Así funciona la suspensión activa predictiva del Audi A8
El Audi A8 equipa las últimas innovaciones tecnológicas, entre ellas la suspensión activa predictiva, capaz de aumentar el confort y la seguridad pasiva
Como buen buque insignia de la marca, la llegada de la última generación del Audi A8 supuso una revolución en cuanto a equipamiento y soluciones tecnológicas, con la llegada de sistemas hasta ahora no vistos y que sin duda están a la altura de lo que se espera de un vehículo de estas características y valor. Uno de estos sistemas que más llamó la atención en su momento fue la suspensión activa predictiva.
La suspensión activa predictiva del Audi A8 es mucho más compleja de lo que podamos pensar, cuenta con unos motores eléctricos de tamaño compacto situados cerca de cada rueda y que reciben suministro eléctrico del sistema principal de 48 V, además de estar controlados por la unidad electrónica de potencia. A través de una transmisión por correa y una transmisión armónica se puede aumentar el par del motor eléctrico casi 200 veces hasta los 1.100 Nm, que se aplica a un tubo giratorio de acero, el cual esta fijado a una barra de titanio precargada localizada en su interior que puede girar más de 20 grados. A su vez, desde el extremo del tubo giratorio, la fuerza a la suspensión se transmite a través de una palanca y una bieleta de acoplamiento, actuando en el suspensión delantera sobre la prolongación del muelle y en la suspensión trasera sobre el brazo transversal.
Gracias a este sistema la suspensión activa predictiva es capaz de contrarrestar el movimiento del muelle cuando, por ejemplo, estamos circulando por una superficie irregular. Pero no será la función principal, ya que a través del Audi drive select si seleccionamos el perfil Dynamic el Audi A8 se comportará como un deportivo, girando plano, haciendo que, por ejemplo, en un curva rápida con 1G de aceleración lateral la carrocería se inclina apenas 2 grados, una reducción de más de 3 grados respecto a una suspensión estándar. De esta manera, el A8 es muy estable, consiguiendo reducir al mínimo el balanceo en curvas o el cabeceo cuando aceleramos y frenamos.
Pero si antes lo que se buscaba era un mejor comportamiento en conducción rápida, si seleccionamos el perfil Comfort Plus el Audi A8 es capaz de ser extremadamente suave. Junto con una cámara de vídeo situada en el frontal, la cual recaba información de la superficie 18 veces por segundo, la suspensión activa predictiva puede anticiparse a cualquier bache o superficie irregular sobre la que circulemos. No será la única función del perfil Comfort Plus, ya que también reduce la fuerza transversal desde la entrada en curva, subiendo el lado exterior de la carrocería y bajando al interior, al estilo de como hace una motocicleta, consiguiendo que los ocupantes apenas noten la curva, especialmente entre los 80 y 130 km/h.
Y no solo compensará las fuerzas laterales, en este modo también vela por nuestra comodidad cuando se producen cabeceos al acelerar o frenar, haciendo que los ocupantes sean empujados contra el asiento en vez de contra los cinturones de seguridad. Una función muy curiosa en pro del confort también aparecerá cuando el Audi A8 se pare, ya que al accionar la manilla de la puerta para abrirla la carrocería se eleva en un abrir y cerrar de ojos 50 mm, haciendo así que tanto la salida como la entrada al habitáculo sea mucho más cómoda.
Aunque también la suspensión activa predictiva ha sido creada para aumentar la seguridad pasiva, siempre que se combine con el sistema Audi pre sense 360° integrado en el paquete City. Haciendo uso del control central de los sistemas de asistencia al conductor (zFAS), que recaba datos a través de sensores para identificar situaciones peligrosas, si detecta que va a haber un impacto lateral a más de 25 km/h la carrocería se eleva 80 mm del lado que va a recibir el impacto, absorbiendo mejor la energía de éste. Así se evita que la deformación que sufre el habitáculo y las cargas sobre los ocupantes, centradas especialmente en el abdomen y tórax, se puedan reducir en hasta un 50% respecto a una colisión lateral donde no se eleva la suspensión.
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