Desde el 12 de octubre tendremos que acostumbrarnos a las etiquetas que veremos en las gasolineras para identificar los distintos combustibles que se ofrecen
¡Le he puesto gasolina a un coche diésel! ¿Qué va a pasar con mi coche?
Repostar gasolina en un motor diésel puede causar graves averías al coche; lo mejor es dejar el coche parado y avisar al servicio de asistencia en carretera
Se trata de una de las pesadillas más temibles para cualquier conductor: equivocarse de combustible a la hora de repostar. No nos referimos a tener un coche al que solamos poner gasolina de 95 octanos y repostemos gasolina de 98 octanos, sino de algo verdaderamente terrible: poner gasolina en el tanque de un coche diésel. Un desastre que puede causar un daño muy grande al motor y hay que ir con mucho, pero que mucho cuidado con ello.
El problema sucede ahora, pero en breve va a llegar el nuevo etiquetado de la gasolina y el diésel, así que es posible que las confusiones sean más comunes a partir de octubre. Cada tipo de motor funciona de una manera distinta, como ya sabemos, y la manera de funcionar viene determinada por el combustible. El diésel es un tipo de motor que obtiene la energía de una manera distinta a lo que hace un motor de gasolina.
La entrada de gasolina en el circuito del motor diésel puede provocar una avería bastante grave, inundando todos los rincones del motor y provocará que la factura de reparación se dispare bastante. Tranquilos, el coche no explotará ni nada parecido. De hecho, el motor diésel es capaz de funcionar con combustibles menos puros que el diésel y hasta arrancará y se desplazará unos metros. Después, una vez la gasolina haya inundado todo el circuito, se parará. Y ahí comienza el problema.
La presencia de gasolina en el motor impedirá que se vuelva a poner en marcha. Entonces, una vez realizado el repostaje, ¿qué debemos hacer? Si hemos detectado el problema al repostar, hay que detenerse inmediatamente. Un poco (y me refiero a «un poco, casi nada, dos gotas«) puede ser que no cause mucho problema, ya que el propio motor hará que desaparezca. Pero si es más ese «poco«, hay que ir con mucho cuidado.
Ante el error, no poner en marcha el motor
Lo más importante es que el combustible no entre en el circuito del motor, así que lo más conveniente es no poner siquiera la llave en el contacto. Se ha de avisar al personal de la estación de servicio y sacar el coche de la zona de repostaje empujando y dejarlo estacionado en un lugar donde no moleste. Una vez allí, toca llamar al seguro para que avise a la grúa y lo lleve al taller.
En el taller se encargarán de vaciar el depósito y limpiarlo completamente. Aunque esto puede suponer un engorro y un inconveniente bastante grande por dejarnos sin coche durante un tiempo, no será nada muy grave. Pero si el coche se ha puesto en marcha y se ha movido… mejor no pensarlo. La gasolina entra en los inyectores impulsada por la bomba y lo más probable es que esta se dañe, junto con el filtro.
Todo depende del tiempo que haya estado funcionando el coche con el combustible equivocado, incluso con poca cantidad mezclada con el combustible equivocado. De todas maneras, la limpieza de todo el circuito, incluyendo el motor, es necesaria. Si hay suerte, con esto bastará. Si no, el hecho de repostar gasolina en un coche diésel hará que partes del motor se estropeen y haya que cambiarlas.
Lo mejor es tener claro qué combustible es el que toca, repostar en estaciones de servicio conocidas y que ayuden a evitar el error. Y, a partir del cambio de etiquetado, que nos llevará confundidos durante unos días o semanas, asegurarse bien qué tipo de combustible es el que necesita nuestro coche. Y ante la duda, preguntar siempre; mejor que arriesgarse a sufrir una avería bastante grave y costosa.
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