Prueba Renault Megane GT Sport Tourer, dinamismo y espacio

Esta semana en la sección de pruebas de Highmotor tenemos con nosotros a un acompañante que busca satisfacer tanto a los que demanden espacio como a los que prefieran un toque deportivo en el día a día.

Hablamos del Renault Megane en su carrocería familiar Sport Tourer, combinada con el motor más potente de la gama, un 1.6 Turbo de 205 CV que anima al acabado GT.

El Renault Megane es una institución dentro de la marca del rombo. El compacto francés avanza ya por su cuarta generación en una historia en la que el éxito y la popularidad han sido siempre dos de sus mejores compañeros. La actual generación del Megane se ha renovado por completo, y muestra unas capacidades muy superiores a las de su antecesor.

Diseño exterior, personal e intransferible

El Megane ha decidido, en su cuarta generación, optar por la diferenciación en un diseño que rompe al completo con su antecesor, marcando las líneas de una figura que apuesta por la deportividad, maximizada en esta versión GT. El frontal es 100% Renault, manteniendo la personalidad de las últimas creaciones de la gama.

Este modelo mide 4.62 metros de largo, 1.81 de ancho y 1.46 metros de alto
La firma lumínica 3D en forma de boomerang de los faros se repite tanto en la parte delantera como en la trasera, combinando a la perfección con la parrilla frontal, que incluye en su parte central el logo de la marca, con un tamaño realmente generoso. La expresión frontal se completa con un paragolpes con molduras marcadas y ampliadas en esta versión GT.

La línea lateral del Megane es ya de por sí muy atractiva, con una superficie acristalada suficiente pero muy bien compensada. En esta versión ST se mantiene la dinámica, con una línea de cintura ascendente que culmina en un pilar C que, gracias a una moldura decorativa, da la sensación de techo flotante.

La versión GT incluye ciertos detalles decorativos pintados en color antracita. Esta tonalidad la podemos encontrar en las llantas de aleación de 17″, en los bordes de las molduras de los paragolpes frontal y trasero, en las cubiertas de los retrovisores o en las barras del techo.

Si la parte delantera es atractiva, la zaga no lo es menos. La vista 3/4 trasera destaca por su robustez, fruto de la combinación de unas aletas traseras ensanchadas, una gran moldura cromada que nace en la ventanilla del pilar C y, por supuesto, los pilotos traseros con prolongaciones y tecnología LED.

El paragolpes trasero incluye de nuevo una moldura central en su parte inferior que simula la presencia de un difusor. Está pintado en el mencionado color antracita, e incluye una salida de escape con forma ovalada. Resulta extraño que la carrocería familiar sólo lleve una salida de escape cuando la carrocería compacta monta dos, de aspecto mucho más deportivo.

Diseño interior, moderno y con mejor calidad

Si el cambio en la carrocería del Megane es evidente, en el interior es aún mayor. El habitáculo de la cuarta generación del Megane es, sin ningún género de duda, el mejor de las cuatro ediciones, midiéndose sin miedo con los mejores rivales de marca generalista, algo meritorio de mención.

El habitáculo es agradable tanto para la vista como para el tacto
El ambiente interior es muy similar al del Talismán, la nueva berlina de la firma del rombo. De hecho, cabe recordar que, cuando asistimos a la presentación de esta cuarta generación del Megane, desde la marca insistieron mucho en el concepto de que ahora el Megane se ha convertido en el hermano menor del Talisman, dejando de ser el hermano mayor del Clio, en una clara alusión al salto adelante en términos de calidad.

No exageraban. El nuevo Megane disfruta de un salpicadero de gran calidad, con líneas bien resueltas y una calidad percibida muy notable que se nota en el empleo de materiales acolchados en las partes superior y media de puertas y salpicadero. El resto de piezas están bien encajadas entre sí, con ajustes precisos y franquicias pequeñas entre las mismas.

Otro de los detalles que aumenta la sensación de calidad es, por ejemplo, el sistema de iluminación ambiental presente en puertas y consola central. Los botones están retroiluminados en un agradable color blanco que aumenta la calidez del interior una vez estamos instalados.

La instrumentación mezcla la presencia de una gran pantalla digital con múltiples informaciones con dos indicadores analógicos para la temperatura del refrigerante y el nivel de combustible. Como nota negativa, la ubicación, como es habitual en Renault, del botón que activa el regulador/limitador de velocidad, situado tras la palanca de cambios.

En esta versión GT contamos con una serie de elementos diferenciadores como el volante con tapicería de cuero perforado, las levas en la columna de dirección con terminación negra y azul, las molduras decorativas en color azul «sport» y, por supuesto, los estupendos asientos delanteros con estructura semi-backet y un contorno muy marcado que favorece la sujeción en conducción dinámica.

En términos de espacio, el Megane ST ha ganado sobre todo en comodidad, con un habitáculo lo suficientemente amplio para cinco personas, aunque el ocupante de la plaza central de la segunda fila sufrirá la presencia de un túnel de transmisión algo más voluminoso de lo que nos gustaría. Los ocupantes de la segunda fila disfrutan también de unas salidas de aire muy prácticas.

Por contra, el espacio tanto para las piernas como para la cabeza es notable, disfrutando además de una postura muy agradable debido al aumento del ángulo del respaldo en las plazas traseras, que redunda en una posición del cuerpo más natural. El maletero por su parte ofrece una capacidad de 521 litros, situándolo en la media del segmento. Si plegamos los respaldos de la segunda fila, la capacidad aumenta hasta los 1.500 litros. Esta operación se realiza de forma muy simple gracias a los dos tiradores situados en las paredes del maletero.

Dinámica de conducción, rápido y por encima de la media en curvas

El Megane de cuarta generación es el primero que puede equipar el sistema de cuatro ruedas directrices 4Control, un sistema que la firma del rombo lleva montando desde hace ya varios años. Lo equipaba la anterior generación del Laguna y en la actualidad, además del Megane, lo montan tanto la Espace –que ya probamos a fondo hace unos meses– y el Talismán.

Debido a su progresividad, parece que corre menos de lo que en realidad empuja
Nuestra unidad monta un propulsor 1.6 turbo de cuatro cilindros con 205 CV y 280 NM, asociado de forma exclusiva a una transmisión automática de doble embrague EDC con 7 relaciones. Se trata de la versión más potente de cuantas están disponibles en la gama del Megane.

Con esta combinación, el Megane Sport Torre GT es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 7.4 segundos, alcanzando una velocidad punta de 230 km/h. Los consumos homologados por la marca nos hablan de 7.8 litros/100 km en ciudad, 4.9 litros/100 km en ciclo extra urbano y 6.0 litros/100 km en utilización mixta.

La realidad, como es habitual, es bien distinta. Los consumos en utilización real son bastante diferentes, con unos buenos 9 litros como consumo medio en ciudad, que en autopista bajan hasta los 6.7 litros/100 km. En carretera la cifra puede bajar hasta los 6 litros, pero nunca por debajo. Tras una semana de utilización en todo tipo de situaciones, el consumo medio fue de 7.4 litros/100 km, con una autonomía que ronda los 600 km debido a los escasos 50 litros de capacidad de su depósito.

El compacto francés se revela, en esta versión, como un buen rutero, capaz de viajar con confort en largas travesías por autopistas y, a la vez, sacar una sonrisa a su conductor si este quiere disfrutar de un rato divertido por una carretera llena de curvas, siempre que sea consciente de que entre manos lleva un Megane de 4.5 metros y no un Twingo GT.

Un chasis rígido y unas suspensiones también firmes -con muelle McPherson delante y eje torsional detrás- dan como resultado, en combinación con el sistema de dirección a las cuatro ruedas 4Control, uno de los familiares más dinámicos del segmento, con un paso por curva rápido y limpio, permitiendo trazar de forma ágil y sin necesidad de cruzar las manos en el volante en el 99% de las situaciones.

Como punto discordante, la caja de cambios EDC. Esta transmisión de doble embrague muestra un carácter conservador en cualquier momento, y no resulta tan rápida como debería al practicar una conducción agresiva, pese a que, por ejemplo, las levas tienen buen tacto, son fijas y su tamaño es más que generoso.

Gama y precios, ¿cuánto cuesta la unidad que ves?

La versión que nos ocupa, Sport Tourer GT EDC 205 CV, tiene un precio de salida de 26.576€. Su equipamiento de serie es completísimo, e incluye ya, entre otros elementos, asientos deportivos, faros full LED, sensores de luz y lluvia, climatizador bizona, sistema de apertura y arranque manos libres o sistema de perfiles de conducción Multisense.

Además de toda esta equipación, nuestra unidad incluía a mayores pintura metalizada color Azul Rayo (831,40€), Pack Safety (623,56€), sistema R-Link 2+ sistema de sonido Bose (831,40€) y sistema Head-Up Display (363,74€). En total, nuestro Megane tenía un precio de configurador de 28.908€ impuestos incluidos.

No obstante, la gama del Megane Sport Tourer es muy amplia. La oferta arranca en los 17.468€ del modelo Life con motorización 1.2 TCe de 100 CV. El motor diésel más económico es el 1.5 dCi de 90 CV, que tiene un precio de 18.788€ con el mismo acabado. Las opciones más equilibradas las encontramos en combinación con el ya muy completo acabado Zen, que arranca en los 18.876€ del TCe de 130 CV, pasando por los 23.320€ del 1.6 dCi de 130 CV.

El Megane Sport Tourer se presenta como una de las alternativas más atractivas del segmento, donde lucha duramente con modelos como el Astra Sport Tourer o el SEAT León ST. Gracias a su diseño y a la amplia gama que compone su oferta, el familiar francés consigue adaptarse a las exigencias de prácticamente cualquier cliente.

Fotografía | Daniel Valdivielso