Tesla trabaja en varias versiones de sus celdas 4680 adaptadas a distintos tipos de vehículos
No todos los vehículos requieren packs de baterías con las mismas características, por lo que parece una buena idea adaptar las capacidades de las celdas en función de las necesidades.
El fabricante norteamericano está preparando una revolución en la tecnología de baterías con la introducción de cuatro variantes de su celda 4680 con cátodos recubiertos en seco, una innovación que promete mejorar la eficiencia y reducir los costes en la producción. Estas variantes, conocidas internamente como NC05, NC20, NC30 y NC50, están diseñadas para satisfacer diferentes necesidades de rendimiento en los vehículos eléctricos de Tesla, estando su lanzamiento al mercado previsto para 2026.
La NC05 se ha descrito como la «mula de carga» de la gama de baterías del fabricante, destinada a suministrar energía a vehículos como el próximo Robotaxi, la Cybertruck o el camión Semi, destacando especialmente por su vida útil prolongada y su fiabilidad. Esta celda ha sido desarrollado específicamente para todos aquellos vehículos que requieren durabilidad y consistencia de las celdas a lo largo del tiempo.
Por otro lado, la NC20 se espera que ofrezca un rendimiento sobresaliente en términos de autonomía y transferencia de energía instantánea, siendo adecuada para la Cybertruck en sus versiones más potentes y futuros modelos de Tesla con características similares.
Lo mejor de lo mejor
Las variantes NC30 y NC50 por su parte, son las más avanzadas de la serie, incorporando componentes de silicio en el ánodo, lo que mejora significativamente las propiedades de la batería en comparación con los ánodos de grafito puro. La NC30 está pensada para algunas versiones de la Cybertruck y de una futura berlina eléctrica, mientras que la NC50 se orienta hacia vehículos de alto rendimiento, como el futuro Roadster de segunda generación.
Según algunos expertos, la tecnología de recubrimiento en seco representa un avance significativo en la producción de baterías. Hasta ahora, el proceso húmedo ha sido la norma a seguir, donde la mezcla de materiales activos se aplica en forma de pasta y luego se seca en hornos enormes, un proceso que no solo es costoso en términos de energía empleada sino también en espacio y tiempo. El recubrimiento en seco elimina la necesidad de estos hornos, reduciendo así los costes de producción y el área necesaria para la fabricación, lo cual es una ventaja considerable tanto en términos económicos como ambientales.
Así pues, con estas cuatro variantes de sus celdas 4680, Tesla no solo busca mejorar la eficiencia y reducir costes, sino también adaptar cada tipo de celda a las necesidades específicas de diferentes modelos de vehículos, desde la robustez para el transporte pesado hasta la agilidad y potencia para vehículos deportivos eléctricos.
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