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Prueba especial Honda CR-Z, Auxerre > Frankfurt (Día III)
Llegamos al final de la ruta con el Honda CR-Z, vehículo que decidimos probar detenidamente, y gracias a la colaboración de Honda España, en una prueba especial desde Madrid hasta Frankfurt. Dicha prueba la dividimos en tres etapas y al mismo tiempo hicimos turismo pasando por lugares interesantes y viendo alguna que otra curiosidad. La […]
Llegamos al final de la ruta con el Honda CR-Z, vehículo que decidimos probar detenidamente, y gracias a la colaboración de Honda España, en una prueba especial desde Madrid hasta Frankfurt. Dicha prueba la dividimos en tres etapas y al mismo tiempo hicimos turismo pasando por lugares interesantes y viendo alguna que otra curiosidad.
La primera etapa fue de Madrid hasta Bordeaux, la segunda hasta Auxerre y ahora nos toca finalizar con esta tercera desde Auxerre hasta Frankfurt, pasando por Luxemburgo. En cuanto al CR-Z nos ha sorprendido en materia de consumos y comportamiento, siendo un vehículo muy interesante.
Día 3 – Auxerre > Frankfurt (695 km)
Por la mañana temprano salimos de Auxerre destino a Luxemburgo, no es una ciudad que nos quede muy en ruta pero siempre merece la pena desviarse a conocer este pequeño país y visitar su capital, algo que no nos llevará demasiado tiempo.
Volviendo a la ruta, grandes extensiones de campos y vacas, será el paisaje que más veremos en los próximos 200km. El paisaje es muy rural pero sobretodo transmite tranquilidad y relajación, de vez en cuando nos seguimos cruzando con pequeños pueblecitos franceses que gozan de bastante encanto.
Y como curiosidad, en Francia hacen todo lo posible para que antes de entrar en un pueblo reduzcas la velocidad, y un método bastante efectivo y curioso es habilitar plazas de aparcamiento en el propio carril, lo que nos obliga a reducir la velocidad por el estrechamiento de la calzada.
Es una práctica bastante extendida en los pueblos franceses, al igual que los badenes cuadrados que se sitúan de tal manera que es imposible no cogerlos con el coche. Es un baden cuadrado en mitad del carril, pero lo suficientemente ancho como para que tengamos que frenar porque siempre lo cogemos con el coche.
Siguiendo el recorrido llegamos a Luxemburgo, capital del país del mismo nombre, y lo primero que nos llama la atención es el precio de combustible. La gasolina de 95 octanos estaba a 1,33 €/litro y el diesel a 1,17 €/litro. De todos los países en los que hemos estado (España, Francia, Suiza, Italia, Portugal y Alemania) es el país con la gasolina más barata.
La ciudad de Luxemburgo no es muy grande, pero cuenta con una gran belleza tanto por su actividad, como por su arquitectura, además de estar rodeada de zonas verdes y árboles. Como curiosidad, todos los taxis eran Mercedes Clase E, desconocemos el motivo pero era imposible encontrarte otro modelo en la ciudad.
Eso sí, el tráfico es algo caótico, así que lo más recomendable es aparcar y visitarla andando, nos llevará poco tiempo y ganamos en tranquilidad.
Dejamos atrás Luxemburgo y avanzamos hasta Alemania, todo ello por autovía sin tener que pagar ningún peaje, y poco después un cartel nos indica que estamos en Alemania, al mismo tiempo que nos adelanta un Audi A4 Avant (los hay en todas partes) a una velocidad superior a los 160 km/h (y tirando por lo bajo).
Las Autobahn son las famosas autopistas alemanas que no tienen peaje y en las cuales hay zonas en las que no existe límite de velocidad, es decir, no es toda la autopista así, solo que en ciertas zonas no hay límite.
Normalmente está recomendado circular a los 130 km/h, y es bastante habitual encontrarse con zonas donde sí está limitada la velocidad a 130 km/h, 120 km/h o incluso 100 km/h. Suelen contar con dos carriles de un ancho ligeramente mayor al que tenemos en nuestro país y el asfalto está bien cuidado, incluso hay veces que nos encontramos con tres carriles.
Pero la mayor diferencia la encontramos en el comportamiento de sus conductores, destaca la responsabilidad al volante, puesto que una vez que adelantan vuelven rápidamente al carril derecho, si estás adelantando y se acerca un vehículo mantiene la distancia de seguridad y no se pega a nosotros o nos da de luces de manera irracional, hay de todo, pero en general destaca el comportamiento cívico de los conductores.
Y en poco tiempo ya nos encontrábamos un cartel «Ausfahrt» (salida) y llegábamos a Frankfurt después de nuestro largo recorrido. Como curiosidad nos hemos fijado en los precios de la gasolina en Alemania (es casi una manía fijarnos en ellos) el precio es bastante elevado, puesto que la de 95 octanos ronda los 1,56 euros/litro.
Impresiones de conducción
Pocas veces tenemos oportunidad de probar de manera tan completa un coche, puesto que con el Honda CR-Z hemos recorrido, desde zonas urbanas y pueblos hasta la Autobahn alemana. Esto no ha dado para ver de manera más detenida cómo se comporta el coche.
Ya hablamos de su suspensión, del tarado bastante correcto y en general cómodo. Y ahora nos toca hablar del motor, con una respuesta contundente desde las 2500-3000 vueltas. En la Autobahn comprobamos que tiene fuerza más que suficiente para superar los 160 km/h de manera cómoda y con bastante estabilidad y seguridad, además la sensación de velocidad no es muy acusada.
La dirección se endurece en modo sport, pero en general cuenta con un tacto algo blando. Y en cuanto a los consumos, podemos hablar de 6,6 litros a una velocidad que rondaba los 140 km/h en Alemania, mientras que por las nacionales francesas con una conducción despreocupada rondamos los 6 litros a los 100 km circulando entre 90-100 km/h.
Durante la prueba hemos hablado del motor, respuesta, sistema híbrido, consumos…, pero ahora que ya llevamos varios días con el CR-Z nos toca hablar del interior, habitabilidad, acabados o calidades.
El diseño sin duda es futurista, pero una vez que nos hacemos con donde está cada mando, es cómodo puesto que tenemos todo a mano, incluido el climatizador.
En cuanto a las calidades interiores hay bastante plástico, pero en general el tacto es correcto a excepción de los plásticos de la parte inferior de las puertas que son bastante mejorables y más propios de un urbano de que un compacto. Pero frente a ese detalle, nos encontramos los asientos de piel microperforados (de serie en nuestro nivel de acabado) que son de una calidad sobresaliente y al ser microperforados se agradece en días de calor puesto que no nos abrasamos en el coche.
Las plazas delanteras disponen de bastante espacio, una buena sujeción lateral y la única pega que le podemos poner es la postura de conducción algo baja. Pero donde el espacio es inferior es en las traseras, que ni siquiera disponen de reposacabezas, y es recomendable usarlas de manera excepcional o con niños de pequeña estatura, porque un adulto entra de manera compleja y apenas tiene sitio.
Valoración General
Nos ha parecido un coche sorprendente, tenía una imagen diferente de él y con el paso del tiempo me ha ido gustando, porque pese a ser gasolina y disponer de 124 CV, nos ofrece el consumo equivalente a un modelo diesel, además puede llegar a ser divertido en carretera y goza de bastante agilidad.
Las mayores pegas las hemos encontrado en algunos acabados, el depósito de combustible demasiado pequeño y el espacio de las plazas traseras, pero por lo demás es un coche interesante, diferente y que viene bastante bien equipado donde sólo falta el navegador, puesto que todo lo demás viene de serie en este acabado (xenón, cuero, climatizador, arranque por botón pero con llave…).
>>Modelo probado: Honda CR-Z GT Plus 25.900 euros, pero está disponible desde los 16.954 euros (descuento promocional incluido).
Fotos | Equipo de pruebas
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