¿Qué es y cómo funciona un radar de tramo?
Los radares de tramo son dos radares en el que el primero toma la matrícula y el segundo calcula el tiempo que ha tardado en recorrer la distancia entre ambos.
Cada vez son más los radares de tramo que están activos pero, ¿cómo funcionan? ¿Qué objetivo tienen? Su principal misión es medir la velocidad a la que se recorre un tramo de carretera, y conocer si la velocidad es superior a la permitida y poder así emitir sanciones. Este tipo de radar puede estar instalado en las ciudades, en las carreteras convencionales e incluso en autovías.
Para conocer el funcionamiento de un radar de tramo, hay que conocer los tipos de radar que existen. Aunque llegaron en 1954 para controlar la velocidad de nuestras vías, en la última década en nuestro país están proliferando y adaptándose a las nuevas tecnologías.
Circulando por nuestras vías, podemos encontrar radares fijos. Estos son los que están situados en un lado de la vía y están conectados a la corriente eléctrica. También pueden estar situados en los postes que emiten los mensajes informativos. Los radares móviles suelen estar situados en vehículos camuflados. El helicóptero Pegasus suele equipar uno que se denomina radar volante. Tampoco nos podemos olvidar de los famosos veloláser y de los que van equipados en las motos de los agentes de la Guardia Civil.
Además, tampoco nos podemos olvidar del que vamos a hablar hoy; el radar de tramo. Este tipo es fijo y suele estar situado en columnas o pórticos. Su objetivo es medir la velocidad media entre el punto A y el punto B y están repartidos por toda la geografía española. En todos los casos tenemos el mismo principio de funcionamiento: detección y medición de distancias y, a partir de ahí, obtención de la velocidad.
Cómo funciona un radar de tramo
Tal y como hemos comentado, el radar de tramo puede estar colocado en una columna o en un pórtico. Sea cual fuere su situación, deberá estar conectado a la electricidad. El arma de un radar de tramo es calcular la velocidad media; o el espacio dividido por el tiempo. El radar situado en el punto A registra el paso y se ‘guarda’ nuestra matrícula, el radar del punto B calcula el tiempo y si superamos la velocidad, el sistema emite una sanción.
Por ejemplo, si se circula por una autovía con límite 100 km/h, hay un radar situado en el punto A y, otro, a 50 kilómetros de distancia. Si tenemos que ir, como máximo, a 100 km/h, tardaremos 30 minutos, o más, en hacer 50 kilómetros. Si tardamos menos, porque hemos corrido más, el radar de salida de tramo lo detectará y nos sancionará. Aunque este ejemplo es tan básico que hemos de recordar que lo que mide es la velocidad media, no penséis que hay que ir a 100 km/h constantemente.
¿Se pueden evitar los radares de tramo?
Al tratarse de dos radares que miden en el tiempo de paso por dos puntos y calculan la velocidad, no sirve de nada intentar evitar los radares de tramo y es que ambos están interconectados y poseen lectores que ya reconocen la matrícula. Estos radares se conectan a un servidor que almacena las imágenes de los vehículos infractores. Además, es importante conocer que funcionan tanto de noche como de día, ya que disponen de iluminación por láser-led. No pueden ser neutralizados por los sistemas antirradar -y sería ilegal hacerlo- y cuentan con mecanismos de vigilancia antivandalismo, para garantizar lo máximo posible su funcionamiento.
De la misma manera, están en autovías y carreteras convencionales. Todos los radares de tramo han de están publicados para que todos sepamos su ubicación. Además, están señalizados como tal en la carretera. En la DGT, el Servicio Catalán de Tránsito y en la Dirección de Tráfico del Gobierno Vasco, podemos consultar la ubicación de todos.
Para muchos conductores, los radares de tramo son una pesadilla. Alertados por la proximidad de un radar, levantan el pie del acelerador cuando pasan por el primer arco y meses después son sorprendidos por una multa que creían haber evitado. ¿Qué sucede cuando dos coches circulan en paralelo? Automovilistas Europeos Asociados (AEA) también recuerdan que aquellas multas en las que se muestran dos vehículos circulando son recurribles y, en la mayor parte de los casos, se pueden ganar.
En el listado que puedes consultar en la DGT podemos comprobar que Málaga y Palencia son las regiones más castigadas con este tipo de controles, con siete y ocho respectivamente, mientras que un buen número de provincias no cuenta con ningún cinemómetro de este tipo en sus carreteras.
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