Lamborghini Deportivos Pruebas
¿Qué se siente al arrancar un Lamborghini Gallardo?, yo os lo mostraré
Estas navidades pasé por una experiencia que no olvidaré en la vida, es una de esas que dejan huella y hacen llenar de incrédula satisfacción a cualquiera que guste del mundo del motor. Este es el relato de ese día tan especial. Por cuestiones de trabajo, mi padre tiene que ir a veces a varios […]
Estas navidades pasé por una experiencia que no olvidaré en la vida, es una de esas que dejan huella y hacen llenar de incrédula satisfacción a cualquiera que guste del mundo del motor. Este es el relato de ese día tan especial.
Por cuestiones de trabajo, mi padre tiene que ir a veces a varios sitios de España, entre los que se encuentran varios pueblos cerca de Marbella y Puerto Banús. Como muchos sabréis, en el puerto de Puerto Banús la rutina transcurre entre modelos exclusivos de marcas como Ferrari, Lamborghini, Bentley, etc… por lo que si cae visitar el sitio, pasarse por ahí a babear girando el cuello al compás de su pasada es una buena forma de pasar el rato.
Bueno, vamos al grano, el caso es que ya que iba a pasar por ahí decidí acercarme hasta el concesionario oficial de Lamborghini para poder ver alguna exquisitez que por allí hubiese. Llegué al concesionario bastante ilusionado, iba a poder contemplarlos aunque sólo fuese desde el escaparate, y creedme, lo que yo siento por esta firma de deportivos italiana es algo fuera de lo normal.
Nada más llegar pude ver un Rolls Royce Phantom, me quedé con la boca abierta pegado al cristal y empecé a creer que aquello debía ser la entrada al olimpo; seguí caminando y vi un taller a continuación en el que se vislumbraban coches tales como un Bentley Azure o un Rolls Royce Corniche, casi nada… Fue entonces cuando todos decididos le preguntamos muy amablemente a uno de los encargados si podríamos entrar a echar un escueto y rápido vistazo (por intentarlo que no quede).
A partir de aquí viene lo extraordinario; el señor, muy amable él, nos dijo que no había inconveniente ninguno. Entramos y comienzo a evaluar el panorama: un Lamborghini Gallardo Spyder junto a un Porsche 911 Carrera, un Ferrari 308 GTS…
Bueno, supongo que por el asunto de esta entrada ya habréis adivinado a por cual fui yo; sí, yo ya me encontraba parado delante del Gallardo Spyder. Sin darme apenas cuenta el señor se me acercó y me ofreció verlo más de cerca, vamos, que más de cerca, ¡subirme! Ni me lo pensé, automáticamente fui al interior del coche y me acomodé en el asiento del piloto. «Mira, ¿ves la llave debajo de la palanca del freno de mano? Cógela y arranca el coche«. ¡¿QUEEE?! No supe si considerar a aquella persona un tarado por ofrecerme tal cosa sin conocerme de nada o si crear una religión en torno a él; sin pensármelo, cogí lentamente la llave, la observé detenidamente y la metí en el contacto. Casi sin darme cuenta el V10 del Gallardo se incorporó al sonido ambiente; «Venga, aprieta el acelerador que está algo frío«, ……
Tras bajarme (cuanto me costó hacerlo…), el hombre siguió dándole temperatura a la criatura, momento en el que aproveché para recoger el testigo audiovisual que os dejo ahí abajo. Y no os penséis que aquí acabó todo… la semana que viene más.
Fotos y vídeo | Pedro L.
5 comentarios
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simplemente:ALUCINANTE
No puedes adelantar la entrega de la semana que viene Pedro?
Un saludo de tu colega de descubreapple.com
Jué, desde luego eso no pasa todos los días.
Esto rompe un poco mi estereotipo de «tipo estirado con pasta»
Los hay con suerte y luego está el bueno de Pedro… ¡Qué mal repartido está el mundo!
yo tambien tengo una experiencia muy parecida ya que cuando fui a Nueva York en un concecionario me dejaron encender un murcielago y subirme aun phantom… ¿tengo un par de videos pero como te los puedo mandar?
Hasta la semana que viene nada de nada. 🙂