Renault Clio SL S 1.2 TCE 100 CV, prueba (parte I)

El Renault Clio es uno de los utilitarios más vendidos, seguro que en la calle estáis hartos de ver diferentes versiones tanto de tres como de cinco puertas o incluso la versión familiar, Gran Tour. Sin embargo en Highmotor os traemos una versión diferente del Clio, el Clio SL S. Esta variante ya existía en generaciones anteriores pero ahora Renault ha decidido relanzarla para poder completar la gama.

Esta versión cuenta con un diseño exterior con rasgos más deportivos y estética más exclusiva, mientras que mecánicamente puede equipar dos motores diferentes, el motor gasolina 1.2 TCE de 100 CV o el motor diésel 1.5 dCi de 85 CV. Nosotros hemos probado su versión gasolina, equipada con el pequeño propulsor turbo que se desenvuelve muy bien en la parte alta del cuentavueltas.

Motor y prestaciones

Este motor gasolina destaca por una muy baja cilindrada y por desarrollar unos nada despreciables 100 CV, gracias al turbo. Es un propulsor bastante ágil y con fuerza siempre que lo lleves alto de vueltas, responde desde las 2.000 r.p.m. pero notaremos toda su fuerza a las 3.000 r.p.m. donde contamos con todo su par motor de 145 Nm. El Clio SL S consigue llegar a los 100 Km/h desde parado en unos respetables 10,9 segundos con una velocidad máxima de 184 Km/h, velocidad más que suficiente para ser un utilitario.

Asociado a este motor 1.2 TCE de 100 CV va una caja manual de 5 velocidades, bien escalonadas lo que hace innecesario que cuente con una sexta marcha, por ejemplo a 120 Km/h, en quinta, vamos a unas 2.500 r.p.m. El tacto del cambio es similar al resto de modelos de la gama Clio, es decir, poco preciso y además al contar con un motor de baja cilindrada turbo nos obliga a jugar bastante con el cambio.

Sin embargo para todos aquellos que odien los petroleros es un motor muy prestacional ya que si lo llevamos alto de vueltas nos puede dar muchas alegrías sobretodo si tenemos en cuenta las pequeñas dimensiones y el peso (1090 kg) del Clio.

Comportamiento

A la hora de ponernos al volante tendremos un cierto sabor deportivo, lastrado por una suspensión igual al resto de los Clio, por lo tanto demasiado blanda lo que no nos permite realizar una conducción tan deportiva. La parte buena es que es alto y la suspensión blanda nos aporta confort en zonas bacheadas o con asfalto irregular. Aun así el ESP (que no viene de serie y es muy recomendable) se encarga de encauzar las ordenes que le damos desde la dirección.

Por lo tanto estamos ante un coche bastante ágil que nos permite disfrutar de la conducción incluso en carreteras con curvas donde se comporta de manera correcta. En cuanto a la dirección debería de ser un poco más dura al estar más orientada para un uso en ciudad. Por último el conjunto se completa con unos frenos a la altura del vehículo contando con cuatro frenos de disco que detienen sin problema al Clio.

Consumos

En el apartado de consumos no es donde más destaca el Clio ya que al contar con un motor de baja cilindrada junto a un turbo los consumos son algo elevados. Así conduciendo en autopista a velocidad legal nos marca unos 7,9 litros a los 100 Km/h, mientras que en carretera podemos rondar tranquilamente los 7 litros algo lejos de los 5,5 litros que homologa la marca.

Sin embargo estas cifras pueden variar de forma considerable si sabemos jugar con el cambio puesto que al no llevarlo en el régimen adecuado el consumo se puede incrementar.

En la segunda parte de la prueba os hablaremos tanto del diseño exterior muy llamativo en este peculiar Clio como del interior que introduce algunos cambios con respeto al resto de modelos de la gama.

Fotos | David Taboada