Las matriculaciones de vehículos electrificados crecen notablemente durante el octavo mes del año.
Retrasos en la entrega de coches nuevos: las marcas fabrican ya sobre demanda
La estrategia de las marcas para reducir costes pasa por no fabricar coches sin tenerlos vendidos previamente, así que solo fabrican sobre pedidos realizados.
No hace mucho tiempo, al ir a comprar un coche se podía estar seguro de que se contaría con él en muy poco tiempo. En algunos casos podría ser unas semanas y, en casos especiales, algún que otro mes. Pero desde hace unos años, estamos viendo como la entrega de vehículos nuevos se está retrasando mucho. Y esto, más que un problema de disponibilidad, obedece más a una política de fabricación de las marcas.
Sabemos que la llegada de la pandemia del COVID 19 ha tenido mucho que ver con los retrasos detectados en muchas marcas. Después, una vez superada la pandemia, aunque todavía colea y causa problemas en países como China, ha llegado la crisis de los semiconductores, que también ha provocado retrasos en los concesionarios. Pero esto no es lo único que está causando esos retrasos en la entrega de los coches nuevos.
Fabricación sobre demanda
Las marcas han comenzado a apostar por la fabricación sobre demanda, así que el escenario de fabricación masiva para tener un stock que facilitara la compra y la entrega rápida ha pasado a la historia. Con la llegada de la pandemia y la posterior crisis de semiconductores, además de los efectos de la inflación y otras variables, en las que figura la guerra de Ucranía, sin duda, se ha producido un cambio en las estrategias de los fabricantes.
Esta medida permite que las marcas ahorren considerablemente más que si produjeran vehículos sin mirar el volumen de ventas y pedidos. Principalmente, no hay vehículos sin destino claro, así que también se ahorran dinero en espacios de almacenaje. Las marcas han intentado rentabilizar al máximo el proceso de producción, reduciendo costes que antes se asumían como indispensables.
Los clientes tendrán que esperar, pero desde las marcas creen que se acostumbrarán pronto a esperar por los coches que compran en los concesionarios. Una de las peticiones de los nuevos compradores es que el coche que adquieren esté más personalizado, lo que justifica un retraso en la entrega.
El tiempo de entrega de un vehículo nuevo es de entre cuatro a seis meses, aunque este tiempo puede variar, normalmente hacia arriba, según el nivel de acabado, las peticiones del comprador y la complejidad de fabricación. La lista de pedidos también influye, así que cuanto más popular sea el modelo, más tardará.
Esta tendencia parece que ha llegado para quedarse y que no se cambiará esta manera de trabajar en los próximos años.
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