¿Tendrá Tesla 32 millones de coches eléctricos en la calle en 2040? Adam Jonas asegura que sí
Un analista financiero de Morgan Stanley prevé que la flota de vehículos de Tesla experimentará un crecimiento brutal en los próximos años.
Tesla quiere pasar de ser un fabricante de nicho a uno de gran volumen en los próximos años. Se trata de una transición compleja, que no ha conseguido ningún fabricante americano en los últimos 50 años. A pesar de ello, los analistas financieros de Morgan Stanley están convencidos de que la firma de vehículos eléctricos acabará convirtiéndose en una auténtico gigante automovilístico.
Adam Jonas, un renombrado analista de Morgan Stanley, ha publicado recientemente sus predicciones sobre el futuro de Tesla.
Esta fue la nota que escribió el analista a sus clientes: «Estimamos que las ventas globales de Tesla rondarán las 300.000 unidades a finales de 2017 y, mientras que a finales de 2018, dicha cifra aumentará un 80% hasta las 531.000 unidades».
Estas proyecciones se sitúan muy por debajo de las propias expectativas de Tesla. El fabricante de automóviles americano calcula que el ritmo de producción de su Tesla Model 3 alcanzará las 5.000 unidades por semana de aquí a finales de año.
No obstante, la predicción de Jonas a largo plazo es un tanto más interesante: «A principios de 2023, prevemos que la flota de coches de Tesla se habrá multiplicado hasta 10 veces en comparación con la de 2017. Mirando un poco más lejos, 2040, los pronósticos apuntan a que el número total de vehículos de Tesla en uso podría ser cercano a los 32 millones de unidades, es decir, 107 veces superior al nivel de 2017″.
Según el analista de Morgan Stanley, una gran proporción de esos 32 millones de coches provendría del programa de movilidad compartida de la firma americana, el denominado «Tesla Network».
Lógicamente, predicciones a largo plazo como ésta han de cogerse con alfileres. No hay que olvidar que ni si quiera las expectativas más ambiciosas de Tesla prevén un crecimiento tan masivo en su producción. Por no hablar de la evolución que tendría que experimentar la infraestructura de recarga de Tesla, tanto a nivel de supercargadores como de puntos de carga en destino y en centros urbanos, para abastecer tal cantidad de coches eléctricos.
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