Prueba: Opel Insignia Sports Tourer diésel, un familiar muy interesante

Miguel Lorente     19 octubre 2020     7 min.
Prueba: Opel Insignia Sports Tourer diésel, un familiar muy interesante

Nos subimos a bordo y disfrutamos de una primera toma de contacto del renovado Opel Insignia en su variante Sports Tourer de gasóleo, 174 CV y caja automática

El actualizado Opel Insignia ya está en nuestras carreteras y nosotros ya lo hemos conducido. El buque insigne de la firma alemana desembarca con sutiles novedades estéticas, una potenciación de su habitabilidad y una más que importante revisión mecánica que hace de este modelo, tanto en su variante de carrocería coupé Grand Sport como la familiar Sports Tourer la más eficiente de las conocidas.

La necesidad de sumar un atractivo tanto estético como dinámico y, ante todo, práctico, en los coches de última generación obligan a los fabricantes a revisar incluso a los referentes en sus categorías donde, en cuanto al segmento D, el Opel Insignia con una longitud de 4,9 metros para el estándar y 1 cm más para el familiar, es uno de los vehículos más populares.

Prueba Opel Insignia Sports Tourer Diésel (2)

Y es que desde 2008 que se presentó la primera generación, el mercado ha cambiado mucho y, sobre todo, en contra de ejemplos como el nuevo Opel Insignia que hemos conducido y que ve cómo la moda SUV fagocita cualquier segmento sin contemplaciones, incluso, el de las carrocerías como se las conoce popularmente por estos lares como ‘rancheras’, como el de Opel Insignia Sports Tourer que hemos probado.

Y motivo para luchar contra los todocaminos no le han faltado pero ahora mucho menos ya que, a pesar de que los retoques estéticos exteriores son ligeros, lo más destacado de la actualización del nuevo Opel Insignia que hemos podido conducir se sienten desde dentro.

Nuevo Opel Insignia, una actualización para estar en la onda de los SUV

Y, aunque parezca contradictorio, este Opel Insignia replica ya el lenguaje Opel Compass presentado tanto en el nuevo Opel Mokka como en el refresco de mitad de vida del ciclo comercial del Opel Crossland con unos faros que, por primera vez, se acogen a la tecnología pixel LED adaptativos que, al ser más afilados, tanto en su diseño como en su presencia, acentúan más el rostro de este coche.

Prueba Opel Insignia Sports Tourer Diésel (1)

La revisión estética centra su atención en el frontal, con un paragolpes, de nuevo cuño, y por la incorporación de una parrilla activa que, además de estéticamente, modifica y mejora la canalización del flujo del aire en concordancia con los bajos panelados que, junto con el diseño y silueta de coupé, hacen que la berlina tenga un Cx de 0,25.

Pero realmente la actualización de este coche viene a partir de los motores.

Una renovación tecnológica basada en la experiencia

Y es que cabe señalar que, a pesar de su integración en el grupo francés PSA desde 2017, el nuevo Opel Insignia aún no es producto de las plataformas de Peugeot y cuenta todavía con el chasis de origen General Motors, consorcio al que pertenecía hasta el citado año, pero hay que destacar que sí se ha realizado un desarrollo propio de los nuevos motores presentes desde esta evolución y para la que la marca apuesta por el gasóleo y la gasolina.

Prueba Opel Insignia Sports Tourer Diésel (2)

En cuanto a los propulsores diésel, el Opel Insignia cuenta, o bien con el motor tricilíndrico 1.5 litros de 122 CV, o bien el tetracilíndrico de 174 que, para la carrocería Sports Tourer fue el elegido para nuestra prueba de conducción, con cambio automático en el ejemplar de la toma de contacto, aunque también existe la posibilidad de recurrir comercialmente a una caja manual.

En el caso de los motores de gasolina, el Opel Insignia recure a un motor 2.0 turboalimentado de, o bien, 170 CV, o bien 200. En cualquiera de estas opciones, vinculado indiscutiblemente a una transmisión automática de 9 velocidades.

Prueba Opel Insignia Sports Tourer Diésel (3)

Referente a los nuevos motores, Opel afirma que son los más eficientes jamás construidos e instalados en este modelo y que, por ejemplo, para el Opel Insignia 1.5 diésel homologa una tasa de emisiones de dióxido de carbono de tan solo 99 gramos, recordemos, sin echar mano a ningún tipo de ‘truco’ como la microhibridación, solución tan recurrida en los ya omnipresentes mild-hybrid.

Al volante del Opel Insignia Sports Tourer 2.o diésel

Para la unidad de esta prueba del Opel Insignia Sports Tourer diésel de 174 CV y cambio automático EAT8, es decir, de 8 relaciones, en los poco menos de 100 kilómetros recorridos, en su mayoría por vía rápida, manteniendo una conducción relajada y fluida, el ejemplar conducido arrojó una media de 4,8 litros de gasóleo consumidos, según el ordenador de a bordo, alternando entre el modo Normal y el Sport sin posibilidad de poner a prueba el tercero, el modo ‘Gira’ para carreteras sinuosas.

En cualquier caso, en relación con las mecánicas, la del citado Opel Insignia Sports Tourer diésel de 174 CV cuenta con una dirección suave, quizás demasiado asistida que no presenta resistencia en algunos giros de volante en movimiento pero que resulta liviana y confortable en su manejo ordinario, por ejemplo, en maniobras como el estacionamiento.

Prueba Opel Insignia Sports Tourer Diésel (4)

Igualmente, a pesar de erogar una potencia más que significativa, este coche familiar no resulta especialmente potente ni siquiera en su configuración Sport lo cual no significa que no responda con coherencia en momentos donde se requiere de un mayor aporte prestacional pero que está lejos de poder ser descrita como deportiva.

La caja de cambios automática, entonces, se vuelve menos sutil y la transición entre marchas se hace notar en su habitáculo que, a pesar de estar bien resuelto, dependiendo del régimen de giro, no impide que una rumorosidad significativa se cuele en su habitáculo.

Pero si algo tiene de bueno este coche es su uso y disfrute como pasajero.

Más, en el Opel Insignia, sí es mejor

Si bien es cierto que, en una primera toma de contacto, conducir el Opel Insignia diésel de nuevo cuño ha sido una experiencia confortable, gracias a las bondades como el acabado en materiales nobles, remates de calidad y equipamiento tecnológico de vanguardia del sistema de información y entretenimiento, donde, el nuevo head up display de proyección en el parabrisas es el mejor copiloto y aliado posible, como acompañante y, sobre todo, para con las plazas traseras, el uso habitual de este coche familiar es un lujo al alcance de muchos.

Prueba Opel Insignia Sports Tourer Diésel (3)

Por orden de preferencia, la elección de quien firma este artículo, para disfrutar con todas las letras de un Opel Insignia sería desde las plazas traseras, a la de acompañante y, finalmente, la de conductor y, a pesar de que nuestra labor sea conducir y desgranar la respuesta de un coche, que para este caso es más satisfactoria, viajar en cualquiera de las otras tres plazas, propiamente dichas, eliminando de las disponibles la casi ya generalizada y esporádica central de la banqueta trasera, es su fuerte.

Si bien en la de acompañante el espacio que ofrece el habitáculo sin tener delante el propio volante, la columna de la dirección, el pedalier o el cuadro de instrumentos hacen que el aire disponible aumente el disfrute del Opel Insignia Sports Tourer pero donde más espacio libre queda, sobre todo, para las rodillas y del tronco, desde el pecho hacia la cabeza, es en las plazas de los extremos posteriores.

Prueba Opel Insignia Sports Tourer Diésel (4)

Ahí, para una persona de 1,8 metros de altura y envergadura M-L como la de quien suscribe, el espacio se hace una virtud y, como indicábamos, para un grado de equipamiento de considerado aire premium como el que gozaba la unidad conducida, la experiencia de a bordo se hace un verdadero placer.

Conclusión

Partiendo desde los 36.950 euros para una configuración como la del Opel Insignia Sports Tourer Business Elegance de la unidad de esta toma de contacto que nos atañe, por el grado de equipamiento, el espacio ofrecido, en todos los sentidos, el comportamiento dinámico del conjunto motriz, junto con un consumo que se atisba muy acorde para un coche familiar de 1.666 kg de peso en vacío, resulta un precio más que justo y ajustado para un Opel Insignia con carrocería wagon.

Prueba Opel Insignia Sports Tourer Diésel (6)

Así, la gama parte desde los 28.650 euros del acabado como GS Line y de 122 CV y que suma siempre 1.500 euros a cualquier acabado del Grand Sport, lo que hace que el Opel Insignia más barato inicie su comercialización desde 27.150 euros para la citada carrocería coupé con el mismo nivel de equipamiento GS Line y el mismo motor 1.5 diésel de potencia más modesta.


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