De Tomaso finalmente cerrará
Los 20 millones de euros en deudas más lo que exigen los trabajadores por no pagar sus sueldos han obligado a la marca a abandonar del todo su sueño de resurrección.
Han bastado unos pocos días desde que anunciamos que la marca italiana utilizaba su último aliento para venderse para que reconocieran sus administradores que no quedaba otra. El intento de renacer De Tomaso ha fracasado estrepitosamente y, por lo tanto, la empresa deberá cerrar. Pero no es nada nuevo en la industria, porque la cantidad de problemas que llevaba arrastrando casi se acerca a la de Saab.
Las últimas noticias decían que un grupo inversor chino llamado Hoytrok había confirmado que iba a aportar setenta millones de euros para financiar su adquisición a Gianmario Rossignolo, el actual propietario. Pero tal y como pasó con las ofertas a otros compradores, nunca se hizo realidad. Tampoco cumplió el Gobierno de la región italiana de Piamonte ni el municipal de Grugliasco, donde está la fábrica de De Tomaso, cuando dijeron que les darían once millones en concepto de ayuda.
Sin embargo, la falta de dinero tendrá más consecuencias muy graves aparte de la defunción de la célebre marca italiana. Los sindicatos que representan a sus empleados, que hasta hace poco estaban colaborando en la búsqueda de una empresa que los rescatara, ahora se han puesto en pie de guerra. Los trabajadores hace muchos meses que no ven ni un céntimo de sueldo y no tiene pinta de que las protestas vayan a mejorar su situación.
Su enfado llegó hasta tal punto que uno de ellos, Giacomo Ricaldone, se ha encadenado a la verja del domicilio de Gianmario Rossignolo para exigirle que le pague el dinero que le debe. Y en una situación similar se encuentran los otros 1.157 empleados de De Tomaso. Desde luego es un recordatorio más de que reflotar una firma automovilística, por muy pequeña que sea, no es un juego: solo se puede hacer si verdaderamente hay recursos a largo plazo para mantenerla.
Vía | Autoplus
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