Así es el Škoda 1100 OHC que la marca ha restaurado por el 120º aniversario de Škoda Motorsport
Tras varios años de milimétrico trabajo Škoda consiguió restaurar al único 1100 OHC Coupé que queda en el mundo después de haber sobrevivido a un accidente
Corría la primavera del año 1956 cuando en Škoda comenzaron con el proceso de diseño de uno de sus vehículos más icónicos, el 1100 OHC, el cual se terminó en 1957 con la creación de los dos primeros ejemplares descapotables de plástico reforzado con fibra de vidrio. Unos dos años más tarde, entre 1959 y 1960, Škoda creó los dos primeros coupés del 1100 OHC con carrocería cerrada, los cuales contaban con componentes de sobra probados de los modelos de producción de la marca.
Estos Škoda 1100 OHC contaban con una peculiaridad respecto a los Škoda Sport y Supersport que se crearon a finales de la década de 1940, los cuales estos últimos contaban con un concepto de diseño que se basaban en un tubo central con horquillas para montar un motor OHV en la parte delantera, mientras que en el 1100 OHC se soldaron tubos de pared fina crear un bastidor rígido a la par que ligero, además de contar con una suspensión trapezoidal en el eje delantero y un eje de acoplamiento con brazos de arrastre en el eje trasero.
De esta manera Škoda pudo situar el motor del 1100 OHC detrás del eje trasero y, junto con la transmisión de cinco velocidades y el diferencial lograron casi una distribución de pesos perfecta. El motor utilizado era un cuatro cilindros en línea atmosférico con los cilindros y el cárter fabricados en aluminio, basándose en los del Škoda 440 «Spartak» pero superando a éste con creces, ya que el 1100 OHC era capaz de entregar una potencia de 92 CV que, junto con un peso pluma de 555 kg, conseguía alcanzar los 200 km/h. Para la frenada se confiaba en unos frenos de doble circuito, además que para reducir la masa no suspendida utilizaba frenos traseros de tambor montados en el engranaje del propio diferencial.
La carrera deportiva de sendos coupé del Škoda 1100 OHC duró poco, concretamente entre 1960 y 1962, hasta que en 1966 fueron vendidos a compradores privados que desgraciadamente destrozaron en accidentes de tráfico posteriormente. El primero de ellos tuvo un accidente sin daños personales que terminó con un incendio que lo destruyeron por completo, aunque algunas piezas pudieron rescatarse para alojarse en el Museo Técnico Nacional de Praga y posteriormente donadas al museo de la marca. El segundo de ellos, el que se ha restaurado, tuvo montado un motor donado por un Felicia mientras el original se conservaba en la escuela de formación profesional de la marca y muchas piezas que se salvaron se usaron para la restauración.
El único Škoda 1100 OHC renace de sus cenizas
Gracias a los expertos del Museo Škoda y a que todavía se guardaba la documentación técnica original en buen estado, los expertos de la marca pudieron embarcarse en el proyecto de restaurar el Škoda 1100 OHC para dejarlo como un vehículo totalmente funcional, no sin ello pasar por dificultades. La parte más difícil fue la restauración de la carrocería, donde los técnicos del Museo Škoda y del centro para la construcción de prototipos de Škoda tuvieron que trabajar codo con codo.
En esta parte del proceso de restauración ambos equipos se basaron en escaneos de los dibujos 2D a escala 1:1 para crear una cuadrícula tridimensional, para posteriormente visualizar y corregir los distintos aspectos, especialmente en la parte delantera y alrededor de las luces. Luego se crearon modelos en miniatura y otros modelos de los bordes de la parte delantera y de la trasera de la carrocería a escala 1:1, para que una vez esta parte superara la aprobación de los técnicos se procediera a trabajar en los tabiques, los pasos de rueda y otros elementos de la carrocería.
Una vez comenzó el proceso de restauración en el vehículo original, la carrocería se creó a partir de láminas de aluminio de 0,8 mm y 1 mm de espesor que se soldaron de manera manual y moldearon a la vez que se iba avanzando en el proyecto de restauración para terminar pintándola de rojo. Además, para que el proyecto terminara con éxito, muchos elementos menores eran similares a los de otros vehículos de la época así que, por ejemplo, los tiradores de las puertas son los de un Škoda 1200 Sedan, algunos interruptores y la llave de contacto eran los mismos que en un Škoda 440 «Spartak» y el Octavia, mientras que el volante de plástico con diseño de tres radios era el de un Škoda Popular.
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