Tesla declara pérdidas de casi 800 millones en el primer trimestre de 2018 y debe enfrentarse a una acusación de plagio por parte de su máximo rival, Nikola
Tesla, la huida hacia delante de Musk produce incertidumbre sobre el futuro de la empresa
El continuo goteo de salidas de directivos de la compañía, junto a nuevos incumplimientos de los planes de producción están poniendo a Tesla en la picota.
Finalmente se consumó: Tesla no alcanzó su propio objetivo de producir 2.500 Model 3 en la última semana de abril y se quedó muy por debajo (2.020 unidades/semana) pese al ingente esfuerzo realizado por toda la plantilla en la factoría, con el propio Elon Musk al frente e incluso durmiendo en el suelo de la planta a modo de ejemplo para sus trabajadores.
El exceso de automatización aplicado a la producción en serie de las baterías y de los vehículos por estas impulsados pudo con el proyecto. Para tratar de rehacerse, Tesla tuvo que recurrir a soluciones semiautomatizadas más tradicionales como solución provisional mientras se solventaban los problemas e intentar así alcanzar los objetivos previstos, aunque finalmente no pudo ser.
Pero además de los problemas de producción Tesla ha tenido que afrontar la continua y más que sospechosa salida de ejecutivos de la compañía en los últimos meses. A la marcha de la cúpula financiera de la empresa, del director del programa de conducción autónoma Autopilot, y del jefe de ventas se suma la salida de Matthew Schwall, el principal contacto de Tesla con los reguladores de EE.UU, que acaba de fichar por Waymo la compañía de coches autónomos de Google. Igualmente destaca el “año sabático” que Doug Field, vicepresidente senior de Tesla se ha tomado.
Las acciones de Tesla han caído un 2,5 por ciento en los últimos días y acumulan ya un descenso superior al 5 por ciento en lo que va de año. Los directivos salientes de la compañía vendieron todos ellos sus respectivos paquetes accionariales en máximos antes de salir de la organización.
Pero Musk no se esconde y ha dado nuevamente la cara por Tesla y su futuro. El presidente de SpaceX decidió incrementar su paquete accionarial comprando él mismo un nuevo paquete accionarial de 33.000 títulos de la compañía, compra valorada en unos 10 millones de dólares aproximadamente, en respuesta a los rumores sobre la salida de determinados accionistas del capital de la compañía. A primeros de este mes de mayo, por primera vez desde que Tesla cotiza en bolsa, el número de acciones que se venden en el mercado de corto plazo superó los 40 millones, todo un síntoma de la creciente pérdida de confianza entre los inversores.
Musk ha vaticinado “la quema del siglo, en breve” para los inversionistas que han abandonado la compañía en los últimos tiempos. El financiero americano alude a las salidas de sus colaboradores como un plan para “adelgazar” la cúpula de la compañía y hacerla más operativa y rápida en la toma de decisiones y la aplicación de las mismas. Musk ha dicho que su plan contempla la “eliminación de actividades que no son vitales para el éxito de la empresa en la consecución de sus objetivos”.
Musk ha asumido directa y personalmente la dirección de la compañía en un intento de reconducir su camino antes de la próxima reunión de la Junta de Accionistas el 5 de julio, donde según todo apunta, distintos grupos de inversores podrían estar preparando su posible destitución como máximo dirigente de la compañía.
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