Seat Exeo 2.0 TDI 143 CV, prueba (parte I)
Tengo que reconocer que cuando vi el modelo por primera vez a fondo, en el Salón de Barcelona no estaba muy convencido de que fuera a triunfar el sucesor del mítico Seat Toledo por su gran parecido al Audi A4. Por más que lo miraba, lo único que cambiaba era ligeramente el frontal (en vez […]
Tengo que reconocer que cuando vi el modelo por primera vez a fondo, en el Salón de Barcelona no estaba muy convencido de que fuera a triunfar el sucesor del mítico Seat Toledo por su gran parecido al Audi A4. Por más que lo miraba, lo único que cambiaba era ligeramente el frontal (en vez de aros aparecía la famosa ‘S’) y en la trasera (ponía Exeo en el centro en vez de A4 en un lateral) pero el perfil era idéntico y no se salvaban ni los pilotos traseros.
Cuando me subí por primera vez en esta unidad de la foto, pensé ¿me he equivocado de concesionario? porque la similitud interior ya era demasiado y sólo el volante me hacía pensar que no me había equivocado. Su parecido es realmente indiscutible pero hasta en la tecnología y acabados del salpicadero, por lo que es una ventaja: nos llevaremos un Audi al precio de un Seat. Y es que realmente hay una diferencia notoria, ya que con el equipamiento de base, el motor 2.0 de 143 CV que es similar al del Audi, lo encontramos por 26.500 euros (descuentos de campañas y plan SeatE aparte) mientras que el A4 lo encontramos por casi 6.000 euros más.
Y como las comparaciones son odiosas, vamos a centrarnos en el producto nacional que es a lo que hemos venido.
Motor y prestaciones
Aunque nuestra idea inicial era probar el modelo diésel más potente, para comprobar las diferencias con el Ford Mondeo, decidimos elegir el más económico (tan sólo 0,4 l/100 según consumos oficiales) para compararlo con la berlina en consumo y no en potencia. El motor de 2 litros diésel turboalimentado ofrece 143 CV de potencia y 320 Nm de par motor entre 1.750 y 2.500 rpm y consiguiendo una aceleración de 0 a 100 km/h en 9,2 segundos y una velocidad máxima de 214 km/h según datos oficiales.
La transmisión manual de 6 velocidades es la más adecuada, puesto que la 6ª velocidad se agradece mucho en autopista, bien para desahogar el motor o bien para conseguir unos consumos mucho más ajustados y reales que se acercan al oficial. De hecho, como veremos más adelante, en nuestro caso se ha conseguido obtener el consumo oficial extraurbano de 4,3 l/100 lo que permite hacer kilómetros sin afectar mucho el bolsillo. Los desarrollos de las marchas están ajustados correctamente, y permiten una amplia zona de revoluciones en los que el motor trabaja óptimamente y donde más par ofrece. Además, al llegar a las casi 2.500 ó 3.000 rpm (aunque el corte de inyección se sitúe en 5.000 rpm) deberemos pensar en cambiar, bien porque no perderemos potencia en una marcha superior y porque tendremos la seguridad de ir optimizando el consumo.
Según mi opinión este motor es el óptimo para una berlina de este tipo, tal y como están las cosas por las carreteras. Además de tener un consumo más bajo que el otro motor diésel, pisar demasiado el acelerador por determinadas todas las autopistas puede ser motivo de sanción, así que doblemente económico. Es un motor muy dinámico y elástico y en ningún momento se echa en falta aceleración ni velocidad punta (esto último por razones obvias no lo hemos comprobado) pero sí que los motores del grupo VAG tienen la característica de ofrecer en milésimas de segundo lo que le estás pidiendo al pisar el acelerador, algo que no pasa en otras marcas.
En lo que respecta al confort de la marcha, tanto la ruidosidad del motor fuera y dentro del habitáculo es bastante reducida. Rodando a 140 km/h apenas se oye el motor y las líneas exteriores, que permiten un ligero silbido del aire, producen un sonido apenas imperceptible tanto si se lleva la radio como si no. A mayor velocidad, como es lógico, se comienza a escuchar más fuerte, pero para nada es molesto. Además, la posición de los asientos es cómoda en todas sus plazas, siendo incluso en las traseras de una amplitud para acomodar 3 adultos perfectamente.
El cambio manual con su palanca idéntica a la de modelos quizá más deportivos como son Ibiza y León ofrece un cambio rápido y preciso, aunque no más allá de la poca deportividad que le hemos exigido a la unidad. Recordemos que no se pretende hacer competiciones con este modelo, sino ir de viaje cómodo y seguro. Para las carreras hay otros con más espíritu de deportividad.
Y la siguiente parte como siempre nos dedicaremos al coche en sí, tanto al espacio interior como al exterior.
Fotos | Javi Vicente
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