Outback Subaru Familiar Pruebas
Subaru Outback, presentación y prueba en Madrid
Nos subimos a bordo del nuevo Subaru Outback, con cambios estéticos poco llamativos en el exterior e interior pero muy importantes a nivel de motores y transmisiones. Se incluye por primera vez el cambio Lineartronic en un motor boxer diésel. Además, disfrutamos de un día algo lluvioso para poder exprimir al máximo las bondades de este modelo.
La marca Subaru es sinónimo de tracción integral permanente (AWD) y está identificada con los motores boxer diésel desde 1966, cuando montó el primero en su modelo Subaru 1000. Desde entonces se han vendido más de más de 13 millones de motores boxer diésel en todo el mundo. Y hoy podemos probar el primer boxer diésel desarrollado íntegramente por la marca con su cambio Lineartronic, ya introducido en el modelo de gasolina.
Además, hemos probado el Subaru Outback en uno de los mejores escenarios posibles, con mucha lluvia y en condiciones de mucho agua sobre carretera, con poco o nada de tiempo para crear una galería en condiciones. En las fotografías podréis ver el modelo 2013 color plata con motor 2.0D y en color oscuro el 2.5i de 167 CV. Se diferencian claramente por la entrada de aire del intercooler del motor boxer diésel. En ambos casos, el cambio es el Lineartronic.
Cambio CVT en motores diésel
Esta cuarta generación, original de 2009, es la segunda en incorporar el motor bóxer diesel. El nuevo facelift de 2013 no hace más que afianzar la gama con un motor que incorpora como novedad un cambio CVT Lineartronic (transmisión variable continua), algo que los clientes de la marca tanto estaban esperando. De hecho, se prevé que en 2013, y a pesar de estar casi a mitad de año, el número de unidades vendidas de cada motor sea similar en el Outback.
Aunque esta nueva transimisión denominada por la marca Lineartronic se introdujo ya anteriormente en el motor de gasolina 2.5i que rendía 167 CV, es ahora cuando se adapta a este boxer diésel, permitiendo adoptar un rango de revoluciones más eficiente del motor, consiguiendo transmitir una sensación de suavidad en la conducción.
La nueva generación de Lineartronic posibilita, de esta manera, disponer de dos tipos diferenciados entre motores de gasolina y diésel con un funcionamiento común por medio de cadenas en lugar de correa metálica entre las dos poleas del variador, permitiendo de esta manera reducir cerca de un 5% el consumo del motor.
En esta segunda generación consiguen trasladar al boxer diésel con esta transmisión todos los beneficios que se podían contar de la primera en la versión gasolina; se sigue apreciando un bajo centro de gravedad, poca rumorosidad tanto en motores diésel como gasolina y un motor compacto y ligero, del que la marca puede presumir por ser desarrollado íntegramente por ellos.
En la parte práctica, el motor de gasolina aumenta su potencia hasta los 173 CV, que permiten ofrecer una respuesta inmediata y lineal al tocar el acelerador. El motor bóxer diesel también puede presumir de esta característica, pero sus 150 CV y su mayor peso en el eje delantero, hacen que la sensación sea distinta. La transmisión de 7 velocidades en modo manual ayuda fundamentalmente a la hora de reducir y utilizar el freno motor.
El concepto crossover
Ya son 17 años desde que la marca presentara el Subaru Outback en Europa (1 año antes en el resto) y la cuarta generación dice mucho del éxito conseguido, pudiendo ser precursores del llamado concepto crossover ligeramente evolucionado a SUV en la época actual.
Y no es únicamente por su carrocería de tipo familiar quien lo sitúe en ese segmento, sino más bien su tracción AWD o tracción total, que durante tantos años se ha ido montando en todos sus modelos y que tan bien han desarrollado. Porque aparentemente, y con el mayor respeto al resto de modelos de esta y otras marcas, quizá sea uno de los modelos que mayores sorpresas y buenas sensaciones nos ofrezca fuera de carretera.
El sistema AWD monta en la versión Lineartronic un diferencial central LSD viscoso con una distribución inicial del par en 45:55, corrigiéndolo automáticamente en caso de pérdida de tracción y soporta un alto par motor. En la versión manual el sistema es ligeramente diferente, con una configuración inicial del 50:50, pudiendo transmitir más par electrónicamente a las ruedas de más tracción. También se ha acoplado una suspensión mucho más rígida, sobre todo en el eje trasero.
De muchas situaciones nos ha podido sacar en particular a nuestro equipo de pruebas en Segovia o en nuestro viaje hasta París.
Cambios en el exterior e interior
Aunque desde la marca se quiere trasladar la idea de que es algo más que un facelift, por los cambios principales en los motores y transmisiones, con la llegada del motor comentado anteriormente, estéticamente no es más que un lavado de cara más interior que exterior.
En la parte delantera será donde más cambios podremos apreciar en la calandra y faros antiniebla, personalmente menos integrados en el paragolpes. Las llantas es otro de los elementos estéticos que evolucionan, alternando entre radios finos y más gruesos en la nueva versión. En la parte trasera no hay cambio como se puede apreciar en las fotografías.
Y si los cambios exteriores pasan desapercibidos, es en el interior donde aplaudimos la renovación: una consola central con un color gris grafito dejando atrás el gris plata de la anterior, mucho más elegante y con nuevos materiales en la consola central. No pasa desapercibido el nuevo estilo del navegador, tanto en mapas como en pantalla táctil multifuncional de 8 pulgadas.
En las plazas traseras el espacio sigue siendo igual de amplio, muy funcional incluso para tres adultos, con un maletero de 526 litros. Y es que, aunque goce de grandes dimensiones (4,79 metros de largo y 1,82 de ancho), el espacio interior es realmente atractivo y llamativo para familias con niños o personas aventureras que requiera gran espacio para transportar cualquier objeto voluminoso.
En materia de seguridad basta con ver el resultado EuroNCAP que lo dota con la máxima puntuación: 5 estrellas. En todas las gamas y acabados es idéntica y no existe variación alguna, pudiendo considerar la tracción integral permanente en todo momento como elemento de seguridad.
Precios y versiones
La gama consta de dos motores y tres acabados. El motor de gasolina 2.5i rinde 173 CV a 5.600 rpm con un par máximo de 235 Nm a 4.100 rmp y el boxer diésel 2.0D rinde 150 CV a 3.600 rpm con un par máximo de 350 Nm en el rango de 1.600 y 2.400 rpm y un consumo de 6,3 litros cada 100 km. Las emisiones aunque se han reducido, no se consigue bajar en ninguno de los dos el umbral del 9,75% de impuesto de matriculación, situándose en 175 g/km en el gasolina y 166 g/km en el diésel, perjudicando así el precio final.
Los acabados son Sport, Executive y Executive Plus para la transmisión manual, prescindiendo del Sport para la Lineartronic. El equipamiento en cada uno de ellos varía con respecto al anterior, pero el más básico (Sport) incluye ordenador de abordo, USB + Bluetooth, asientos calefactables, cámara de visión trasera, climatizador dual y llantas de 17 pulgadas entre otras.
El Executive añade faros de xenón, asientos de cuero y eléctricos en el conductor con memoria. El Executive Plus, tope de gama, cuenta además, con navegador, techo solar, entrada sin llave y botón de arranque. Los modelos Lineartronic añaden a su correspondiente acabado el cambio automático y las levas en el volante.
Diésel
- 2.0D manual Sport 33.700 euros
- 2.0D manual Executive 35.400 euros
- 2.0D manual Executive Plus 38.900 euros
- 2.0D Lineartronic Executive 37.400 euros
- 2.0D Lineartronic Executive Plus 39.000 euros
Gasolina
- 2.5i Lineartronic Executive 37.500 euros
- 2.5i Lineartronic Executive Plus 39.500 euros
En todas las versiones hay un descuento de 3.000 euros actualmente, válido durante el período de lanzamiento, a descontar de los precios mostrados.
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