Segunda campaña de revisión para el Porsche 911 GT3

Guillermo Arnal     23 julio 2015     2 min.
Segunda campaña de revisión para el Porsche 911 GT3

Doce unidades deberán pasar de nuevo por el taller tras detectarse averías en la distribución del motor 3.8 de seis cilindros opuestos. La marca prefiere reemplazar el bloque entero para acortar el tiempo de reparación. Cuatro ejemplares afectados son «Ring-Taxis» del circuito alemán de Nürburgring.

El Porsche 911 (991) GT3 deberá acudir de nuevo al taller más de un año después de la campaña a revisión que se produjo a comienzos de 2014. El fabricante alemán ha contactado con los propietarios de la versión para que lleven su unidad al punto de venta más cercano y los mecánicos procedan a cambiar el motor por segunda vez.

En esta ocasión, la cantidad de afectados es mucho menor. Porsche ha concretado que tan solo una docena de GT3 necesitarán un nuevo propulsor. Según informa Motoring.com.au, cuatro de ellos forman parte de la flota de los llamados «Ring-Taxis» que ofrecen una visita turística a toda velocidad por la sección norte del circuito alemán de Nürburgring.

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El portavoz de Porsche Thomas Becki ha declarado al medio australiano que los ingenieros achacan esta avería a la distribución del motor de seis cilindros opuestos y 3,8 litros de cilindrada. «Reparar estos motores hubiera supuesto un tiempo superior al aceptable para nuestros clientes, así decidimos reemplazarlos y arreglarlos posteriormente», ha explicado.

El proceso se efectuará en el centro técnico de la marca en Weissach, a unos 29 kilómetros al noroeste de Stuttgart, y los motores defectuosos se destinarán a mejorar el I+D. «Estos propulsores se utilizarán internamente como repuestos en investigaciones de modo que el coste general resulte asumible», ha apuntado Becki.

La primera revisión, anunciada en febrero de 2014, obligó a Porsche a instar a los dueños de los 785 GT3 modelo 2014 fabricados hasta entonces a no conducirlos tras incendiarse, como mínimo, dos unidades en Italia y Suiza. Tras unas semanas de desconcierto, los ingenieros dieron por fin con la tara al mes siguiente: lo que generó su quebradero de cabeza era un tornillo mal apretado junto a la biela que podía dañar el cárter, originar una fuga de aceite y la consiguiente chispa que hiciera arder el coche.

Ni entonces ni ahora se ha informado de ningún daño personal que hayan podido sufrir los propietarios de estos GT3.

Vía | Motoring.com.au


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