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Rolls-Royce Spectre Black Badge: lujo absoluto con un toque deportivo

El Spectre Black Badge no es un Rolls-Royce convencional pensando para viajar con chofer, sino para sentarse al volante, sacarlo del garaje y disfrutar de una conducción deportiva.
Cuando uno sueña que va viajando en un Rolls-Royce, siempre va sentado en las plazas traseras mientras el vehículo se desplaza a velocidad de crucero. Este tipo de vehículos siempre han destacado por el nivel de lujo que ofrecen, pero no por otras capacidades como su paso por curva a altas velocidades o, en definitiva, su caracter deportivo.
Así ha sido siempre, pero eso no significa que vaya a seguir siéndolo. El Rolls-Royce Spectre Black Badge ha venido para cambiarlo todo, poniendo patas arriba el concepto que teníamos de los vehículos de la marca británica de lujo.
El Rolls-Royce Spectre Black Badge destaca en primer lugar por ser totalmente eléctrico, pero también por ser aún más potente que el modelo convencional, con un total de 485 kW de potencia y 1075 Nm de par, lo le permite alcanzar los 100 km/h desde parado en poco más de cuatro segundos. Se trata, por tanto, de un vehículo rápido, muy rápido y también muy potente, con el rendimiento suficiente para brillar en la pista.
Esto no te lo esperabas en un Rolls-Royce
El carácter deportivo del Rolls-Royce Spectre Black Badge se ve además potenciado al ser uno de los pocos vehículos de la marca, sino el único, que cuenta con un modo de conducción deportiva. Con el nuevo «Infinity Mode» que incorpora, el conductor puede disponer de toda la potencia disponible para imponerse a sus rivales. Pero eso no es todo, ya que si donde se quiere dominar es en la salida desde parado el nuevo «Spirited mode» es similar al launch control que podemos encontrar en cualquier vehículo deportivo y nos ayudará a realizar una aceleración óptima con este monstruo de 2.9 toneladas de peso.
Los ingenieros de Rolls-Royce han modificado también los amortiguadores, con el fin de mitigar la caída de la parte posterior al acelerar y el hundimiento del frontal al realizar fuertes deceleraciones. Este ajuste de los amortiguadores en esta versión Black Badge ha permitido además limitar también el balanceo al encarar curvas sucesivas. Adicionalmente, el cuidado al extremo del detalle ha llevado a los ingenieros de la marca a incrementar el peso del volante, con el fin de mejorar la experiencia y el disfrute del conductor.
El talón de Aquiles del Black Badge es, por otro lado, su autonomía. Tal y como ocurre con otros muchos vehículos con versiones de alto rendimiento, si se mantiene el mismo pack de baterías y se incrementa la potencia, como resultado la autonomía se ve afectada negativamente. Bajo el ciclo de homologación EPA, el Rolls-Royce Spectre Black Badge es capaz de recorrer 266 millas -429 km- con ruedas de 22 pulgadas, y 251 millas -404 km- con ruedas de 23 pulgadas.
Llegados a este punto, seguramente te estarás preguntado cuánto cuesta esta maravilla. Pues bien, no creo que me equivoque si te digo que seguramente se va a salir de tu presupuesto, ya que el precio base de esta versión Black Badge del Rolls-Royce Spectre arranca en el mercado estadounidense en los 490 mil euros. Esto es 70 mil euros más que la versión convencional, a lo que habrá que sumar además el coste de cualquier opción que queremos añadir en la configuración inicial. En cualquier caso, siempre es bonito soñar.
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