Presentación y prueba Opel Corsa: afrancesado con espíritu y carácter alemán
En esta ocasión nos hemos desplazado hasta Zaragoza para conocer en primicia el nuevo Opel Corsa, un modelo cargado de novedades en su sexta generación.
Son muchos los que tildan de oscuros a los tiempos que está viviendo el sector automovilístico actualmente, declaraciones fruto de la innegable llegada de los vehículos eléctricos, el auge del segmento SUV y las coaliciones entre diferentes empresas. No en balde, estos tres puntos pueden tener aspectos realmente positivos, algo de lo que da fe el recién maridaje entre PSA y Opel. Y es que el cobijo proporcionado a la firma del rayo por parte del grupo francés ha permitido el nacimiento conjunto de vehículos tan ilustres como el Corsa, modelo engendrado de la mano del Peugeot 208 pero, ¿esto es algo realmente negativo?
Para responder a esta pregunta nos hemos desplazado hasta Zaragoza -tierra natal de Corsa-, donde hemos podido ponernos a los mandos del compacto alemán de raíces mañas. Un diseño moderno pero sobrio, un elenco de motores atractivos y cumplidores y un interior repleto de la última tecnología son las lindezas del nuevo Opel Corsa, un modelo que ha intentado conquistarnos en todos los sentidos.
Diseño sobrio pero acertado
Sí, el ADN PSA que presenta el nuevo Opel Corsa es innegable, pero la marca alemana ha querido dejar muy clara la fiel trayectoria que siguen sus modelos. Y es que el urbanita del rayo transmite dicha filosofía a través de su diseño exterior, apartado que se encuentra aderezado por unos rasgos modernos pero que no pueden evitar dejar entrever esa sobriedad tan característica de los retoños de Opel.
En función del acabado escogido -Edition, GS Line o Elegance- el pequeño Corsa presentará una estética con elementos específicos. No en balde, seguimos apreciando una serie de rasgos en común con los demás miembros de la firma alemana, proporcionado al compacto un aspecto que rezuma por los cuatro costados el ADN Opel.
En una primera instancia nos encontramos con frontal serio gobernado por una parrilla en la que se instaura el logotipo de la marca junto a diferentes detalles cromados. Los faros, además de poder contar con tecnología matricial LED, presentan un diseño más afilado y alargado con el objetivo de proporcionar un toque más agresivo al conjunto, sensación que también ofrece el splitter delantero.
Pero tal vez sea la zaga la zona que más novedades nos ofrece respecto a la anterior generación del Opel Corsa. Y es que es aquí donde se instaura un pequeño alerón que sigue pretendiendo aportar cierto toque picante al compacto teutón, un efecto que se acentúa gracias a la salida de escape real, rasgo que cada vez escasa más en este segmento y que se agradece que esté presente en el nuevo Corsa, modelo que también estrena unos pilotos de nuevo corte.
Un habitáculo tecnológico y bien rematado
Estamos muy acostumbrados a que las marcas conviertan a cualquiera de sus vehículos en todo un escaparte tecnológicos con multitud de florituras que, al final del día, tampoco resultan tan trascendentes. Pues bien, Opel ha decidido ser moderno y práctico a partes iguales, lo que les ha llevado a apostar por un habitáculo para el nuevo Corsa con todo lo necesario pero sin grandes alardes.
Un volante de tacto agradable nos recibirá con dos botoneras destinadas al manejo del control de crucero adaptativo y al sistema de infoentretenimiento. Detrás de este se instaura un cuadro de mandos completamente analógico que se encuentra complementado por una pequeña pantalla central que ofrecerá la información justa y necesaria.
El centro del salpicadero lo gobierna una segunda pantalla que puede ser de hasta 10 pulgadas con manejo táctil. Esta presenta un comportamiento rápido y fluido al igual que unos gráficos más que correctos, y su compatibilidad tanto con Apple CarPlay como con Android Auto facilitará nuestro día a día. Por último, destacar los mandos físicos, un aspecto muy positivo que muchos de sus primos hermanos de origen francés han perdido en pro de insertarlo dentro de la propia pantalla, algo que considero un error pero que en Opel han sabido solventarlo.
Los materiales empleados para conferir al nuevo Corsa son en general humildes pero de correcto ajuste. El salpicadero emula un plástico blando que consigue ofrecernos una grata sensación, pero se ha dado prioridad a elementos duros y más bien austeros. Las plazas posteriores son suficientes para albergar a dos adultos sin grandes dificultades, aunque es cierto que el asiento central está más bien ideado para trayectos cortos debido a su estrechez y respaldo más bien duro.
Por último hablaros del maletero, que en esta generación cubica 307 litros de capacidad junto a una boca de carga no del todo plana pero que no dificulta en exceso la deposición y recogida de objetos. Sus formas son regulares y, en caso de necesitar más espacio, podemos aumentar el volumen de carga hasta los 1.081 litros abatiendo los asientos de la segunda fila.
Correcto y cumplidor
Llego el momento más esperado, el momento de transmitiros las sensaciones al volante del nuevo Opel Corsa. Antes de enfrascarme en dicha tarea, me veo en la obligación de hablaros sobre el elenco de motores que ofrece la firma del rayo para animar a la sexta generación de su hijo predilecto.
En total serán cinco las opciones disponibles, de las cuales una es diésel, tres gasolina y una eléctrica. El diésel se encuentra representado a través de un motor 1.5 sobrealimentado por turbo capaz de rendir 100 CV; en el caso de los gasolina, el más modesto es un 1.2 atmosférico de tres cilindros que produce 75 CV, potencia que asciende hasta los 100 CV mediante un propulsor de misma cilindrada pero apoyado por turbo y que culmina en los 130 con una variante que, de momento, tan solo se puede asociar con el cambio automático. Y por último el e-Corsa que, a través de una batería de 50 kWh, desarrolla 136 CV.
En esta ocasión decidí decantarme por la opción intermedia gasolina, es decir, la que eroga 100 CV -a 5.500 rpm- y 205 Nm de par, que llegan a partir de las 1.750 vueltas. De esta forma, nos encontramos con un motor que empuja con diligencia en los primeros compases del tacómetro, entre las 2.000 y 3.500 rpm, ofreciendo después un comportamiento muy lineal y con cierta elasticidad.
Su potencia es más que suficiente y nos permitirá callejear sin problema ninguno e incluso abordar la autopista y afrontar adelantamientos e incorporaciones mucho mejor de lo que uno puede pensar a priori. En ciudad, el Opel Corsa se siente como pez en el agua, sensación posible gracias a sus contenidas dimensiones, a una buena visibilidad y a un radio de giro amplio. La dirección, muy blanda a baja velocidad, ayudará a hacer virajes por zonas ratoneras junto a la suspensión, cuyo tarado ni muy blando ni muy duro ofrecerá un equilibrio perfecto entre confort y dinámica de conducción.
Pese a su condición de tricilíndrico, el motor del nuevo Opel Corsa no vibra en exceso y no presenta sensación de fatiga en ningún momento. En autopista y pese a su buen aplomo, muestra un ruido aerodinámico algo exagerado y que lastrará al cabo de un rato el confort de marcha, mermando el conjunto de la mano de una dirección no muy comunicativa pese a que se endurece considerablemente cuando la velocidad aumenta.
En carretera revirada el Corsa es más ágil de lo que parece. Su enérgico motor se siente muy cómodo a bajas vueltas, aunque no tiene miedo a estirarse cuando así se lo demandamos. Pese a que su dirección sigue sin transmitir tanto como me gustaría en este terreno, debo elogiar el paso por curva del alemán, que en ningún momento se resiente. Para gestionar su potencia mientras intentábamos domar las carreteras mañas, el Corsa ofrecía una caja de cambios manual de seis velocidades, cuyos recorridos largos y tacto más bien esponjoso deslucen un poco las sensaciones pese a que las marchas están bien escalonadas.
Conclusión
Fue en el año 1982 cuando la factoría de Zaragoza comenzó a producir al Corsa, un vehículo urbano al que, pese a sus orígenes alemanes, rápidamente se le cogió especial cariño en su tierra natal. En la actualidad la sexta generación llega con claras influencias francesas por parte del Grupo PSA, algo que ha permitido que el compacto de la firma del rayo goce de una mayor tecnología y de un diseño más vivo pese a mantearse fiel a su filosofía.
Esto se ve complementado por la capacidad de servir tanto para afrontar el mundo urbano como la autopista, terreno en el que se defenderá dignamente. Teniendo en cuenta un precio de partida de 12.186 euros, el Opel Corsa se convierte en una opción bastante atractiva frente a sus compatriotas germanos de la competencia, los cuales superan con creces dicha cifra.
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