Rolls Royce Phantom cara a cara
No pudo ser a la semana siguiente, pero, como más vale tarde que nunca, aquí tenéis la continuación de aquel inolvidable día de la aventura con el Lamborghini Gallardo en Marbella. Tras bajar del Lambo, el señor del concesionario nos dijo que tenía más coches para enseñarnos y que nos los iba a enseñar, ¿Recordáis […]
No pudo ser a la semana siguiente, pero, como más vale tarde que nunca, aquí tenéis la continuación de aquel inolvidable día de la aventura con el Lamborghini Gallardo en Marbella.
Tras bajar del Lambo, el señor del concesionario nos dijo que tenía más coches para enseñarnos y que nos los iba a enseñar, ¿Recordáis el Rolls Royce Phantom que había dentro del concesionario? La primera vez que lo vi le saque varias fotos desde el cristal, lo normal que hace un forofo de los coches cuando ve un modelo por el estilo. Lo que no sabía yo es que lo iba a poder segregar saliva desde una posición más privilegiada.
Una vez dentro del concesionario pude ver que el Phantom no estaba solo, ya que tenía como compañeros a un Corvette Z06 y a un Rolls Royce Corniche. Justo cuando estaba sacando la cámara para retratar al largo Phantom (si alguno tiene la suerte de verlo en directo podrá observar que se pierde en el horizonte) el señor me dijo que aguardase dado que algunos clientes no quieren que saquen fotos a sus coches. Como veis por clara evidencia el dueño fue condescendiente y accedió sin problemas.
Tras sacar la llave de una caja fuerte las puertas de esta majestuosidad británica se abieron para darle paso a mis ojos a gozar contemplando la madera, el cuero, y hasta el último detalle de aquel interior impoluto. Pero rompamos la magia, ¿Sabéis cuanto cuesta una simple alfombrilla? El precio asusta bastante… cada una vale 2000 euros, asusta pensar que las motas de polvo puedan llegar a reposar sobre ella.
También en el caso de este pude escuchar el sonido de su motor al encenderse y al ralentí; no hice la famosa prueba de poner una moneda de canto en el salpicadero pero os puedo asegurar que aquello no era más que un grave murmullo de cilindros, doce para se exactos, bajo el capó. Sus 460 cv son solo pasto de raras ocasiones ya que estos coches persigue ante todo ser una balsa navegando en aceite, es algo que se puede además comprobar in situ ya que cuenta con un indicador de la potencia que se está usando en cada momento.
Y… eso es todo. Esperemos que si hay próxima vez por esas tierras os pueda traer algo mejor y diferente, pero de esta no me quejo. Tan solo agradecer el trato ofrecido por el concesionario en todo momento y la bondad con la que me hicieron pasar un rato inolvidable.
Fotos | Pedro L.
un comentario
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Que suerte tienes tio!!
Pero veo a veces coches de alta gama porque vivo en Palma de Mallorca ;P