¿Realmente es tan importante el 0-100? Quizá no lo sea demasiado

Muchos son los superdeportivos que tienen unas prestaciones de escándalo y jamás habríamos imaginado que un coche de producción contase con ciertas cifras. En la actualidad, varios modelos superan a muchos coches de competición de hace años e incluso algunos vehículos pertenecientes a segmentos poco radicales, ofrecen prestaciones por encima de la de muchos superdeportivos de hace no tanto tiempo. Sin embargo, llega un punto en el que nos planteamos si el 0-100 y la velocidad máxima son elementos tan importantes.

Estas cifras llevan siendo un punto de referencia a la hora de la compra de un superdeportivo y es algo en lo que las empresas ponen mucho empeño, con la intención de mejorar y, al mismo tiempo, superar a sus principales rivales. Pero no solo las firmas lo tienen en cuenta, sino también los propios usuarios y es un elemento al que solemos recurrir para comparar un vehículo con otro.

Esto no solo sucede con superdeportivos, sino también con vehículos de segmentos inferiores, como los compactos. Esto lo podemos ver reflejado, por ejemplo, en el Audi RS3. El hot hatchback de Audi cuenta con unas prestaciones impresionante y su motor 2.5 TFSI de cinco cilindros en línea es capaz de desarrollar 400 CV. Esta cifra equivale a la de un Ferrari 360 Modena, un superdeportivo que ofrecía un poderoso motor V8 atmosférico y declaraba un 0-100 en 4,5 segundos, cifra rebajada por el RS3 en cinco milésimas.

Es cierto que la tecnología ha evolucionado desde principios de siglo, cuando aún el cavallino rampante se encontraba en la línea de producción de Ferrari, pero no sabemos que punto va a alcanzar dicha evolución. Por otra parte, están llegando a nuestro mercado los vehículos eléctricos, los cuales proporcionan una entrega instantánea del par y provocan aceleraciones alucinantes, superando a muchos vehículos de combustión.

Por otra parte, también hay vehículos capaces marcar un 0 a 100 Km/h por debajo de los tres segundos, tales como el Lamborghini Aventador o el Bugatti Chiron. Desde un punto de vista comercial, puede que no sea el mejor valor para tener en cuenta un vehículo, excepto que se trate de un superdeportivo, puesto que su compra se realiza desde un pensamiento más pasional y buscando sensaciones. Hablando desde un punto de vista práctico, esta cifra respalda un apartado muy importante en los vehículos, la seguridad.

Puede que en ciertas ocasiones, necesitemos acelerar de manera muy rápida o brusca y en esa situación nos beneficiará que nuestro motor sea capaz de alcanzar velocidades muy altas en muy poco tiempo. Aún así, no tiene porque ser determinante en la compra de un coche algo más apropiado que un superdeportivo, aunque a día de hoy podemos poner en práctica los denominados launch control gracias a la mecánica reforzada que incorporan los vehículos actuales.

En conclusión, tenemos ante nosotros un valor que, con el paso del tiempo, se le ha dado bastante importancia, pero varios son los vehículos que sin ofrecer una aceleración escandalosamente alta, cuenta con muchos otros aspectos positivos en su conjunto. Por otra parte, si es algo importante en el mundo de la competición o a la hora de adquirir un superdeportivo de altos vuelos.