El Rolls-Royce Cullinan no tiene complejo de nada y se lanza a desafiar la dureza del desierto

Miguel Lorente     15 octubre 2020     2 min.
El Rolls-Royce Cullinan no tiene complejo de nada y se lanza a desafiar la dureza del desierto

El todocamino de lujo más exclusivo se llena de arena en un vídeo donde demuestra que, a pesar de su halo, es un vehículo capaz de transitar por el desierto

En las áridas tierras del desierto, en aquellas secas e inmensas extensiones de donde las olas son dunas y el calor del día se alterna con el frío de la noche, el Rolls-Royce Cullinan es uno de los automóviles más deseados, codiciados, envidiados y, por lo que se ve, útiles.

Por eso no es de extrañar que una de las configuraciones afinadas a las que los ingenieros de la marca hayan tenido que enfrentarse para dar respuesta a los usuarios del SUV de lujo de la marca más exclusiva del mundo sea que permita al transitar Rolls-Royce Cullinan en el desierto como un touareg, que no Touareg, más.

Rolls Royce Cullinan (2)

Y, ante la comercialización del primer todocamino de Rolls-Royce, tras varias demostraciones, mientras se enfrentaba a su fase de desarrollo, sobre las capacidades como todoterreno de este SUV ha sido expuesto en y para los interesados en llevar en mitad de la nada un vehículo de casi 2.700 kg y una potencia próxima a los 600 CV surcando las dunas con un empoderamiento propio de conductas de élite.

Lanzado desde un misterioso garaje, la matrícula dubaití deja a las claras que el emirato árabe es uno de los lugares destinados para este y otros coches que lucen como ninguno la brillante estatuilla Spirit of Ecstasy que, una vez encabeza la expedición, pone rumbo a su destino, un entorno al que se lanza sin contemplaciones desde las polvorientas y desangeladoras carreteras que salen de las metrópolis más lujosas y contradictorias del planeta.

La abrumadora respuesta de su motor de 6.749 centímetros cúbicos repartidos entre una docena de cilindros, los cuales, se hallan dispuestos en una configuración de letra V, son capaces de generar un trabajo inmediato de 850 Nm que dirigen sin contemplaciones a las cuatro ruedas. De esta forma, el Rolls-Royce Cullinan en el desierto se mueve cual escarabajo entre la arena, surcando de manera contundente y eficaz unas montañas sin consistencia en la que cualquier otro SUV acabaría poco menos que sucumbiendo ante la naturaleza sin piedad de un entorno tan hostil como es este páramo infernal y casi inerte donde este vehículo luce soberbio ante los desafíos a los que pocos pueden y quieren enfrentarse.


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