Prueba y opinión: Kia Niro HEV, un SUV híbrido de lo más equilibrado

“Y si además fuera más bonito…” Vale, quizás no sea la frase que esperabas para empezar una prueba de un coche como el Kia Niro HEV. O a lo mejor sí. El caso es que no es una frase mía, es la opinión de muchos que se han interesado por el coche en los días que hemos compartido con él. Y es que el diseño sigue siendo hoy en día uno de los principales argumentos de compra, por encima incluso de aspectos prácticos, funcionales o que afectan directamente al bolsillo.

Ahí está, sin ir más lejos, el éxito del Toyota C-HR, uno de los SUV -o crossover- con sistema de propulsión híbrido, rival directo del Kia Niro. Un coche rompedor estéticamente, aunque he de reconocer aquí que yo era de los que pensaban que su diseño tan vanguardista iba a tener un mal envejecer. Pero ahí sigue, dando guerra y siempre entre los más vendidos de su categoría. Y sin embargo, aunque sea adelantar acontecimientos, si los comparásemos punto por punto,  se me ocurren muy pocos en los que el C-HR supere al Kia Niro.

No, realmente no suelo meterme en berenjenales hablando de diseño. Pero en este caso tengo que decir que, si eres de los que como a mí, tampoco te entusiasma la estética del Niro, no por ello dejes de probarlo. Tiene tantas cosas buenas que enseguida acabarás mirándolo con otros ojos. Eso sí, yo no me lo compraría con el montante trasero en color de contraste, como el de nuestra unidad de pruebas…

Precios y equipamiento del Kia Niro HEV

Y para entrar realmente en materia, empecemos con las presentaciones. Estamos ante la segunda generación del SUV compacto de Kia, que con 4,42 metros de longitud, 1,83 metros de anchura y 1,55 metros de altura se coloca en la gama por debajo del Sportage.

Entre sus posibles alternativas tenemos coches como los Hyundai Kona Híbrido (su “primo-hermano”, con el que comparte plataforma y mecánica), el nuevo Toyota Corolla Cross  y el mencionado Toyota C-HR o el Honda HR-V.  Y si abrimos los criterios de búsqueda para no reducirlo a coches híbridos, la oferta es enorme. Muchos de ellos incluso también con etiqueta ECO, gracias a la hibridación ligera.

En el caso del Niro HEV, hay tres versiones de acabado. Los precios recomendados en el configurador de la marca, con todas las ofertas promocionales incluidas, son los siguientes:

• Kia Niro HEV Concept: 28.300 euros
• Kia Niro HEV Drive: 31.994 euros
• Kia Niro HEV Emotion: 34.494 euros

Con la diferencia de precio que hay entre el Concept y el Drive, y puesto que los equipamientos son cerrados y no puedes elegir un acabado base y completarlo con opciones, merece la pena detenerse un poco en el equipamiento. Porque la versión de acceso ya viene bien equipada de serie, con climatizador, asistente de luces, sensores de luz y de aparcamiento, frenada de emergencia con reconocimiento de peatones, cámara trasera, sistema de mantenimiento de carril, equipo multimedia con pantalla de 8 pulgadas compatible con Apple Car Play y Android Auto y asistente de prevención de colisión en salida de aparcamiento.

El acabado Drive es el más equilibrado. Sí, son 3.500 euros más, pero suma, entre otras cosas, el reconocimiento de límites de velocidad, los retrovisores plegables eléctricamente, sensor de lluvia, sistema de detección de presencia en el ángulo muerto, alerta de tráfico trasero, cargador inalámbrico para el móvil, navegador Kia Connect con pantalla de 10,2 pulgadas, faros LED, sensores de parking y asistente de salida segura del vehículo.

Para los Emotion, que son las versiones más lujosas, las llantas son de 18 pulgadas con neumáticos 225/45, y lleva asientos delanteros eléctricos y calefactables, volante calefactable, portón trasero manos libres, pedalier de aluminio, sistema de estacionamiento remoto con llave y detalles decorativos cromados.

Aunque solo sea a modo de apunte, conviene saber que la gama Kia Niro también cuenta con una versión PHEV híbrida enchufable y con el Kia e-Niro de propulsión eléctrica, ambos con etiqueta CERO de la DGT. Aquí no hay mucho lugar a la duda, pues el PHEV cuesta casi 10.000 euros más a igualdad de acabado. Si acaso, podría haberla entre el Niro PHEV y el e-Niro. Pero eso es otra historia.

El Kia Niro HEV por dentro: mucho espacio, gran confort

El Niro sigue siendo fiel a la filosofía de la primera generación de este modelo: función antes que forma. Y se nota no solo en su silueta, también al acceder al interior. Es un coche realmente amplio para su tamaño, de los mejores de su categoría si tienes que utilizar con frecuencia las plazas traseras, donde sus ocupantes cuentan con salidas de ventilación, tomas USB y posibilidad incluso de asientos calefactables.

Aquí no solo sobresale en altura y espacio para las piernas, sino que es posible reclinar ligeramente los respaldos para ir más cómodos. También es un coche muy práctico a la hora de instalar y hacer uso de sillas infantiles. Y va bien servido en cuanto a espacio para el equipaje, con un maletero de 450 litros que coloca al Niro en la parte media de la tabla frente a los SUV de su tamaño

Bajo el piso, que se puede colocar a dos alturas, encontramos un espacio con una bandeja de poliexpán en la que se aloja el gato y el kit antipinchazos, y queda hueco para llevar los triángulos de emergencia. Lo que menos me gusta aquí es el aspecto un tanto pobre de la toldilla para ocultar el equipaje, que recuerda a un parasol; me quedo antes con los sistemas de cortinilla enrrollable, como el que tenía el anterior Niro.

Esta sensación de “retroceso” también se nota en algunos materiales del habitáculo, con mayor presencia de plásticos duros en algunas zonas y con el abuso del acabado negro brillante -al menos en esta versión más equipada-, que está más tiempo sucio -atrae el polvo y las huellas como un imán las limaduras de hierro- que brillante. Pero son detalles que no empañan la buena sensación general que transmite el Niro al ponerse a los mandos.

La instrumentación digital de 10,2 pulgadas se ve de maravilla. No tiene muchas posibilidades de personalización, más allá del cambio de color en función del programa de conducción y del menú seleccionado en el display que se muestra entre los dos relojes analógicos, pero tampoco se echan en falta. Y la pantalla táctil del sistema multimedia, de 10,5 pulgadas en esta versión, ofrece un manejo muy fluido e intuitivo.

Para no dejar todo al control a la pantalla, Kia recurre en el Niro a la solución ya utilizada en el EV6 y el Sportage: un pequeño panel táctil que sirven para controlar el climatizador o el sistema multimedia, alternando entre ambos a golpe de botón. Simplifica el número de mandos, pero al final obliga a prestar más atención que unos botones clásicos. Si vas en “modo clima”, por ejemplo, para cambiar el volumen o la emisora primero tendrás que cambiar a “modo multimedia” si no quieres que lo que se modifique sea la temperatura… y viceversa.

Al volante del Kia Niro HEV

Una vez en marcha, cuando lo usas a diario, enseguida empiezas a valorar lo bien que va el Niro y lo práctico que resulta. Y su sistema de propulsión tiene mucho que decir en este sentido.

Combina un motor de gasolina atomsférico de 1,6 litros y 105 CV con un motor eléctrico de 44 CV -la potencia máxima de sistema es de 140 CV- que puede mover por sí solo el vehículo a baja velocidad durante los pocos kilómetros que permite la energía que puede almacenar en su pequeña batería, de apenas 1,32 kWh, recargable durante la marcha en las fases de deceleración y frenada. Una característica distintiva frente a otros híbridos como los de Toyota o Renault es su transmisión, que aquí es mediante una caja de cambios de doble embrague como la que podemos encontrar en modelos no híbridos.

Con las levas del volante puedes cambiar de marcha manualmente si has seleccionado previamente el modo de conducción Sport en el botón situado en la consola central, en el que se nota claramente la aportación del motor eléctrico con una respuesta mucho más contundente al acelerador. En modo Eco el cambio solo funciona en modo automático y las levas sirven para alternar entre tres niveles fijos de intensidad del sistema de recuperación de energía o para seleccionar un modo Auto (basta con mantener presionada un par de segundos la leva izquierda) que funciona realmente bien, teniendo en cuenta incluso la distancia con los coches que circulan delante.

La conducción, por lo tanto, no puede ser más sencilla. Como también lo es conseguir consumos muy bajos, sobre todo en ciudad, donde podrás cerrar recorridos con medias en el ordenador de a bordo de 5 l/100 km a poco que te lo propongas. De media, utilizando el Niro HEV en todo tipo de situaciones, incluyendo autopista y carretera de montaña, la media acumulada se quedó en 6,7 l/100 km, que es una cifra muy buena.

En cuanto al comportamiento dinámico, el Niro ha mejorado en confort de bacheo y acústico, ofreciendo en general un tacto de coche superior. La carrocería no se mueve en exceso a pesar de que la amortiguación tiene un tarado blando para filtrar bien los baches, la dirección transmite aplomo y seguridad y los frenos cumplen bien su cometido. Y si fuerzas un poco comprobarás que las ayudas electrónicas intervienen cuando tienen que hacerlo sin resultar demasiado intrusivas, algo a lo que particularmente doy mucho valor.

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