SEAT Toledo 1.6 TDI, prueba (Diseño exterior, interior y acabados)

Durante estos últimos días, el equipo de pruebas de Highmotor se ha puesto al volante de la cuarta y nueva generación del SEAT Toledo. En la primera parte arrancamos el motor 1.6 TDI de 105 CV. Además, comprobamos el comportamiento en carretera junto con los consumos que era capaz de conseguir este diésel de baja cilindrada.

En esta ocasión, continuamos la prueba de la berlina española tratando los acabados del habitáculo, el diseño tanto exterior como interior y la habitabilidad, siendo este último apartado el punto más fuerte del vehículo, colocándose muy por encima de sedanes de mayor tamaño.

Cuando a finales del 2012 SEAT presentó al mundo el nuevo Toledo, se criticó en gran medida un diseño muy similar respecto al León. Las líneas de la carrocería fueron concebidas con el objetivo de conseguir una berlina compacta sin renunciar al espacio interior, pero por otro lado, sufrió un cambio radical respecto al Toledo de tercera genearción. En SEAT han dejado de lado el fracasado intento de monovolumen para volver a las formas tradicionales del modelo, un sedán.

El frontal muestra un vehículo con un gran aplomo gracias al uso de líneas nítidas, de una parrilla con forma trapezoidal y por supuesto, por la acentuada entrada de aire en la parte inferior. En la parte trasera, el pilar A ha sido ensachando y ello conlleva un aumento de los ángulos muertos en la zona trasera-lateral. La visibilidad en la parte delantera es buena.

Los faros, tanto delanteros como traseros, son convecionales y dan un amplio campo de visión de noche. De día siempre se mantienen encendidos en función diurna.

Lo más destacable, como veníamos diciendo, es el interior del SEAT. Sorprende como con un tamaño inferior a los 4,5 metros de longitud se ha conseguido obtener un habitáculo tan sumamente espacioso. Tal es así, que los ocupantes de cualquiera de las cinco plazas irán más cómodos que en el Exeo, el hermano mayor del Toledo.

Cuatro personas pueden viajar perfectamente e incluso un quinto. Los diseñadores de SEAT han realizado una consola central muy pequeña y simple, donde únicamente se encuentra la palanca de cambios, el freno de mano y el resposabrazos delantero. Las puertas y el salpicadero se han visto reducidos en gran medida.

El maletero, con una capacidad superior a los 500 litros, permite almacenar cuatro maletas grandes sin problema alguno. A ello también ayuda la facilidad con la que se pueden cargar dicho equipaje. Los asientos abatibles permiten aumentar en más del doble la capacidad de carga del vehículo.

Los asientos, ofrecen un buen confort. La posición de conducción permite ser modificada tanto en altura, lejanía como en la inclinación del asiento. Además, no es necesario desviar en gran medida la vista de la carretera para controlar la pantalla táctil o el sistema multimedia. Desde el volante (de cuero perforado) multifunción podremos visualizar desde el GPS hasta contestar o hacer llamadas de teléfono. El reposabrazos delantero, permite ser ajustado, y es idóneo para trayectos largos.

Al subirte al coche, una primera visión nos hará pensar que estamos ante un vehículo con una calidad de acabados correcta para su precio (12.900 euros, del Reference gasolina con PIVE incluido) o incluso superior por lo que estamos pagando. Una doble combinación de colores entre el salpicadero y la tapicería de tela ayudan a conseguir esa impresión dando una imágen del vehículo bonita, elegante y llamativa.

Los plásticos, al igual que los de su competencia, son duros, pero dan la sensación de haber sido fabricados para durar y no para satisfacer el tácto del cliente. La tela de los asientos ofrece un mayor agrado al tacto, al igual que el volante, la palanca de cambios y el freno de mano.

Un SEAT León está mucho mejor acabado que el Toledo, en cambio el sedán ofrece un mayor espacio interior y gran maletero a precio contenido.