El último deseo de un fanático del Pontiac Fiero

No acostumbro referirme a historias demasiado localistas, ni fantasiosas, pero leyendo un artículo en Jalopnik, no pude evitar postear la siguiente historia que conmoverá a más de uno.

El Pontiac Fiero, fue otro fallido intento de GM de introducir una variante en su ya remanido catálogo de modelos a mediados de los 80´s. Se trataba de un coche pequeño, un biplaza con claros intentos de ser deportivo y equipado con motor central. De hecho, fue el primer coche con motor central que construía un fabricante norteamericano. Por desgracia, el Fiero no logró mucha aceptación y fue discontinuado en 1988, quedando como un coche de culto solamente para fanáticos.

Y justamente a uno de esos fanáticos que se disponía a restaurar un Fiero, le fue diagnosticado cáncer terminal. Sin esperanzas, decidió terminar sus días en su casa, junto a sus padres. Su Pontiac Fiero, que había comprado por muy poco dinero, permanecía guardado a la espera de un milagro.

Gracias a una búsqueda en Internet, logró contactar con uno de los tantos clubes de Pontiac Fiero en EEUU, quienes desinteresadamente, restauraron el coche por su cuenta y corriendo con todos los gastos. Luego de algunos días de trabajo, el protagonista de esta historia dejó de lado su silla de ruedas y muletas, para sentarse en su flamante Fiero recién restaurado, una de las últimas cosas que hará en su vida.

Vía | Jalopnik