Volvo XC40 Coches Eléctricos ECO Pruebas SUV
Prueba y opinión Volvo XC40 Recharge: un SUV eléctrico de armas tomar
El primer Volvo 100% eléctrico pone el listón muy alto, con sus 408 CV, tracción total, autonomía de más de 400 km y un completísimo equipamiento de serie
El Volvo XC40 Recharge es el primero de los muchos Volvo de propulsión 100% eléctrica que están por llegar. Y a juzgar por cómo les ha salido este, la cosa promete.
La marca sueca ya ha anunciado que presentará un nuevo coche eléctrico cada año, con el objetivo de que en 2025 constituyan el 50% de sus ventas globales; el resto serán modelos híbridos. Todos los Volvo con batería, ya sean modelos PHEV o 100% eléctricos, se identificarán como “Recharge”. El próximo modelo “a pilas” que se añadirá a la gama será el ya anunciado Volvo XC40 Coupé, que inicia su producción en octubre, y no llegará a España hasta el primer trimestre de 2022. Se llamará C40.
El siguiente paso en la estrategia de Volvo es convertirse en un fabricante de coches totalmente eléctricos, y venderlos exclusivamente online. Mientras tanto, como puente hacia esa transición eléctrica, la marca seguirá apostando por los híbridos enchufables. De hecho, son 12 las versiones PHEV las que componen actualmente si gama, que suponen ya el 25% de las ventas en lo que llevamos de 2021.
Volvo XC40 Recharge Eléctrico: gama y precios
Para entrar en materia, conviene repasar por encima las características principales del XC40 eléctrico. Un coche que se presentó en el Salón de Los Ángeles en 2019, y cuya producción se inició en 2020. Se comercializa en Europa desde el pasado verano, y ahora llega a España.
No viene mal recordar que en la gama XC40 también hay versiones con motores de gasolina con y sin hibridación ligera y potencias entre 129 y 197 CV, además de dos variantes híbridas enchufables, con 211 262 CV. Pues bien, el XC40 Recharge eléctrico se coloca como el modelo tope de gama por potencia y precio. Ofrece 408 CV y un par máximo de 660 Nm, y la versión de acceso tiene un precio de 52.286 euros, frente a los 50.200 que cuesta el T5 Recharge híbrido enchufable más potente. La autonomía WLTP homologada es de hasta 418 km.
A diferencia del resto de la gama XC40, el eléctrico no se combina con las versiones de acabado típicas de Volvo (Momentum, R-design, etc). Aquí hay dos posibilidades, que curiosamente se denominan acabado nivel II y nivel III.
La versión con el nivel de acabado de acceso ya cuenta con un completo equipamiento, que incluye, por ejemplo, alarma, llantas de aleación de 19 pulgadas, barras de techo, instrumentación digital, climatización por bomba de calor, arranque sin llave, portón trasero de apertura y cierre automático y un completo sistema de asistentes a la conducción. Por 3.800 euros más, el segundo nivel de acabado añade los faros antiniebla, asientos con regulación eléctrica, cámara 360 grados, asistente de aparcamiento, faros completos de LED, equipo de sonido Harman Kardon y techo panorámico.
En cuanto a posibles ofertas, Volvo ofrece un paquete de servicios que incluye tres años de garantía, tres años de mantenimiento gratuito (límite de 100.000 km) y tres años de seguro a todo riesgo (con una franquicia muy baja, que puede ir desde 150 a 300 euros) por 2.335 euros, lo que deja el precio final en 54.623 euros. Financiando la compra se puede conseguir un descuento de alrededor de 3.000 euros, lo que pone el precio final (con el paquete de servicios incluido) en 51.260 euros. Y si te acoges a las ayudas del Plan Moves III, sin necesidad de entregar coche para achatarrar, el precio se quedaría en 46.260 euros. Con Volvo Car Renting, sin entrada, y para 10.000 km al año, la cuota es de 707 euros (sin IVA).
Entre los posibles rivales del Volvo XC40 Recharge eléctrico se encuentran el Mercedes EQA, el Lexus UX 300e y el Audi Q4 e-tron.
Volvo XC40 Recharge: el diseño exterior e interior
Algunas características específicas de diseño distinguen a la versión eléctrica del Volvo XC40 del resto de la gama. La primera y la más evidente, la parrilla cerrada y en el mismo color de la carrocería, para la cual existen siete todos a elegir, siempre combinados con el techo en negro. Por lo demás, poca cosa: los logos “Recharge”, las llantas de 19 pulgadas exclusivas de esta versión (opcionalmente pueden ser de 20 pulgadas) y algunos detalles en las molduras de los paragolpes.
En el interior, lo que más llama la atención es la instrumentación digital, con tres modos de visualización: uno centrado en el vehículo, otro en la navegación y un tercero denominado modo “calma”, para una conducción lo más tranquila y relajada posible.
En resto en el interior es como el de cualquier XC40 del resto de la gama, destacando por un diseño sencillo y muy limpio, con materiales que transmiten una gran sensación de calidad. En su “transformación” a eléctrico la capacidad del maletero, de formas muy regulares, se queda en 412 litros, al perder los casi 40 litros que tienen el resto de versiones en un doble fondo, bajo el piso. A cambio, ofrece un hueco de 31 litros bajo el capó delantero, que vienen de maravilla para llevar el cable de carga, por ejemplo.
La postura de conducción, la facilidad de manejo de todos los mandos, los huecos bien estudiados para dejar objetos y, sobre todo, el confort que ofrecen los asientos, son los característicos de cualquier modelo de Volvo. Particularmente, son coches con los que me “acoplo” especialmente bien cuando se trata de recorrer muchos kilómetros, algo que, como veremos, también es posible en este Volvo eléctrico.
Multimedia: integración con Google y sistema operativo Android
Volvo es el primer fabricante que ha firmado una alianza apostando por Google y Android para el sistema de infoentretenimiento. De esta manera, el conductor del XC40 cuenta con los servicios Google Assistant, Google Maps o Google Play Store, entre otros. Esto no quiere decir, sin embargo, que debas mirar a otro lado si eres usuario de dispositivos Apple.
La integración de Google Assistant resulta muy cómoda, y permite manejar por voz muchas funciones del vehículo como si lo hicieras a través del propio sistema de órdenes vocales del coche. Puedes, por ejemplo, controlar la temperatura, indicar un destino para activar el navegador, pedir que se reproduzca un podcast… o incluso interactuar con dispositivos Smart Home desde el coche.
La pantalla del sistema multimedia tipo “tablet” (por su colocación vertical) se maneja con gran facilidad, al tener una estructura de menús bien organizada y utilizar siempre iconos grandes y muy legibles. La navegación se realiza a través de Google Maps, que proporciona datos de tráfico en tiempo real o sugiere rutas alternativas, e informa de estaciones de carga cercanas. Además, mientras te diriges al destino, en la pantalla podrás consultar la carga estimada de la batería al finalizar el trayecto. Un dato que puede ser muy útil, por ejemplo, para programar dónde y cuándo realizar la siguiente recarga.
Para el funcionamiento de todos estos sistemas, el XC40 incluye una tarjeta SIM con datos ilimitados que da acceso de forma gratuita a todos los servicios durante los primeros 4 años. A partir de ese momento se plantea una suscripción, aunque el precio no está definido. En abril de este mismo año, Volvo lanzó la primera actualización de software inalámbrica, que incluyeron un nuevo programa para los sistemas electrónicos del vehículo, un aumento de la velocidad y una mejora en la autonomía, así como actualizaciones para la conectividad bluetooth, la cámara 360 grados o los temporizadores para la climatización. Estas actualizaciones OTA permiten a los propietarios contar con el software más reciente y las funciones de su coche actualizadas sin tener que pasar por el concesionario.
Dos motores, tracción total, recarga en 40 minutos
Seguimos con las peculiaridades técnicas del Volvo XC40 Recharge. Para conseguir una potencia más propia de un deportivo que de un SUV con cierta vocación práctica e incluso familiar, Volvo recurre a dos motores que ofrecen 204 CV, situados uno en cada eje. El XC40 Recharge cuenta de este modo con tracción total, sin conexión mecánica de ningún tipo entre el tren delantero y el trasero.
Con un peso total de casi 2,2 toneladas, aunque en marcha no lo parezca en absoluto, la descomunal potencia y la no menos apabullante cifra de par permiten al SUV compacto sueco acelerar de 0 a 100 en 4,9 segundos. Un Porsche 911 Carrera Coupé, por darte una referencia, necesita 4,2 segundos en esa misma medición. Otro dato: el Volvo XC40 más rápido después del eléctrico para el crono en 7,5 segundos, lo que puede darte una idea del nivel de prestaciones que ofrece el XC40 Recharge eléctrico. La velocidad máxima, como ya es norma en todos los modelos de Volvo, está autolimitada a 180 km/h. Y la capacidad de remolque es de 1.500 kg.
De alimentar los dos motores eléctricos se encarga una batería de 78 kWh de capacidad, ubicada bajo el piso en una posición baja, y convenientemente protegida gracias a los refuerzos adicionales realizados en el habitáculo. Volvo también añade refuerzos en la zona delantera, para compensar la ausencia del motor.
La batería, que tiene una garantía de 8 años (o 160.000 km), se puede recargar utilizando corriente alterna a una potencia de 11 kW con el cargador de a bordo, necesitando en este caso algo menos de 8 horas para completar una carga hasta el 100%. También admite carga rápida con corriente continua a una potencia de 150 kW, lo que permite pasar del 10% al 80% de carga en apenas media hora
Al volante del Volvo XC40 Recharge Eléctrico
Si, como ya he mencionado, los Volvo me parecen normalmente coches magníficos para viajar, el XC40 Recharge lo es aún más. Y si te preguntas si es posible viajar con un coche eléctrico como este, la respuesta es afirmativa. Los más de 400 km de autonomía ayudan, pero también la carga rápida, y el buen funcionamiento del navegador de Google integrado. Tendrás que echar cuentas y programar alguna parada, pero ya es posible viajar con un eléctrico.
La ventaja del XC40 Recharge es que eleva el confort respecto a cualquier otra versión de la gama gracias al agrado de conducción que permite el tremendo empuje del sistema de propulsión, al silencio de marcha y, especialmente, a la facilidad y sencillez de manejo. Una facilidad que comienza incluso antes de iniciar la marcha: en el Volvo XC40 puedes olvidarte hasta del botón de arranque. El coche reconoce la presencia del conductor y permite acceder al habitáculo, pisar el freno, seleccionar la posición «D» en el corto pomo del cambio, y empezar a moverte.
A partir de aquí, destacan dos cosas sobre cualquier otro aspecto: la tremenda capacidad para ganar velocidad en cualquier momento que sea el que aceleres, y la apuesta de Volvo por simplificar al máximo todo lo referido a la conducción. De lo primero ya hemos hablado al referirnos a sus prestaciones y su aceleración. Es algo a lo que te acostumbras enseguida, y que echas en falta nada más bajarte del XC40 y volver a ponerte a los mandos de un coche con motor convencional, aunque sea un gasolina con turbo y cierto nivel de potencia. Podríamos añadir que el XC40 Recharge eléctrico es el arma definitiva para adelantar.
En cuanto a la sencillez, al principio puede chocar un poco que el XC40 prescinda de los habituales modos de conducción, o a las levas en el volante para elegir entre distintos niveles de recuperación de energía. Pero tampoco le hace falta. Todo se confía aquí al acelerador y, por ende, a tu pie derecho. ¿Para qué contar con un modo sport si con acelerar a fondo tienes toda la potencia disponible? Tampoco hace falta un modo ECO, pues si conduces suave, la entrega de potencia no es brusca, y el sistema de gestión electrónica se encarga de que el coche gaste lo mínimo posible. El único modo que puede elegir el conductor es el programa específico para salir del asfalto, a través del menú en la pantalla.
Lo que sí puede elegir el conductor es si funcionar con el acelerador convencional o en la función «one pedal», algo que también se hace desde el menú en la pantalla central. En el primer caso no existe recuperación de energía cuando se levanta el pie del acelerador, y el coche se desplaza por inercia, sin apenas retención. Aquí sólo se recupera energía si frenas. En el modo «One Pedal», el conductor tiene en su mano, mejor dicho, en su pie, la posibilidad de «jugar» con el pedal del acelerador para que el coche pierda velocidad mientras recupera energía en función de cuánto y cómo de rápido dejes de acelerar. Al principio requiere prestar más atención en la conducción, pero rápidamente te acostumbras y te sale prácticamente solo, ahorrándote en muchas ocasiones recurrir al pedal del freno.
La guinda a todo esto la pone un comportamiento muy equilibrado, con un notable confort de marcha gracias al correcto aislamiento del habitáculo y a la puesta a punto de las suspensiones. El bajo centro de gravedad ayuda a que en zonas viradas no parezca, ni por asomo, que conduces un coche que supera claramente las 2 toneladas, a pesar de su tamaño compacto. Algo que empieza a ser ya una norma entre los nuevos coches eléctricos que están llegando al mercado, y que saben convertir la desventaja del peso extra de la batería en una ventaja cuando se trata de hablar de comportamiento dinámico.
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