Prueba Mazda6 Wagon 2.5 Skyactiv-G 192 CV: De Vaduz a Salzburgo

Se acerca el ecuador de la ruta que estamos realizado con el Mazda6 Wagon por Europa, ruta que empezamos oficialmente desde Ginebra (Suiza) y que acabaremos en Viena (Austria) aunque si le sumamos los kilómetros recorridos para movernos hasta el punto de inicio de la ruta y la vuelta a casa, en total se han recorrido casi 7.000 km, todos ellos recorridos con un prestacional y sorprendente motor gasolina 2.5 Skyactiv-G con 192 CV bajo el capó.

Hoy la ruta cambia de país y desde Liechtenstein nos vamos en apenas minutos a Austria, pasando por ciudades como Feldkirch, Innsbruck o Hall in Tirol hasta llegar a Salzburgo nuestro fin de etapa. Con el depósito algo justo de combustible, arrancamos dirección Austria.

Día 4 – Vaduz > Salzburgo

Con los primeros rayos de sol del día salimos desde Vaduz rumbo a Feldkirch, el primer pueblo austriaco pegado a la frontera con Liechtenstein. Una de las primeras cosas que tenemos programadas para hacer en Austria es llenar el depósito de combustible, porque el precio de los carburantes en Austria es muy bajo (más que España y obviamente más que en Suiza o Liechtenstein) conseguimos repostar gasolina 95 a sólo 1,12 €/litro, y nos sorprendió que aún se distribuye la gasolina de 91 octanos. Feldkirch no es un pueblo demasiado grande, lo más destacable para visitar es su centro y sus torres a orillas del río, eso sí, aparcar en un parking es un capricho casi, ya que el precio por hora ronda los dos euros. Por último, antes de dejar la ciudad tenemos que adquirir la viñeta necesaria para circular por las autovías, a diferencia de Suiza, aquí se puede adquirir por periodos de días, meses o año, comprando una para 10 días nos cuesta 8,90 euros.

Gasolinera austriaca con gasolina de 91, 95 y 98 octanos

Con los deberes hechos salimos de Feldkirch en dirección Innsbruck, la primera parte de la autovía está regulada a sólo 100 km/h, siendo una vía estrecha y complicada con un elevado nivel de tráfico, nos llama la atención una serie de paneles en toda la autovía que nos recuerdan que en caso de emergencia, hay que echarse a los lados y dejar en el centro de la calzada un corredor de seguridad, es algo que está regulado desde 2012.

Arlberpass

Un tramo de la ruta discurre por un puerto de montaña, el Arlberpass (1.793 m) con una espectacular carretera llena de nieve y unas vistas que sólo tienen un color: el blanco de la nieve. La capa de la nieve es tan alta, que en algunos tramos supera la altura del coche.

Dejamos atrás la montaña austriaca y tras una hora de recorrido por una autovía en pleno valle llegamos a Innsbruck. La capital de los Alpes -según se autodenomina- porque en sólo 20 minutos desde el centro se puede estar a más de 2.000 metros de altitud en plena montaña alpina (y dicho sea de paso, a media hora de Italia). Además de las montañas próximas, el centro de la ciudad tiene algunos lugares interesantes para ver o visitar, desde el conocido «Tejadillo de Oro» obra del Emperador Maximiliano I o el Castillo Ambras situado en las afueras de la ciudad. Innsbruck al ser una ciudad pequeña, se puede visitar en poco tiempo (horas) aunque dependiendo de la época del año hay curiosidades que ver, como los mercadillos de navidad o pascua, o en invierno los diferentes pueblos de montaña que rodean a la ciudad. Además como casi todas las ciudades austriacas, también dispone de torre que data del año 1420 y tiene una altura de 50 metros.

Tejadillo de Oro en Innsbruck

Desde Innsbruck continuamos ruta en dirección Hall in Tirol, un pequeño pueblo al lado del rio y a poco más de 10 km de Innsbruck. Tiene una parte antigua muy bien conservada e históricamente el pueblo se ha ligado a la extracción de sal. Un lugar interesante es la Torre de la Moneda del Castillo Hasegg, donde cuentan la historia de la acuñación de las primeras monedas de plata.

Hall in Tirol

La última parte de la ruta nos obliga a pasar a Alemania, puesto que es la forma más directa y rápida de llegar a Salzburgo, están totalmente integradas las carreteras austriacas y alemanas, con lo cual es rápido el recorrido e incluso en Alemania hay tramos de Autobahn sin límite de velocidad. Siempre que hablo de las Autobahn, recuerdo lo mismo, no vale sólo con poder correr todo lo que uno quiera, desde su trazado o peraltado, hasta la forma de conducción de los alemanes (muy respetuosa) hacen que sea posible circular a más de 200 km/h de forma razonablemente segura. Con la llegada a Salzburgo ponemos el punto y final a la etapa de hoy por tierras austriacas, en la siguiente etapa recorreremos Salzburgo y en dirección Viena veremos en profundidad algún que otro pueblo con encanto.

Impresiones de conducción

Autobahn y motor gasolina 2.5 atmosférico son sinónimo de diversión, por fin hemos tenido la ocasión de probar todo el potencial que nos ofrece el propulsor de nuestro Mazda6 Wagon con sus 192 CV alimentados por gasolina. Pero vayamos por partes, lo primero que nos ha llamado la atención es el consumo, las características de la vía (esa especie de autovía donde no se podía pasar de 100 km/h en pleno valle) ha hecho que consigamos el récord al consumo medio con una cifra de 6,3 litros a los 100 km durante más de 140 km.

La congestión del tráfico también nos ha servido para conocer parte del equipamiento del Mazda6, puesto que el sistema de navegación (aventurero y con una cartografía demasiado completa, a juzgar por la ocurrencia de atajos usando caminos) dispone del estado del tráfico, marcando en diferentes colores las carreteras según la saturación y siendo útil para prevenir puntos concretos de atasco mediante rutas que el propio navegador sugiere. Lo hemos probado en varias ocasiones y consigue evitar que entremos de lleno en el típico atasco en mitad de la autovía por un accidente o cualquier otro imprevisto, buscando alternativas posibles. Eso sí, insisto que se ve limitado por el excesivo optimismo buscando alternativas que considera perfectamente transitables y en la práctica no pasa un coche por otro en dicho camino.

Entre el gran elenco de sistemas de seguridad que tiene el Mazda6, hay uno que es muy útil en autovía, se trata del aviso del ángulo muerto del retrovisor, que nos indica a la hora de realizar un cambio de carril -a más de 60 km/h- si viene un coche que no vemos en el ángulo muerto, es útil con mucho tráfico en autovía y además de avisar con un testigo luminoso también lo hace acústicamente.

Volviendo a la Autobahn, al final del día y de camino a Salzburgo, pudimos comprobar la respuesta del propulsor en la famosa autovía alemana donde existen tramos que no tienen límite de velocidad. Además de una buena insonorización interior, el Mazda6 Wagon con el motor 2.5 Skyactiv-G con 192 CV destaca por la entrega progresiva de potencia, hasta tal punto que no ofrece todo su potencial de forma inmediata como un propulsor turbo, pero a cambio podemos subir de vueltas sin miedo, notando como el sonido cambia (sacándonos una sonrisa) y por encima de 4.500 r.p.m. el Mazda6 empuja enfurecido hasta sobrepasar las 6.000 vueltas. Además al pulsar el botón sport de la caja de cambios, el coche responde de forma más rápida a las órdenes del acelerador y la caja de cambios sube por encima de las 3.000 r.p.m. para ofrecer toda la fuerza disponible.

Sin duda este aspecto es digno de probar, porque hoy en día con la llegada de los motores turbo (incluso en gasolina) quedan pocos coches con los que poder disfrutar del motor, ya sea circulando a bajas vueltas y con extremada suavidad o subirlo de revoluciones y notar como aumenta drásticamente la capacidad de aceleración, apareciendo un sonido de corte deportivo que engancha. A más de 200 km/h el Mazda6 Wagon se mantiene estable y predecible, sin tener nada que envidiar a las grandes berlinas alemanas que nos acompañan circulando en el carril izquierdo de la Autobahn.

El consumo medio durante la ruta (Autobahn incluida) ha sido de 6,8 litros a los 100 km, consolidando la tendencia de consumo de los días anteriores.

Fotos | Equipo de pruebas