¿Qué gasta más en un coche? Siempre depende del conductor podemos ahorrar hasta un 30%
El consumo de combustible de un coche puede variar según usemos distintos elementos del mismo, pero lo que más lo eleva es siempre lo mismo: su conductor
Circular con las ventanillas abiertas, hacer un mal uso del aire acondicionado, gestión errónea de la velocidad, uso desmedido del freno, malas aceleraciones, hay muchas razones por las cuales el consumo de los vehículos se dispara, pero sólo hay una que sea común y recurrente en todas ellas: el conductor.
El conductor es el nexo común en todas las variantes y factores que influyen a la hora de incrementar los consumos de combustible del coche. De las reacciones que él tenga, de su actitud al volante, dependerá el consumo de energía y combustible que el coche pueda tener. La actitud al volante, la velocidad a la que circula, la suavidad de la conducción que practique, y del uso tanto del cambio de marchas como de los frenos y del pedal del acelerador, dependerá claramente el consumo que realice el coche.
Según el informe realizado por Northgate Renting Flexible, operador especializado en renting y soluciones de movilidad flexibles para empresas y profesionales, a raíz de su Green Drivers Experience celebrada recientemente en el madrileño circuito del Jarama, del tipo de conducción que practique el conductor de un vehículo depende nada menos que el 30 por ciento del consumo habitual de un coche. La Green Drivers Experience ponía a prueba las dotes de conducción eficiente de conductores de flotas de vehículos de empresa y representantes de los medios de comunicación, quienes además de demostrar su habilidad con el volante en distintas pruebas de conducción debían sobre todo mostrar cuan eficiente era su conducción al volante de furgonetas Citroën Berlingo y Peugeot, tratando de lograr la máxima velocidad con el mínimo consumo durante un número determinado de vueltas al trazado del circuito.
Circular con las ventanillas cerradas puede suponer un ahorro de hasta el 20%Según los datos recabados en el evento, un conductor puede ahorrar hasta un 30 por ciento sobre el consumo homologado por el fabricante en función del tipo de conducción que practique. La práctica de una conducción eficiente es la base de ese logro. Modificar las reacciones al volante, tratar de huir del estrés bajo el cual habitualmente nos ponemos al volante de nuestro coche para realizar una conducción menos agresiva de lo habitual y aprovechar al máximo la energía que utiliza para desplazar su coche.
Además de factores importantes en la conducción como son la anticipación y la previsión, el conductor también contribuye a reducir los consumos la actuación del conductor sobre determinados elementos del coche. Así, en función de la velocidad a la que se desplaza el vehículo, la apertura o no de las ventanillas del coche, o la adecuada regulación del funcionamiento del aire acondicionado también influyen a la hora de reducir los consumos.
La apertura de ventanillas puede incrementar los consumos —siempre según la velocidad— en más de un 20 por ciento, especialmente si circulamos a más de 90 km/h. De la regulación adecuada del aire acondicionado o del climatizador en el interior del coche también dependen los consumos. Entre una mala y una buena regulación del mismo, las diferencias de consumo pueden variar el incremento de consumo que producen estos sistemas hasta en un 15 por ciento respecto del consumo del coche.
Igualmente, la capacidad que tenga el conductor para modular su presión sobre el pedal del acelerador del coche resulta fundamental. Gestionar la velocidad del vehículo es una labor difícil a la que si le añadimos la regulación del mismo para la práctica de una conducción eficiente supone una mayor complicación.
Conducir sin acelerones bruscos, sin pisar a fondo el pedal, y mantener una velocidad lo más constante posible son labores fundamentales para reducir los consumos, al igual que evitar frenadas innecesarias que nos hagan perder parte de la carga energética que tiene el motor, son labores que el conductor eficiente debe realizar de forma constante para evitar excesos de consumo. Seleccionar la marcha adecuada en el momento preciso también ayuda a lograr reducir el consumo. Optimizar el uso del cambio procurando conducir el mayor tiempo posible en marchas largas y a bajas revoluciones también es básico, así como tratar de evitar en lo posible circular con el coche revolucionado, salvo en aquellos momentos en los que por cuestiones de seguridad (incorporaciones, adelantamientos, salidas, etc) sea necesario hacerlo.
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