en 48.9 segundos mientras que el GT-R lo ha hecho en 49.3. No es una diferencia abrumadora, pero sí que lo es cuando pensamos en el abismo que hay entre ambos modelos en lo que a prestaciones se refiere. De esta manera, el utilitario deportivo vuelve a mostrar su valía al conseguir vencer -aunque en unas circunstancias concretas- al mismísimo Nissan GT-R Nismo.