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Triumph TR25, un homenaje eléctrico al pasado automotriz de la marca
Se cumplen 70 años del récord de velocidad logrado por el Triumph TR2 en 1953 y el estudio londinense Makkina lo conmemora con un prototipo denominado TR25
Triumph es una de las grandes marcas europeas de motocicletas pero lo que igual no sabías que también contó con una división de automóviles, algo que sucedió en 1919 cuando la compañía decidió embarcarse en el mundo de las cuatro ruedas. A pesar de las guerras, dificultades financieras y cambios de propiedad los automóviles de Triumph consiguieron aguantar en el mercado hasta 1984, momento en el que desaparecieron del panorama de manera definitiva.
A día de hoy tanto el nombre como los logotipos de Triumph son propiedad de BMW, quienes han permitido al estudio londinense Makkina utilizarlos para crear un precioso prototipo denominado TR25, con el que pretenden celebrar los 100 años de Triumph Motor Company además de los 70 años que se cumplen del récord conseguido por el TR2 en el año 1953.
Triumph desarrolló el TR2 MVC575, apodado como Jabekke debido a una población al norte de Bélgica donde se desarrollaban pruebas de velocidad. Fue ahí donde el TR2 conducido por el piloto Ken Richardson lograba alcanzar la velocidad de 124,889 mph, consiguiendo así hacerse con el récord de velocidad para automóviles de producción con motor de menos de dos litros. El Triumph TR2 «Jabekke» ahora se encuentra a buen recaudo en el British Motor Museum situado en la localidad inglesa de Gaydon, donde puede ser admirado por los visitantes al museo.
Ahora Makkina homenajea al TR2 con el concept TR25 que toma como base al BMW i3S, creando una reinterpretación moderna pero perfectamente identificable respecto al modelo original. Así nos encontramos con un prototipo de líneas simples y redondeadas, donde la aerodinámica juega un papel importante como en el TR2, presentando un frontal elegante, simple y tecnológico gracias a sus característicos faros delanteros, como también sucede en la zaga con un peculiar grupo óptico y un simple difusor trasero.
El habitáculo solamente es apto para una persona, la cual se sentará en un asiento tipo baquet y en donde dispondrá de los controles mínimamente necesarios con el objetivo de evitar distracciones y disfrutar de la conducción. El volante, también es una reinterpretación moderna del que portaba el TR2, cuenta con una pantalla en su zona central que muestra la información imprescindible mientras que, por detrás, una pantalla superior muestra información como la velocidad, los niveles de carga y la autonomía, aunque a través de mandos del propio volante también podremos acceder a datos y sistema de navegación del TR25 así como a sus modos de conducción.
Precisamente gracias a estos modos se podrá modificar la respuesta del motor eléctrico, del que no se especifican posibles datos de lo que podría equipar, aunque el par instantáneo y la aceleración prometen de ser de auténtico deportivo según Makkina. Además la plataforma del BMW i3S les ha resultado perfecta para crear un deportivo eléctrico, consiguiendo una distribución del peso cercana al 50/50, que junto al bajo centro de gravedad y sus dimensiones compactas le permitirían enlazar curvas con gran facilidad y precisión.
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