Los sensores de luz y nuestros hábitos al volante

Cuando se incorpora una nueva tecnología a los coches está claro que buscar en algunos casos mejorar nuestra seguridad o simplemente mejorar nuestra comodidad al volante. Pero hay que tener en cuenta que la tecnología a veces también tiene errores y ahí es donde está nuestro papel como conductores en corregirlos.

¿Porqué digo esto? Me refiero concretamente a los sensores de luz, un equipamiento muy extendido en nuestros coches pero que muchas veces relevan a un segundo plano nuestro sentido común como conductores. Es un equipamiento práctico para el 90% de las ocasiones pero hay veces que no se encienden nuestras luces cuando deberían.

Después de haber probado varios coches a lo largo de estos años, casi todos ellos disponían de esta tecnología, he encontrado bastantes diferencias a la hora de encender las luces. No quiero entrar a valorar la cantidad de luz ambiental que hay cuando se conectan automáticamente las luces, que depende de cada modelo pero en general apenas hay diferencias.

El problema es la lluvia o la niebla no muy espesa. Algunos sensores se conectan también cuando hacemos uso intensivo de los limpias del coche o cuando detecta que está lloviendo, esto debería ser lo normal puesto que en días de lluvía la visibilidad desciende y siempre es recomendable poner las luces. Pero no todos los sensores funcionan así.

Es curioso porque fijándome estos días en algunos coches por la calle, cuando llovía los que no llevaban las luces puestas eran modelos que conocemos, en los cuales no se accionaban las luces al llover. Dicho esto, nosotros como conductores debemos prestar atención a la conducción y si nuestro coche por un determinado motivo no pone las luces porque no salta el sensor, pero sí consideramos que debemos llevarlas hay que prestar atención y ponerlas.

La tecnología está muy bien pero no es perfecta y jamás debemos supeditar nuestra seguridad a un sensor, puesto que en este caso concreto que hoy os cuento, el vehículo en cuestión no era muy visible con el riesgo que eso conlleva, y con una solución tan sencilla como poner manualmente las luces.