El mantenimiento de los coches eléctricos es fundamentalmente distinto al que reciben los coches con motor de combustión, aunque es igual de necesario
Qué es el volante de inercia y para qué sirve
El volante de inercia permite almacenar energía cinética mientras el motor está en marcha y eliminar vibraciones consiguiendo una conducción más agradable
En el coche hay muchas piezas que no solemos tener en cuenta y que nos resultan desconocidas. Pero aunque no sepamos que existen, dónde están o para qué sirven, son fundamentales para que podamos llevar el coche con normalidad y que funcione correctamente. A veces nos encontramos con piezas como el volante de inercia y no sabemos muy bien qué es, dónde está y para que sirve en nuestro coche.
¿Qué es el volante de inercia y dónde está?
El volante de inercia es una pieza fundamental que ofrece al motor precisión durante el funcionamiento del mismo. Es una pieza redonda y dentada que está ubicada junto al cigüeñal más cercano a la caja de cambios y cerca del embrague. Esta pieza tiene como función almacenar energía cinética, absorbiendo energía del motor. Cuando deja de recibir fuerza continúa rodando y consigue reducir los tirones y acciones bruscas.
Además, elimina vibraciones del motor consiguiendo que la conducción sea más agradable y sencilla. El problema que presenta es que es una pieza con mucho desgaste y puede llegar a estropearse con facilidad. Una avería del volante de inercia puede resultar costosa y bastante complicada. Pero antes de hablar de eso, veamos qué tipos de volante de inercia hay en el mercado.
Tipos de volante de inercia
El primer tipo de volante de inercia que puedes encontrar en el mercado es el más sencillo. Está compuesto por un disco dentado y se encarga de reducir al máximo la velocidad angular del cigüeñal. Este tipo de volante de inercia se está eliminando en los nuevos motores, a medida que se van imponiendo los sistemas más modernos.
El segundo tipo es más complejo y es cada vez más común encontrarse con él en los modelos más actuales. Recibe el nombre de DMF, bimasa o dual. Está compuesto por dos piezas conectadas que giran combinadas, un muelle helicoidal y un rodamiento de bolas.
En este tipo de volante de inercia se suele encontrar las referencias del fabricante para el reglaje de la pieza, lo que ayuda a la persona que la manipula o la tiene que sustituir las indicaciones necesarias para el cambio de la pieza y los ajustes concretos.
Cómo evitar averías del volante de inercia
Para evitar encontrarse con averías inesperadas, es importante cuidar bien el embrague. Una conducción responsable permite que el desgaste del volante de inercia sea menor. También es importante no acelerar fuerte cuando se está circulando a bajas revoluciones, ya que esa energía se transmite de repente sobre el volante de inercia y aumenta su desgaste.
Cada volante de inercia está ajustado al motor sobre el que se ha montado, así que cualquier cambio de potencia o modificación, puede ser bastante perjudicial para la pieza. Y si llega el momento en que el volante de inercia se estropea, la sustitución puede resultar bastante cara.
El volante de inercia puede costar entre 150 y 500 euros, pero esto es solo el precio de la pieza. A esto hay que añadir la mano de obra. Es una sustitución compleja, que requiere el trabajo de un profesional que conozca bien el motor y la manera de trabajar con él. Así que es mejor cuidar su estado y ante cualquier sonido extraño del motor o cualquier otra cosa que pueda suponer una duda respecto al funcionamiento del moto, hay que visitar al taller para que lo revise bien, localice el problema y pueda sugerir los trabajos a realizar para evitar males mayores.
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