Toyota descarta el diésel y apuesta por coches eléctricos y de hidrógeno hasta 2025

Toyota es una de las marcas que ha decidido apostar por las nuevas tecnologías y decir adiós al diésel en su gama de vehículos. Un ejecutivo de la marca ha confirmado que el éxito de ventas de los coches híbridos ha demostrado que ya no es necesario ofrecer a los clientes vehículos diésel.

Didier Leroy, vicepresidente ejecutivo de Toyota en Europa, declaró en el reciente Salón del Automóvil de Tokio, que la marca podría no volver a poner en el mercado un coche diésel. «Desde mi opinión personal, no lanzaría otro automóvil diésel» dijo Leroy.

El objetivo principal de la marca en este momento es reducir los motores diésel y gasolina progresivamente a medida que los modelos se actualicen. El vicepresidente explicó en Tokio, que con el lanzamiento del Toyota C-HR y en su reciente anuncio de restyling, que no contaba con una opción de diésel, se ha confirmado el cambio de mentalidad del mercado y la caída de ventas de vehículos de combustibles tradicionales. El CH-R ha sido un gran éxito para Toyota en Europa, elevando sus ventas del 12% en 2016 al 30% este año.

Además, Toyota cree que en un plazo máximo de siete años, los vehículos impulsados por hidrógeno igualarán el precio a los híbridos. La marca espera reducir los costes de producción de vehículos de pila de combustible. «A principios de la década de 2020 lanzaremos la próxima generación de tecnología de pila de combustible de hidrógeno, lo que será un gran avance» dijo Naomichi Hata, director de desarrollo de negocio de Toyota.

Actualmente, Toyota produce alrededor de 3.000 unidades del Mirai al año y según Naomichi Hata, en 2025 esa cifra se habrá aumentado hasta diez veces. En el Salón de Tokio la marca ha revelado el segundo concepto de un coche de pila de combustible, el Fine Comfort Ride, un vehículo que tiene una autonomía cercana a los 1.000 kilómetros.

Desde Toyota esperan que los vehículos diésel se retiren gradualmente en toda Europa. Países como Gran Bretaña, Países Bajos o París ya han anunciado que próximamente prohibirán la venta de nuevos automóviles diésel.