SCOOP, el proyecto en el que Renault prepara las infraestructuras para los vehículos autónomos
El proyecto SCOOP, iniciado en el 2014 para probar tecnología destinada a vehículos autónomos, comienza sus pruebas en circulación real con 1.000 Renault Megane
Una de las principales dificultades que tendrán que salvar los vehículos autónomos es la comunicación, por un lado con las infraestructuras y, por otro lado pero no menos importante, entre el resto de vehículos autónomos que se encuentren circulando. Este punto quizás sea el más crítico, ya que por ejemplo en una intersección, nuestra seguridad depende directamente de la correcta comunicación entre los vehículos implicados.
Trabajando en este sentido se encuentra directamente Renault para el amparo del proyecto SCOOP, un proyecto que se está realizando en Francia en el que colaboran distintas entidades como el Ministerio de Transición Ecológica y Solidaria francés, las colectividades territoriales, los gestores de infraestructuras, las universidades y los centros de investigación y estudios científicos. SCOOP comenzó su andadura en el 2014, y ahora tras tres años de investigación, por fin se encuentra lo suficiente maduro como para echar a rodar en simulacros reales.
Para ello Renault utilizada nada menos que 1.000 unidades de Renault Megane, que se fabricarán por cierto en la planta española de Palencia, para desarrollar la conectividad entre vehículos (V2V) y entre vehículos e infraestructuras (V2X). Estos modelos irán destinados a clientes de flotas, quienes participarán de manera directa en el proyecto utilizando estos Megane, preparando el ecosistema de los vehículos autónomos y conectados del futuro.
El sistema de SCOOP se basa en una caja de a bordo instalada en estos Renault Megane, la cual emite mensajes de alerta, utilizando un protocolo de comunicación de altas prestaciones por ondas de radio de tipo WiFi; utilizando además la última generación de tecnologías ITS G5 con una frecuencia específica de 5,9 GHz, caracterizada por estar adaptada precisamente a los objetos en movimiento y por ofrecer un alcance de hasta 1.000 metros.
Una vez el coche comienza rodar, el protocolo controla en todo momento que los mensajes que recibe sean auténticos, para pasar a actuar en tiempo real evitando así cualquier tipo de colisión. Además, gestores de infraestructuras como SANEF en Francia, podrán enviar a todos estos vehículos mensajes con información relativa a las condiciones de circulación, obras, velocidades permitidas y los posibles accidentes o obstáculos que haya en la calzada.
Pero esto no acaba solo aquí, ya que una serie de captadores y calculadores instaladores en el vehículo se encargan de recoger distinta información sobre él, como por ejemplo la velocidad del vehículo, el ángulo del volante, la potencial falta de adherencia de los neumáticos relacionada con las condiciones climáticas, la puesta en marcha del limpiaparabrisas o la activación de los airbags entre otros. En caso de detecta un problema, el vehículo en cuestión envía un mensaje de alerta al resto de modelos con SCOOP instalado, los cuales a su vez se encarga de avisar a los servicios de emergencia en caso de producirse un accidente importante.
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