Sacrílegos: el 38% de los norteamericanos comprarían un coche chino y el 30% un coche hindú
Datos muy reveladores, sobre cambios de hábitos asociados a una mala situación económica y conjugado con la invasión china a los productos de consumo, ha dado a conocer una encuestadora norteamericana especializada en la industria automotriz. En ella se revela que el 38% de los estadounidenses se compraría un coche chino, mientras que el 30% […]
Datos muy reveladores, sobre cambios de hábitos asociados a una mala situación económica y conjugado con la invasión china a los productos de consumo, ha dado a conocer una encuestadora norteamericana especializada en la industria automotriz. En ella se revela que el 38% de los estadounidenses se compraría un coche chino, mientras que el 30% escogería un coche fabricado en la India.
La encuesta abarcó un abanico de público con edades que variaron desde los 29 a los 16 años de edad, los que se esperan que en unos años sean una parte importante de su mercado de consumo. La preferencia estuvo por debajo del porcentaje de los vehículos coreanos, con el 49%.
Sin duda que en esta decisión ha influido un menor precio final, aunque a costa de una calidad inferior como ya hemos comprobado en Europa con algunas marcas chinas que se han atrevido a comercializar sus productos. Y como el ser humano es un animal de costumbres, no puede sustraerse a la virtual invasión de productos móviles o electrónicos que llegan desde China, más baratos pero imitaciones al fin, para pasar a ver con buenos ojos a los vehículos chinos.
Estos datos ya han hecho que más de un norteamericano ponga el grito en el cielo, en defensa de su amada industria que, por cierto, sigue ocupando el primer lugar de preferencia (seguidos de cerca por alemanes y japoneses). Sin embargo, se estima que la curva de penetración de los vehículos chinos haga el mismo recorrido que la de los vehículos coreanos en su momento: una espiral ascendente que durará algunos años, para después estabilizarse. Aunque si vemos las cifras de Hyundai o de Kia, no se ha estabilizado, ni mucho menos.
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