¿Tu coche hace ruidos raros? Ojo a estas señales

Si hay un propósito que deberíamos marcarnos cada año es el de cuidar más el coche. Esto va más allá de ser un apasionado o no del motor, ya que los cuidados supondrán, indudablemente, un ahorro. Se trata de detectar los problemas antes de que aparezcan y se conviertan en averías graves que supongan un buen desembolso de dinero.

Nunca está de más revisar nuestro vehículo cada cierto tiempo, así como todos sus componentes, líquidos o sustancias que influyan en su correcto funcionamiento. Los filtros, amortiguadores, neumáticos, frenos, iluminación, escape o la correa de distribución, son elementos que debemos cuidar o hacer lo posible por que estén en buenas condiciones. Por eso es tan importante el mantenimiento preventivo (antes de que muestre síntomas) como el mantenimiento correctivo (cuando algo comienza a fallar en el coche).

Cambios en el color del humo que sale del tubo de escape, sonidos que no son los habituales, testigos que se encienden o cambios en la respuesta del coche son “señales” o “chivatazos” que pueden indicar que algo no va bien. Es importante saber identificar estos fallos con antelación suficiente para evitar que termine siendo una avería grave y costosa. El coche es un medio de transporte que hay que cuidar, ya no solo por dinero, si no porque también hay averías que pueden provocar un accidente.

Ante estas preocupaciones, existen varios síntomas que presenta nuestro coche y pueden ayudarnos a identificar el problema, desde aquí queremos echarte una mano para identificarlos y saber la manera en la que influyen.

Testigos

Aunque parezcan obvios y el coche siga funcionando, es la manera que utiliza nuestro coche de comunicarse con nosotros e indicarnos que algo no va bien. Todos cuentan con un cuadro de instrumentos en el que se encuentran los testigos, aunque todo conductor debería conocer ese lenguaje, cada coche es un mundo, si se ilumina algún piloto que desconoces, búscalo en el manual de instrucciones, allí encontrarás toda la información relacionada con el piloto. Existen los testigos de alarma (color rojo) o los testigos de aviso (color amarillo). Como seguramente sabes, ante un testigo de color rojo hay que detenerse lo antes posible y no seguir circulando, mientras que un testigo amarillo puede permitirnos llegar conduciendo al taller. Los más importantes son:

• Testigo de fallo de batería
• Presión o nivel de aceite
• Fallo de motor
• Testigo de pastillas de freno desgastadas

Sonidos extraños

Si se detecta algún sonido que no es habitual, puede significar que hay algún problema o avería, especialmente en los vehículos eléctricos que no emiten sonido, aunque cuentan con un sistema de aviso acústico. Existen muchos ruidos que pueden surgir a lo largo del tiempo y, dependiendo de donde provenga, puede significar un problema u otro.

Por ejemplo, si se emite un ruido al cambiar de marcha, puede ser que los engranajes tengan demasiada holgura o que los cojinetes estén desgastados o que haya un nivel bajo del líquido de transmisión. Si el coche chilla o el ruido sólo se escucha cuando se frena y deja de oírse cuando se suelta el pedal del freno, puede deberse a un desgaste de las pastillas de freno, pero esto se soluciona fácilmente cambiando las pastillas antes de que se «coman» los discos. Por el contrario, si se escuchan ruidos en el motor, lo más recomendable es apagar el vehículo y llamar a una grúa hasta identificar la causa del posible fallo y que la cosa no vaya a mayores.

Los neumáticos también hablan, a veces emiten ruidos extraños debido a varias deformaciones en su goma. Un desgaste irregular puede suponer una dirección desalineada, ruidos en forma de turbina, ruedas mal equilibradas o incluso provocar problemas en los amortiguadores.

Dificultades al conducir

Ya habíamos comentado que es importante mantener los amortiguadores en un buen estado para una conducción segura y eficiente, pero aquí te mostramos los problemas que pueden ocasionar.

Si observas manchas de aceite en las ruedas o percibes que se producen oscilaciones al conducir, puede ser una señal de que los amortiguadores han dicho basta y no están cumpliendo con su función. Su rotura produce complicaciones en la conducción como que al frenar, el vehículo se desvía hacia los lados o se hunde, si el volante vibra mucho o si oyes un martilleo inconstante, suele significar que hay algún problema con la suspensión o un rodamiento.

El coche no reacciona bien

Si observamos que el vehículo produce sensaciones o comportamientos anómalos, es importante realizar una revisión. ¿El coche da tirones? Puede ser por problemas en la inyección de combustible, en la caja de cambios, válvula EGR en mal estado (encargada de reducir los gases contaminantes), un problema eléctrico o un catalizador que no está en buenas condiciones o incluso porque los filtros estén obstruidos.

Si, por el contrario, el coche pierde potencia al acelerar, puede ser por un problema de inyectores, del turbo o incluso por un filtro de aire en mal estado. Si al coche le cuesta arrancar, puede ser por un problema en la batería o en el motor de arranque. Igualmente puede ser por una avería en el alternador o un fallo en las bujías de los coches gasolina o los calentadores en los diésel.