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SEAT León, Presentación y prueba en Salamanca (I)
SEAT nos invitó a la presentación y prueba del nuevo SEAT León en Salamanca. Durante un fin de semana hemos tenido la oportunidad de conducir la tercera generación del compacto español.
El pasado Viernes 8 de Marzo, SEAT invitó a un grupo de periodistas y antiguos propietarios de la marca para probar en tierras salmantinas el nuevo León de cinco puertas. Highmotor estuvo allí y durante los próximos párrafos os contaré las impresiones que he podido sacar del compacto español así como transcurrió el fin de semana en el evento.
SEAT nos había citado en un exclusivo hotel del centro de Madrid donde recoger los coches para ir camino de Salamanca mientras recorríamos las bellas provincias de Segovia y Ávila. Más de veinte vehículos nos esperaban en el parking, y allí, se encontraba mi unidad, un León rojo 2.0 TDI 150CV manual con el acabado FR. El viaje prometía.
Nada más abrirlo, los cuatro faros full LED se encienden para darnos la bienvenida. Su moderno diseño nos muestra a primera vista que estamos ante un vehículo completamente nuevo, nada tiene que ver con la anterior generación. Desde su plataforma hasta su diseño es diferente. El León ha dado un fuerte cambio, todo en él es mejor.
El acabado FR -la única versión que tuve la oportunidad de probar- se diferencia del resto de la gama por un paragolpes delantero más agresivo, una parte posterior con pequeños cambios en el diseño, ofreciendo a sus clientes un aspecto más deportivo y juvenil. Por último, los tubos de escape cromados y una carrocería que se encuentra más cerca del suelo terminan de mostrar que no estás ante un León cualquiera.
En el interior, el volante y los asientos son muy deportivos, ofreciendo estos últimos una sujección lateral realmente buena. Es muy espacioso, permite que personas de más de dos metros de altura puedan conducir sin problemas. Además, el habitáculo ha cambiado enormemente respecto a la anterior generación del modelo. Los plásticos son mucho más blandos, y por fin, la pantalla táctil, desde donde controlar la radio, el GPS y los datos del vehículo, se encuentra en una posición alta que nos permite no tener que desviar en gran medida la vista de la carretera.
Su aislamiento permite realizar viajes comodamente aunque es cierto que se cuela algo de ruido de rodadura y aerodinámico en el interior del habitáculo.
Ajustamos el puesto de conducción y arrancamos por primera vez el motor. En el habitáculo, nada nos dice que estamos ante un diésel, no hay ruidos ni vibraciones típicas del antiguo 2.0 TDI del grupo VAG. Pisamos el embrague, metemos primera y salimos. El embrague es duro y la palanca de cambios necesita una adaptación, al principio es fácil equivocar una marcha con la otra.
Durante los primeros kilómetros conduzco en el modo Sport. El motor responde antes y la dirección se vuelve más dura. No hay más cambios. En las versiones FR, también podemos escoger un modo Normal, Eco e Individual. Este último, permite modificar a nuestro gusto diferentes parámetros de nuestro vehículo. En Eco, la dirección eléctrica es demasiado blanda, de ahí mi decisión de partir en Sport.
Salimos todo el grupo en carabana dirección Salamanca. Era un día muy lluviso donde las precauciones al volante tenían que ser máximas. Según iban pasando los minutos, empiezo a sentir como si la dirección fuese muy poco precisa en las curvas, pero estaba equivocado. Tras hablar con mis compañeros, descubrimos que mi unidad del SEAT León traía como extra el cambio involuntario de carril. Nunca antes lo había probado, así que en la primera curva que encontré, solté las manos del volante. Funciona a la perfección. Durante 10 segundos, el coche se encarga de conducir por tí.
En carreteras nacionales a alta velocidad con lluvia, el coche mantiene su trayectoria como si le fuese la vida en ello. Tiene un gran aplomo y nada nos hace pensar que podamos perder el control del coche. La culpa de ello lo tiene el bajo centro de gravedad de la nueva plataforma que utiliza el León, el Golf y el A3.
La principal pega que encontré el primer día fue que, al menos en el acabado FR, es un coche incómodo y que cada hora y media necesitas parar a descansar. La suspensión es demasiado dura para la clase de vehículo que es.
A velocidades de autovía, el SEAT León es un coche que permite mantener conversaciones sin elevar la voz. El ruido del motor apenas es perceptible en el interior, aunque el aerodinámico está algo más patente, pero sin llegar a ser molesto.
Imágenes | Equipo de pruebas
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