A prueba Skoda Octavia Scout 2.0 TSI 190 CV: directo a la yugular de los SUV
En esta ocasión nos hemos puesto a los mandos del Skoda Octavia Scout, variante campera de la berlina que se presenta como una buena opción frente a los SUV.
Los amantes empedernidos de las berlinas y familiares temblaron tras la llegada de los SUV, segmento que aseguraba la erradicación de estos y de todo aquel que osase arrebatarles mercado. No en balde y para suerte de muchos, numerosas firmas han sabido cómo crear una gama de modelos en la que los SUV y las berlinas conviven en paz y en armonía, y un claro ejemplo de ello es Skoda. La firma checa sigue apostando por modelos como el Octavia o el Superb, que se mantienen al pie del cañón y que no pretenden irse a ninguna parte.
En Highmotor hemos decidido poner a prueba al Skoda Octavia Scout con el propulsor 2.0 TSI de 190 CV para responder a dos preguntas: ¿es un familiar con tintes camperos capaz de desbancar a un SUV? Y, ¿merece la pena hacernos con un Octavia de la generación anterior pese a que el nuevo está a punto de aterrizar en el mercado? Pues vamos a responderlas.
Imponente y sin miedo a llenarse barro
Skoda siempre ha destacado por apostar por un diseño sobrio, sencillo y que funciona. Es cierto que el restyling de la generación del Octavia que está a punto de abandonar el mercado causó mucho revuelo y polémica por la división a la que se enfrentaron los faros delanteros; pero lo cierto es que la variante Scout presenta ciertos elementos bastante atractivos que harán que los pasemos por alto.
El frontal, imponente y agresivo gracias a esta versión, se encuentra gobernado por una parrilla cromada y por los criticados faros separados que, a mi parecer, tampoco son motivo de escándalo. La defensa, aderezada por una protección de los bajos plateada, muestra ese ADN montañero de la mano de una altura libre al suelo más prominente y por una cubierta rematada en plástico negro.
La zaga sigue siendo una zona que también quiere dejar claro el objetivo de las variantes Scout de Skoda. Y es que pese a contar con la sobriedad propia del Octavia Combi convencional y de sus pilotos tradicionales, nos encontramos con un defensa que vuelve a recurrir a esa protección ya avistada por delante y a un protector en plástico negro que no da lugar a los endemoniados escapes falsos.
Un habitáculo sobrio pero con todo lo necesario
Es cierto que Skoda está empezando a despuntar con sus interiores de la mano de esta última remesa de modelos que se avecina, pero el Octavia que hoy nos ocupa recurre a unos cánones de diseño algo más serios y conservadores. Pero no quiero que me malinterpretéis, ya que esto no debe ser contemplado como algo negativo, todo lo contrario.
Tras un volante multufinción completamente redondo se instaura un cuadro de mandos analógico, de los de toda la vida. Aunque es cierto que sí que he echado en falta el Virtual Cockpit -una opción muy interesante y que ofrece numerosas soluciones de forma intuitiva-, la pantalla táctil de 8 pulgadas cumple con creces al mostrar un comportamiento muy fluido y al permitirnos conectar nuestro smartphone a través de Apple CarPlay o Android Auto.
En lo que respecta a la habitabilidad, no hay pega posible para el Skoda Octavia Scout. Las plazas delanteras son amplias y cómodas, y los reglajes eléctricos del asiento del conductor nos permitirán encontrar una buena postura sin dificultades. Lo mismo se puede aplicar a las plazas posteriores, las cuales muestran una anchura y un espacio libre tanto para la cabeza como para las piernas sobresaliente. Aunque eso sí, la plaza central es algo escueta debido a un respaldo ligeramente inclinado y a un túnel de transmisión algo prominente.
El maletero, que en esta versión declara 610 litros de capacidad, goza de una boca de carga completamente plana, aspecto que nos ayudará a introducir nuestros bártulos sin grandes complicaciones. A esto debemos sumarles una calidad interior francamente buena, sensación que transmiten los ajustes de las piezas independientemente de que la gran mayoría sean de plástico duro. Aún así, el cuero y distintos materiales blandos han sido empleados para recubrir las zonas que mas frecuentaremos con nuestras manos.
Listo para cualquier terreno
Sin embargo, es el apartado dinámico el punto álgido de esta prueba que hoy nos ocupa, aspecto más interesante y revelador de todas las que realizamos. Pero, antes de entrar en materia, debo presentaros formalmente al esquema mecánico que incorporaba el Skoda Octavia Scout que me acompañó durante una semana, y el cual se encontraba protagonizado por el ya conocido cuatro cilindros 2.0 TSI de 190 CV y 320 Nm de par.
Se trata de un propulsor suave y muy capaz, dos rasgos que le acredito gracias a sus prestaciones y a una entrega de la potencia muy lineal. Y es que pese a que sentiremos un contundente empuje -gracias a la entrega inmediata del par- en los primeros pasos del tacómetro, entre las 1.500 y 4.100 rpm, lo cierto es que el motor del Skoda Octavia Scout muestra un comportamiento tranquilo y apaciguado.
Pero no me malinterpretéis, ya que sus prestaciones son más que suficientes para abordar cualquier viaje o incluso realizar alguna escapada off-road. Esto se intensifica de la mano de la transmisión automática de siete relaciones DSG y de la tracción 4×4 tipo haldex que incorporaba la unidad de pruebas.
No obstante, es en autopista donde el familiar checo estira las piernas y se predispone a ofrecernos un rodar sosegado y tranquilo de la mano de una muy buena insonorización, algo que se acentúa gracias a la baja rumorosidad de su propulsor. No en balde, un tarado de la suspensión más bien duro hará que los rotos del asfalto se noten con más intensidad de la que nos gustaría, defecto que también saldrá a relucir en el mundo urbano. En este terreno es relativamente sencillo obtener una media de consumo de 6,5 litros/100 kilómetros.
Pese a que no es imposible afrontar la urbe a los mandos del Scout, sin lugar a dudas no es donde más cómodo se siente. Esto se debe a sus 4,68 metros de largo y 1,81 de ancho, contundentes cuotas que provocarán que aparcar en ciertas zonas o maniobrar en lugares angostos se conviertan en tareas poco agradables. La suspensión dura vuelve a hacer acto de presencia, aunque es cierto que una buena visibilidad y las diferentes ayudas al estacionamiento harán que el Skoda Octavia Scout sea algo más apto para la ciudad. Aquí es fácil que el consumo suba hasta los 8,7/9 litros a los 100 kilómetros.
Pero, ¿qué pasa cuando nos enfrentamos a una ruta off-road? Lo cierto es que debemos ser conscientes de que no estamos conduciendo un todoterreno al uso, sino un familiar elevado con ciertas concesiones para circular fuera del asfalto. No obstante, su sistema de tracción total, su altura libre al suelo -17 cm- y un control de descenso muy útil, nos permitirán realizar ciertas maniobras impensables con una berlina tradicional.
Sin embargo y pese a las dimensiones que declara, el Skoda Octavia en su variante Scout sigue presentando un buen paso por curva en el que prácticamente no se aprecian los balanceos de la carrocerías. Es cierto que los 1.526 kilos que declara y su dirección poco comunicativa -aunque con un buen peso- no ayudarán a determinar con diligencia la trazada, pero tampoco es un coche ideado para cumplir con dicho cometido.
Pero es precisamente su buen hacer en la carretera y sus características de 4×4 las que me hacen determinar a este familiar como una mejor opción frente a muchos SUV de su rango de precios, los cuales tampoco presentan cualidades off-road mejores que las del Scout y cuyo mayor centro de gravedad y suspensiones blandas provocan unos balanceos de la carrocería que no encontraremos en el checo.
Conclusión
Es cierto que el Skoda Octavia se encuentra a punto de decirnos adiós para dar paso a la nueva generación, de la cual muy pronto conoceremos sus precios. No obstante, si estás buscando un vehículo relativamente asequible, con ciertas capacidades fuera del asfalto y con una muy buena habitabilidad interior, el Skoda Octavia Scout es tu coche.
Con un precio de partida de 34.730 euros, nos encontramos con un coche con una relación calidad-precio difícil de superar; y, aunque puede que no sea una cifra apta para todos los bolsillos, debemos tener en cuenta que la firma checa está intentando deshacerse de todas las unidades de stock, lo que puede ser un buen momento para beneficiarnos con un buen descuento en la compra del Skoda Octavia Scout.
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