Toyota Yaris Hybrid vs Toyota Yaris WRC, dos maneras de afrontar el mismo modelo

Un mismo coche, dos versiones. Una pensada para circular por carretera y ciudad y otra pensada para ofrecer la mayor eficiencia en materia de competición. El Toyota Yaris Hybrid es la versión para que cualquiera que quiera probar este modelo se anime a lanzarse a la calle con él, mientras que el Toyota Yaris WRC es la versión que se ha creado para competir en el Campeonato Mundial de Rallies, que necesita unas contar con unas características que se exigen en la normativa marcadas por la organización de la competición.

Las diferencias entre ambas versiones están bien claras, sobre todo en el aspecto exterior. El modelo destinado al mundo de la competición es más dinámico y agresivo, buscando una mayor eficiencia aerodinámica. En esta versión se potencia la anchura de los neumáticos, así como aumentar la carga aerodinámica. Esto permite un mayor control al tomar las curvas, permitir que el coche se pegue al suelo de manera más eficiente. También se utiliza la canalización del aire para refrigerar determinados elementos mecánicos, como los frenos, suspensiones y motor.

Todos estos elementos, junto con una mayor superficie (el modelo de competición mide 1.877 mm de anchura frente a los 1 .695 mm del Yaris hybrid), hace que el coeficiente aerodinámico sea peor que en e caso del Hybrid. Este evita esos problemas y su resistencia al aire es inferior, por lo que mejora los resultados en materia de consumo y emisiones, que son inferiores en la versión de carretera.

En el interior del Yaris Hybrid se encuentra un completo equipamiento para que los ocupantes viajen cómoda y confortablemente. Equipa airbags, equipo de música, climatizador automático, pantalla digital… cosas que se notan a faltar en el equipamiento del Yaris WRC, que en cambio tiene un sistema de jaula que protege a los ocupantes en caso de vuelco durante las duras pruebas a las que se somete el coche.

El motor del Yaris WRC es de 1.6 litros, que es el tipo de propulsor que está marcado por la normativa de la competición y que ofrece una potencia de 380 CV. En cambio, el Yaris Hybrid cuenta con un motor de combustión de 75 CV y un motor eléctrico que aporta el equivalente a 61 CV. Estas cifras permiten un consumo de solo 3,3 litros cada 100 km y unas emisiones de 75 gr/km.

Dos maneras distintas de entender el mismo coche, uno preparado para ser un vehículo que marque la diferencia en una de las competiciones más duras del calendario deportivo y otro que lo quiere hacer en carretera, con unas condiciones que en lugar de potencia y control necesitan de contención y ahorro en consumo y pocas emisiones.