Ser millonario y tener una pista privada en casa
Una pista privada enclavada en el corazón de Australia no envidia nada de cualquier pista de carreras alrededor del mundo. Construida por el ejecutivo millonario Dean Wills, la pista mide 5,1 kilómetros de extensión con 22 curvas, garage e instalaciones auxiliares.
Lo siguiente que continuaría al deseo de ser millonario (que me imagino que la mayoría de vosotros quisiera serlo) sería el hecho de tener una pista de carreras dentro de la casa. Es decir, aqui no solamente nos vamos a conformar con tener tanto dinero como para comprarnos un deportivo para cada día de la semana, sino que pediremos más: un tramo de asfalto en donde no tienen importancia los límites de velocidad, ya que nosotros seremos amos y señores.
El ejemplo ha sido aplicado al pié de la letra por el australiano Dean Wills, un ejecutivo retirado que ha trabajado en Coca-Cola, que se ha construido una pista bastante intrincada y que no envidiaría a cualquier otra pista de Fórmula 1, con 22 curvas y sus propias instalaciones de esparcimiento y servicio, en el corazón de Australia.
La historia comenzaba en 1996, cuando la policía de Sidney le quitaba a Wills su licencia de conducir de por vida, por correr con su Ferrari F512 por un camino secundario. Contemplando su colección de deportivos, la peor pesadilla de este millonario se hacía realidad: no poder conducir ninguno de sus coches.
Luego de un año de construcción y de unos 10 millones de dólares invertidos en las tierras y en la construcción de la pista, cobraba vida la pista privada de Dean Wills. Con poco más de 5 kilómetros de extensión, tiene todo tipo de curvas y un par de rectas, además de combinarse con el recorrido de una pista de karts dedicada a sus nietos y bisnietos. La pista se usa bajo las reglas de su propietario: nadie puede competir contra otro coche, ni siquiera se toman los tiempos; solo se trata de divertirse, corriendo en un sentido o en otro, sin siquiera protecciones, en lo que parece un típico camino secundario.
Entre los invitados de la pista, se cuentan a personajes que invariablemente son asiduos integrantes del jet-set. Aquellos que pueden llevarse su Lamborghini o Ferrari a dar unas vueltas en la pista y que se hayan ganado la amistad de Wills. Entre los visitantes, se menciona a Jack Brabham, ex-piloto de Fórmula 1 y a Wayne Gardner, ex-campeón mundial de motociclismo.
Vía | Ferrari Magazine
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