Subaru se convierte en director de orquesta gracias a los escapes de sus vástagos más deportivos

Hace poco hacíamos especial hincapié en como el arte se encuentra estrechamente vinculada al mundo del automóvil, puesto que esta se puede expresar a través del diseño o incluso del sonido. Este último atributo ha sido explotado por Subaru, una de las pocas firmas actuales que se mantiene fieles a una filosofía que, con el paso del tiempo, ha ido desapareciendo. Gracias a su conjunto de vehículos deportivos, la firma nipona ha querido obsequiarnos con un bella composición, la cual ha sido conferida gracias a los sistemas de escape y al carismático sonido de los motores bóxer.

Con esta premisa, la marca japonesa ha conseguido no solo dar protagonismo a su elenco de modelos, sino también reivindicar la deportividad y el arte como dos conjuntos que pueden ofrecer un maridaje muy atractivo. Sin duda alguna y como hemos apuntado en más ocasiones, el sonido de un vehículo es un sello de identidad que a día de hoy se valora mucho, sobre todo cuando se trata de modelos de corte deportivo como lo son aquellos Subaru gobernados por el apellido STI.

Un sonido equivalente a una dulce melodía

Muchos somos los que equiparamos el trabajo de un ingeniero con el de un Luthier, puesto que este último se encarga de crear instrumentos capaces de transmitir unas sensaciones inauditas. Este mismo papel es atribuido por los petrolhead a los ingenieros, los cuales son capaces de no solo generar sensaciones únicas con sus vehículos, sino también de proporcionar un sonido puro y dulce, capaz de erizar el bello de todo aquel que sea participe de esa magistral melodía.

Sin embargo, los deportivos contemporáneos comienzan a pecar de recurrir a sonidos artificiosos, exaltados por petardeos forzados o por emuladores que amplifican el sonido dentro de la cabina; pero, por suerte para nosotros, amantes del mundo del motor, aún contamos con marcas como Subaru que no han sucumbido a dicha moda dando lugar a un sonido muy carismático y que vemos reflejado en este curioso vídeo.

Mecánicas en peligro de extinción

En una primera instancia nos encontramos con el nuevo Subaru Impreza encabezando el cántico, el cual rápidamente es seguido por el WRX STI S208. Esta edición especial esconde en sus entrañas un corazón de 2.0 litros turboalimentado capaz de generar 328 CV y 431 Nm de par, unas cifras que se ven reflejadas en una refinada pero enriquecedora melodía.

Dicha tarea también la cumple a las mil maravillas el BRZ, un deportivo que cuenta con un motor de 2.0 litros atmosférico con 200 CV y 205 Nm de par. A esta orquesta también se une el Levorg STI, una variante del familiar que tan solo está disponible para el mercado japonés y que se encuentra movido por un propulsor también de 2.0 litros turboalimentado capaz de erogar 295 CV.

Con esta premisa, Subaru ha conseguido reunir a un ilustre conjunto de artistas dispuestos a encandilarnos con su pegadiza melodía, la cual ha sido acentuada por una serie de componentes que demuestran que el propio coche también puede servir para realizar música siempre y cuando contemos con un sonido limpio y un instrumento bien afinado.