Seat Ibiza FR 1.4 TSI ACT, prueba (motor, prestaciones, comportamiento y consumo)
Seat nos ofrece una alternativa con un toque deportivo y un motor gasolina solvente y prestacional. Hablamos del Ibiza TSI ACT, que esta semana ha pasado por nuestras manos para realizar una análisis a fondo. En esta primera entrega os hablamos de los elementos mecánicos y la conducción.
Esta semana en el apartado de pruebas de Highmotor os traemos uno de los urbanos más apreciados por el mercado español.
Hablamos del Seat Ibiza, que con más de 30 años de historia a sus espaldas, sigue contando con multitud de adeptos, máxime en esta versión tan tecnológica y especial, equipada con un motor 1.4 TSI con desconexión automática de cilindros (ACT).
Motor y prestaciones
La unidad de pruebas monta uno de los motores más modernos y tecnológicos del Grupo VW. Hablamos de un propulsor de gasolina encuadrado dentro de los TSI, que en esta ocasión pertenece a la familia EA-211, lo que implica una serie de mejoras respecto a los EA-111 como un bloque de aluminio, un peso 22 kg menor y nuevas cotas. Además, la distribución es por correa, y no por cadena como en los EA-111. Este modelo en concreto hace hincapié en la economía de uso, incorporando un watercooler que beneficia el rendimiento en caliente, así como bombas optimizadas e inteligentes. Por supuesto, está asociado de serie a un sistema Start&Stop de buen funcionamiento.
El propulsor ofrece un total de 140 CV y 250 NM, cifras más que suficientes para mover al Ibiza con una ligereza y facilidad asombrosas. La transmisión es manual de 6 relaciones, sin posibilidad de incorporar un cambio automático de doble embrague como sí hace su hermano, el VW Polo BlueGT, que nos permite escoger también una DSG de 7 velocidades.
Las cifras prestacionales nos dan buena cuenta del nivel del conjunto. Es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 7.8 segundos, alcanzando una velocidad máxima de 210 km/h.
Estas cifras se plasman en la carretera en forma de una conducción fácil, agradable y sencilla. No falta potencia en ningún momento, y el motor es capaz de moverse a bajas vueltas y marchas largas sin problema, ofreciendo además unas recuperaciones muy decentes que nos permite olvidarnos de los cambios la mayoría de las veces.
La característica más llamativa de este motor es el sistema de desconexión de cilindros (ACT). Se trata de una tecnología que el Grupo VW lleva tiempo perfeccionando. Básicamente, se trata de un sistema que desactiva los cilindros 2 y 3 cuando la demanda de potencia es baja. En unas condiciones de baja carga, un sistema electrohidráulico varía la posición de las levas correspondientes en el árbol de levas, haciendo que las válvulas de los cilindros 2 y 3 no se abran. De esta manera, no se inyecta combustible.
Para que este sistema funcione, el pedal del acelerador debe estar pisado menos del 25%, y las revoluciones han de oscilar entre 1.500 y 4000. Por supuesto, se deben cumplir otras condiciones como una temperatura correcta de los fluidos del propulsor o una orografía no demasiado empinada.
En una conducción normal, es difícil percibir el funcionamiento de este sistema (máxime en el Ibiza, que no cuenta con ningún tipo de indicación que nos avise de la entrada en acción del mecanismo, algo que sí encontramos en diversos VW, Audi o Seat). Sin embargo, si ponemos algo de atención, notaremos como en ocasiones el sonido del motor se vuelve ligeramente más ronco, a la vez que alguna vibración parásita se cuela en el habitáculo.
Comportamiento
En líneas generales, el Ibiza es un coche que podríamos calificar de honesto. No trata de engañarnos, siempre se muestra noble y fácil a la hora de conducirlo. Su bastidor no esconde grandes misterios, con un eje delantero con suspensión McPherson y un eje trasero con ruedas tiradas mediante eje rígido.
La amortiguación se muestra algo más dura que en otros Ibiza, gracias al aumento de la rigidez propio de los modelos con el acabado FR. Permite afrontar las curvas con seguridad y aplomo, manteniendo siempre ese toque divertido y deportivo del que Seat hace gala en todas y cada una de sus creaciones.
El equipo de frenos, con discos ventilados de 288 mm en el eje delantero y discos macizos de 230 mm en el eje trasero, muestra una buena respuesta a la hora de detener el vehículo. A esto también ayuda la monta de neumáticos de nuestra unidad, unas Bridgestone Potenza re050a en medida 215/45/17, muy adherentes pero a la vez poco ruidosos en circulación normal.
La dirección, con asistencia electrohidráulica, muestra un tacto firme y seguro, bastante directo a la hora de afrontar virajes. Sin embargo, no es todo lo informativa que nos gustaría, algo que sucede, todo hay que decirlo, en la mayoría de los vehículos actuales debido a las asistencias eléctricas. Por otro lado, es muy agradable a la hora de maniobrar, ya que permite realizar giros casi sin esfuerzo.
Consumo
Es la hora de hablar de los consumos. El Ibiza, con este propulsor, homologa unos consumos muy bajos, conformándose con 5,9 litros en ciclo urbano, 4,0 litros en extraurbano y 4,7 litros en ciclo mixto. En nuestra semana de pruebas los consumos no han sido tan bajos, y en cualquier circunstancia se han movido del orden de 1,5 litros por encima.
En carretera es donde muestra su faceta más ahorradora, ya que si somos cuidadosos con el acelerador, es posible conseguir cifras por debajo de los 6 litros, que ya de por sí es una buena marca para un vehículo de 140 CV, gasolina, y con un peso que ronda los 1.200 kg.
En la próxima entrega os contaremos todos los detalles de su diseño y su maletero. ¡Os esperamos!
Fotografía | Daniel Valdivielso
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