Estos son los sistemas de retención infantil más seguros en octubre de 2021

El RACE ha presentado el Segundo Informe Europeo de Sistemas de Retención Infantil, SRI, que se ha realizado durante este 2021. En estas pruebas se han puesto de manifiesto los resultado de las pruebas a las que se han sometido 27 modelos de sillitas infantiles. A grandes rasgos, los resultados no son malos, pero cabe destacar que ningún modelo se ha alzado con la puntuación de «muy buena».

Así mismo,  catorce modelos han conseguido la segunda mejor puntuación y ocho modelos la tercera puntuación. Según el propio RACE, «estos sistemas de retención infantil no solo superan claramente los requisitos legales, sino que los fabricantes han tenido en cuenta nuestros elevados estándares para ensayos de consumo a la hora de desarrollar sus productos. Por el contrario, cuatro se quedan en la penúltima de las puntuaciones, y una silla ha sido incapaz de superar la nota mínima del test».

Estas son las sillas que han superado las pruebas de seguridad

Nos centramos en la sillas que han obtenido una calificación más baja o de dos estrellas. Se trata de sistemas de retención infantil convertibles, es decir multigrupo. Estas son las que van desde el nacimiento hasta los doce años. Estos modelos son Murphy de Lettas, Tres XL de Nuna, Seat4Fix de Chicco y Seat4Fix Air de Chicco.

Según los propios informes, «el desarrollo de este tipo de sillas estuvo sujeto a una serie de consideraciones que tienen un impacto negativo en la seguridad y el uso. Las cargas más elevadas de los maniquíes en los ensayos de impacto, el gran peso que dificulta la instalación y los tipos de instalación necesarios para un uso tan prolongado hizo el riesgo de errores por parte de los usuarios, lo que en última instancia conlleva calificaciones inferiores a la media».

El único modelo que no cumple con los requisitos sobre sustancias nocivas es la Oreo 360 II de Osann. La muestra tomada de la funda de la silla contenía ftalatos DPHP que pueden dañar la tiroides y la pituitaria. En estas pruebas europeas en las que participa el RACE se miden cuatro aspectos fundamentales como son la seguridad, la ergonomía, las sustancias perjudiciales e incluso facilidad de uso.

La seguridad en un sistema de retención infantil tiene la misión de «proteger al niño incluso en accidentes como los que se tienen en cuenta en el presente ensayo. Los accidentes simulados en este test son más graves que los previstos al establecer los requisitos legales».