508 Peugeot Análisis Berlinas Pruebas
Prueba Peugeot 508 1.6 BlueHDi Allure, rodador incansable
El año llega a su fin, las Navidades están haciendo de las suyas, y con ellas una de las grandes «tradiciones», los viajes. Son muchas las familias que se reúnen en Navidad tras realizar largas kilometradas por carretera, y por eso en Highmotor os traemos la prueba de una de las berlinas ruteras por excelencia, el Peugeot 508, en su versión 1.6 HDi Allure.
El año llega a su fin, las Navidades están haciendo de las suyas, y con ellas una de las grandes «tradiciones», los viajes.
Son muchas las familias que se reúnen en Navidad tras realizar largas kilometradas por carretera, y por eso en Highmotor os traemos la prueba de una de las berlinas ruteras por excelencia, el Peugeot 508, en su versión 1.6 BlueHDi Allure.
El Peugeot 508 es una de las berlinas medias por excelencia. Encuadrada dentro del segmento D, tiene como rivales pesos pesados como el Volkswagen Passat, el Ford Mondeo, el Citroën C5 o el Mazda 6, entre otros. Hablamos por tanto de un segmento que, si bien no tiene un volumen de ventas muy abultado, sí que está muy disputado, habiendo «poca tarta para muchos comensales».
El 508 cuenta ya con una amplia experiencia, se trata de un modelo veterano, que vio la luz a principios de 2011 con la doble misión de sustituir tanto al 407 como al 607, englobando ambos modelos en un vehículo con enfoque algo más premium sin necesidad de subir de segmento. A principios de 2015 ha sufrido un restyling que ha mejorado su atractivo tanto exterior como interior, incorporando más equipamiento y modernizando la gama de motores.
Diseño exterior
El 508 muestra unas líneas relativamente simples, sin trazos extraños, lo que hace que la imagen general de la berlina francesa envejezca más lentamente que otros modelos. El frontal es la parte que más modificaciones ha sufrido con el restyling, asemejándose ahora más que nunca a otros modelos de la marca como el 308 o el 208.
La parrilla frontal -flotante- incluye el logotipo de la marca, así como un pequeño cartel con la leyenda «BlueHDi», en referencia a la motorización. Los faros, que en esta versión cuentan con tecnología Full LED, han visto modificada su forma, siendo ahora algo más pequeños. En la parte inferior del paragolpes encontramos una línea en ángulo que hace las funciones de luz diurna e intermitente, también LED, así como los antinieblas en los extremos, también con tecnología LED.
El lateral ofrece una imagen muy tradicional, al estilo de las berlinas clásicas del segmento. La caída del techo no es muy acusada en ningún momento, contando así con unas líneas suaves que en ningún momento se vuelven bruscas o «tirantes». La superficie acristalada está dentro de la media del segmento, en ningún momento tenemos sensación de «demasiada chapa», ya sea desde dentro o desde fuera. Las ventanillas son de una sola pieza en las puertas traseras -no se bajan hasta abajo-, mientras que en las puertas delanteras encontramos una pequeña luna custodia tentadora para los amantes de lo ajeno.
De hecho, como apunte, un humilde servidor quiere pedir disculpas a los lectores ya que en alguna de las fotografías que ilustran esta prueba puede observarse un pequeño cartón en la puerta del conductor. Este vehículo fue objeto de un robo durante la semana de pruebas. Los «cacos» rompieron el pequeño cristal de la puerta delantera, entraron, y se llevaron el contenido del maletero abatiendo los respaldos de la segunda fila de asientos. Por suerte, no hubo que lamentar daños personales.
Mejor seguir con el análisis de la carrocería del 508. Las llantas de aleación en este acabado son de 17 pulgadas, pudiendo llegar a 18″ en otros acabados como el GT Line. El diseño de este modelo hace que no sean necesarias medidas extraordinariamente grandes de llanta para «rellenar» los pasos de rueda, algo que sí es necesario en modelos como el Opel Insignia o el Ford Mondeo.
En la parte trasera, los cambios son poco evidentes, limitándose a unos grupos ópticos renovados, con iluminación LED para la luz de posición y de freno, así como una firma lumínica más personal, similar a la de los modelos más modernos de la marca del león como 308 y 208. Dependiendo de la motorización, las salidas de escape van integradas en la parte inferior del paragolpes. En esta unidad van ocultas.
Diseño interior
Pasando al interior, el 508 ofrece una atmósfera atractiva y suficiente para la inmensa mayoría de los potenciales compradores de este vehículo. El diseño del salpicadero es atractivo, con líneas rectas y formales que dan sensación de seriedad al conjunto. La calidad de realización está en la media del segmento.
Peugeot ha utilizado plásticos acolchados para la mayor parte del salpicadero, tan sólo las zonas inferiores y la consola central están construidas con material duro. No faltan molduras decorativas en color metálico, así como los acabado en plástico lacado en negro para la consola central y la periferia del climatizador y equipo de audio.
Los ajustes son correctos en su mayoría, aunque se pueden encontrar algunos ruidos si apretamos con los dedos algunas superficies, así como un tacto demasiado «suelto» de las ruletas de la radio y climatizador. Se echan en falta más huecos portaobjetos en la parte delantera. Sólo encontramos uno tras la palanca de cambios, y otro hueco bajo el reposabrazos central, demasiado retrasado y con apertura lateral. Sin duda, un punto a mejorar.
La instrumentación es suficiente, e incluso más generosa que en otros rivales. Cuenta con dos grandes relojes -cuentarrevoluciones y velocímetro- y otros tres pequeños situados en la parte superior que informan del nivel de combustible y de las temperaturas de aceite y refrigerante. No falta la pantalla central con datos del ordenador de abordo, radio y navegador. Además, en la parte superior del salpicadero el 508 cuenta con un pequeño Head-Up Display que ofrece información acerca de la velocidad, el control de crucero y las indicaciones del GPS, proyectadas sobre una lámina de policarbonato tintado en color oscuro. Un detalle muy útil y muy agradecido.
La insonorización es aceptable para una berlina de este segmento, aunque sí que es verdad que hay otros modelos de marcas rivales que aíslan en mayor medida el ruido tanto de rodadura como aerodinámico, como el Ford Mondeo o el Volkswagen Passat.
El espacio es más que suficiente tanto en las plazas delanteras como en la fila trasera, con una amplitud muy generosa tanto a lo largo como a lo alto. A lo ancho no hay problema en la segunda fila, pese a que en el espacio destinado a los pies encontramos un pequeño abultamiento. El maletero cuenta con una capacidad de 473 litros, ampliables al abatir los respaldos en proporción 2:3.
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