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Prueba y opinión: Volkswagen Caddy, el Golf de las furgonetas
La quinta generación del Volkswagen Caddy, basada en la plataforma del Golf, ofrece una de las ofertas más completas tanto para el negocio como para el ocio.
Más de 3 millones de unidades se han vendido hasta ahora de las cuatro generaciones anteriores del Volkswgen Caddy. La primera apareció en 1979, la segunda llegó en 1996, la tercera se lanzó al mercado en 2003, y la cuarta se comercializaba desde 2015. En España se han vendido 30.000 unidades en los últimos 5 años, lo que supone un 40% del total de vehículos comerciales entregados por la marca.
Ahora, la quinta generación del Volkswagen Caddy llega más preparada y con más opciones que nunca, con soluciones para autónomos y empresas (Caddy Cargo y Kombi), alternativas para combinar ocio y negocio (Caddy Outdoor, Origin y Life) y las versiones Camper (la propia Caddy Outdoor y la Caddy California). Y todas ellas con posibilidad de elegir entre carrocería normal con 4,5 metros, o Maxi, con 4,85 metros de longitud.
Para entender la importancia que tiene el Volkswagen Caddy para la marca, quédate con estos datos: llega a un segmento que representa el 48% del total de los vehículos comerciales. Y en esta categoría, el 26% de los coches que se venden son versiones Furgón, y el 74% corresponden a modelos de pasajeros. Por canales, en el segmento del Caddy el 55% corresponde a empresas, un 38% a particulares y un 7% a rentacar.
Volkswagen Caddy Cargo y Kombi: para el negocio
Las versiones Cargo y Kombi son las destinadas a un uso comercial, como furgoneta de reparto: el Cargo para transportar mercancías, sin ventanillas traseras; y el Kombi, para pasajeros, con un planteamiento mucho menos “refinado” que las versiones destinadas a particulares.
En el caso del Caddy Cargo, la capacidad de carga total alcanza los 3,1 m3 para la versión corta, y 3,7 m3 en el Cargo Maxi. La nueva plataforma con un eje trasero rediseñado permite ampliar la distancia entre pasos de rueda y aumentar de 701 a 840 mm la amplitud de la puerta corredera. El Maxi puede llevar hasta dos euro pallet.
En cuanto al Kombi, puede contar con una tercera fila de asientos y convertirse en siete plazas tanto en la versiones de batalla corta como con batalla larga. Los asientos de la segunda y la tercera fila son desmontables, y la capacidad de maletero supera los 1.200 litros utilizando cinco plazas y cargando hasta la parte superior del respaldo de los asientos traseros, más del doble de lo que puede ofrecer un monovolumen grande.
En estas variantes del Caddy se puede optar por tres versiones del motor 2.0 TDI con 75 CV (solo para el Caddy Cargo), 102 CV o 122 CV. Para el más potente se ofrece en opción la caja de cambios DSG de doble embrague, y más adelante también podrá contar con tracción 4Motion. Además de las medidas de eficiencia, como la doble inyección de AdBlue, la mejora en aerodinámica (Cx de 0.30, frente a 0.33 en el modelo anterior) también permite una importante reducción en los consumos.
Todos los Caddy Cargo incluyen de serie retrovisores exteriores de ajuste eléctrico, dirección de asistencia variable, freno de estacionamiento automático con función auto Hold y cierre centralizado con mando remoto diferenciado para la zona de carga. Opcionalmente puede equipar desde instrumentación digital a dispositivos eléctricos para el cierre de las puertas, faros LED, distintos tipos de sistemas multimedia, asientos AGR ergoComfort y multitud de elementos destinados a facilitar y mejorar la utilización como vehículo de transporte. Los precios parten desde los 19.300 euros para el Caddy Cargo 2.0 TDI 75 CV.
El Volkswagen Caddy para uso particular: alternativa al monovolumen
Además de las versiones para uso comercial, resultan especialmente interesantes las variantes del Caddy dirigidas a una utilización particular, si bien muchos aprovechan sus cualidades para dedicarlas al ocio y al negocio. Se trata de los Caddy Origin, Outdor, Life y California. Todas las versiones se ofrecen con la posibilidad de elegir batalla corta o larga, y en las dos variantes de carrocería es posible montar una tercera fila de asientos para contar con siete plazas, que es de serie en las versiones de batalla larga. Las puertas traseras son siempre correderas, mientras que el portón, según versiones, puede ser convencional articulado en el techo, o con doble puerta de apertura hacia los laterales.
Y, créeme, estamos ante un coche que puede ser una magnífica alternativa a los vehículos que tiempo atrás supusieron un auténtico boom, desbancados posteriormente por los SUV: los monovolúmenes. Aquí, el nuevo Caddy compite con rivales de nivel, como el Citroën Berlingo, el Peugeot Rifter, el Opel Combo Life o el Toyota Proace.
El acceso a la gama Caddy para particulares es la versión Origin, que parte desde unos 24.000 euros. A partir de aquí, puedes subir equipamiento y decantarte por la versión Outdoor, el refinado Life o el Caddy California, la versión camperizada para los más aventureros. Esta última equipa de serie diseñados para disfrutar del camping, como la cama abatible, la cocina o la calefacción estacionaria.
La gama de motores contempla el 1.5 TSI de gasolina con 114 CV y sistema de desconexión selectiva de cilindros, disponible con cambio manual o DSG de 7 marchas, y el 2.0 TDI en variantes de 102 y 122 CV. Para el más potente se puede optar por el cambio DSG e incluso por la tracción total 4Motion. Más adelante, Volkswagen añadirá una versión del 1.5 TSI adaptada para funcionar con Gas Natural Comprimido GNC, y también un híbrido enchufable, previsto para finales de 2021.
Los motores diésel cuentan con el nuevo sistema de descontaminación de los gases de escape de Volkswagen, con filtro de partículas y doble dosificación de AdBlue. Hay que destacar la importancia que en este sector siguen teniendo las mecánicas turbodiésel, que siguen suponiendo un 90% de las ventas.
Más allá de su diseño, con un importante salto generacional y una clara aproximación hacia el Golf en algunos de sus rasgos, la nueva generación del Caddy destaca porque también se asemeja mucho más a un turismo en lo referido a puesto de conducción, sensaciones al volante y posibilidades de equiamiento. La plataforma sobre la que está fabricado es la MQB de Volkswagen, la misma que el Golf (entre muchos otros).
Puede llevar hasta 19 sistemas de asistencia a la conducción, muchos de ellos mejorados, y otros totalmente nuevos. Es el caso del Travel Assist, con cámara y radar para mantener el vehículo en el carril y guardar la distancia con el vehículo que circula delante; el Emergency Assist, que avisa si detecta falta de atención y puede incluso detener el vehículo; o el Trailer Assist, el Side Assist y la alerta de tráfico trasero, especialmente útil en maniobras marcha atrás.
También puede contar con los sistemas de infotainment más avanzados, los mismos que verías en el Golf. Y aquí Volkswagen no se deja ni la enorme pantalla táctil de hasta 10 pulgadas, o incluso la instrumentación digital cockpit, con pantalla de hasta 10,25 pulgadas.
Al volante del Volkswagen Caddy
Nuestra primera toma de contacto con Caddy Life de 122 CV con cambio DSG nos ha dejado muy buenas sensaciones. Salvo por su silueta de vehículo “furgoneta”, que ni las llantas de aleación, las barras en el techo o detalles como los retrovisores en color de contraste puede disimular, su conducción es muy de turismo. A ello contribuye, como hemos mencionado, que el Caddy puede contar con un equipamiento de primerísimo nivel.
Lo primero que destaca es el espacio y la cantidad de prácticos huecos para dejar objetos, todos muy bien resueltos. Incluso la zona destinada a dejar el teléfono móvil mientras se carga cuenta con una práctica tapa para poder seguir usando esa zona al completo como una bandeja y olvidarnos por completo del teléfono, una vez conectado al equipo multimedia. Salvo por la gran altura disponible hasta el techo, que además puede ser acristalado, la sensación es la de estar al volante de un turismo, no de un vehículo comercial o derivado.
Y en marcha sucede lo mismo. La nueva plataforma y la suspensión trasera de nuevo desarrollo con muelles y barra Panhard combina la robustez necesaria en un coche destinado en gran medida trasportar mucha carga con un notable agrado de conducción. Contribuyen a ello la precisión de la dirección y un balanceo de la carrocería muy bien controlado.
El ruido en el habitáculo, sin llegar a ser molesto, es lo que más diferencia al Caddy de un turismo en la conducción diaria. Por un lado porque con una “caja” interior tan grande, siempre hay alguna resonancia, por ejemplo al pasar por los baches, o el propio ruido aerodinámico al circular por autopista, debido a la gran superficie frontal. Por otro lado, porque el ruido mecánico no está igual de aislado que en un turismo. Pero, como digo, nada que pueda ser preocupante.
El motor TDI de 122 CV es toda una garantía de prestaciones y bajo consumo. En el Caddy se siente más la diferencia en refinamiento comparado con el 1.5 TSI que en un Golf, por ejemplo. Pero me parece la mejor alternativa, puesto que la versión de 102 CV puede quedarse algo justa. No descartaría el 1.5 TSI para aquellos que se decidan por un Caddy para uso más particular que profesional y no vayan a realizar muchos kilómetros al año.
En cuanto a las plazas traseras y a la capacidad de maletero, el espacio es sobresaliente. Los tres asientos de esta segunda fila son de las mismas dimensiones, y pueden abatirse o plegarse (no tienen desplazamiento longitudinal), e incluso es posible desmontarlos para sacarlos del vehículo. También ofrecen distintos reglajes de inclinación del respaldo.
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