Prueba: DFSK F5, el SUV Coupé que quiere democratizar un concepto premium
Probamos el DFSK F5, un todocamino de planta estilosa cuyo objetivo es dar el acceso a los SUV coupés a precios generalistas a pesar de su inspiración premium
El objetivo de DFSK en España es claro: hacer que sus clientes compren un producto de moda que se ajuste a sus necesidades y no uno de otro constructor por el mero hecho portar un emblema de marca. Con un catálogo que incluye ahora 3 vehículos, todos SUV y la futura inclusión de otro en 2021, un automóvil eléctrico que aspirará a ser el EV del pueblo, ponernos a los mandos y hacer una breve prueba del DFSK F5 supone conducir todocamino que bebe de las fuentes de inspiración de los todocaminos de referencia europeos y trata de combinarlos en un mismo automóvil, tarea compleja y que, como demuestra el hacer bien una buena paella, no siempre contar con los mejores ingredientes aseguran un plato delicioso.
Hay que tener en cuenta que, en el papel de hipotético interesado en comprar un SUV coupé como es éste, debería dejar los prejuicios, y acercarme al todocamino chino como si de una hoja en blanco se tratara.
Entonces, solo así, se podrá entender si es un automóvil que se ajusta a lo que se busca. Y parece que, de entrada, la paella toma forma.
Análisis exterior del SUV coupé
Con unas dimensiones de 4.685 milímetros de largo, 1.865 de ancho, 1.645 de alto, su generoso ancho de vías, 2.790 mm, homologa 5 plazas.
Por fuera, el SUV se ve y es grande, sobre todo su silueta que se prolonga desde el pilar B y hasta el maletero donde, de manera muy discreta, cuatro letras y un número indican una marca y el nombre del modelo.
Por delante, la gran parrilla salpicada de destellos metálicos hace su función en cuanto a la única mecánica disponible (el motor de origen Mitsubishi 1.5 TGDI de gasolina que está literalmente, escondido en su vano motor) y estética, aportando, como todo en este vehículo, un toque de distinción.
Los faros, como los pilotos, cuentan con una inscripción definitoria: FULL LED TECHNOLOGY y es que en este coche todo va a ‘full’ porque, salvo el color de la carrocería y la extensión de garantía, todo lo que muestra se equipa de serie, es decir, no hay ni más ni menos opciones que elegir si el motor solo de gasolina o el adaptado a GLP porque, además mostrar un diseño a la última en cuanto al porte occidental, luce como uno de sus puntos fuertes, en su relación precio-calidad y practicidad, la etiqueta ECO de la DGT por poder recurrir al uso del gas alternado a voluntad con el de gasolina en el caso de la variante como DFSK F5 ECO.
Sea como fuere, seguimos nuestro recorrido hacia la cúpula del SUV que, con un gran cristal panorámico y un ascenso progresivo pero rotundo de su pilar A, culmina en una cima que, como buen todocamino con diseño inspirado en las carrocerías coupé, inicia su infinito descenso hacía la zaga. Discreto, sin demasiadas complicaciones, con unos paneles que se apoyan en una elevada cintura, la vista lateral solo confirma la primera vista 360 º inicial: es un vehículo muy grande.
Y, como suponía al inicio, si reflexionara si comprar el nuevo DFSK F5, en cuanto a su aspecto interior me quedaría con dos elementos: las llantas, que no las ruedas, y la fotografía frontal anterior.
Los representantes de la marca en España no niegan que sus diseñadores, sitos en Alemania y en Estados Unidos, han tomado como referencia diferentes coupés con aires de todoterreno de las marcas premium alemanas más conocidas pero, sinceramente, a mí este coche me recuerda al DS 7 que probamos y eso, en cuanto a diseño, no es nada malo, al revés.
Es decir, en conjunto, el diseño de este todocamino, si no enjuiciamos sus «similitudes con» presenta una cara contundente, un contorno de manual y una zaga de alta costura.
Habitabilidad del DFSK F5
Y, si hay algo importante a la hora de probar un DFSK F5 es adentrarse en su habitáculo.
Sé que el lector más crítico y, sobre todo, clasista puede que le chirríen los dientes al leer la siguiente afirmación: este coche, por dentro, me recuerda al Maserati Levante. Pero, antes de poner el grito en el cielo, me explico.
El DFSK F5 no se parece en absoluto a ninguno de los interiores de los SUV germanos de los que dicen basarse, podrá contar con un diseño similar a en las salidas de aire, el volante, la consola central… pero no es ni una réplica ni pretende serlo.
Toma lo mejor de cada casa y trata de insertarlo en un conjunto con personalidad propia en el que destaca por sus aires elitistas, lo mismo que el Maserati Levante, salvando las distancias con que el habitáculo del SUV italiano, habida cuenta de contar con unos materiales realmente elitistas, goza de un diseño que solo desde Italia se puede jugar a utilizar un color tan estridente como la que bañaba el habitáculo del Maserati Levante GTS que tuve el enorme placer de conducir y que, es entonces, cuando me recuerda esta propuesta ‘low-cost’ china de todocamino coupé al de la firma del tridente.
Teniendo en cuenta el precio del DFSK F5, sobre todo de su variante estándar, la que no cuenta con el kit de GLP, el interior es realmente acogedor y su halo desprende unos aires de calidad que, si bien es cierto que solo el paso del tiempo podrá juzgar su resistencia al uso y al devenir de sus rutinas, a priori, es realmente su mejor apuesta.
Las butacas delanteras, con ajuste eléctrico, son el sofá de casa que buscas para un buen libro en una noche de otoño a la luz de la chimenea, la plaza del copiloto, la que disfrutas en largos viajes sin interferir conversación con otro acompañante, solo disfrutando de la oxidación de las hojas caducas de los árboles y, sin duda, la banqueta trasera, el equivalente a los puestos de berlinas destinadas al transporte de ilustres personajes en las plazas posteriores ya que, gracias a la citada distancia entre ejes, para una persona de una altura como la mía, de 1,8 y una envergadura propia de la talla M, el espacio disponible, libre y practicable para dos ocupantes es absoluto, e, incluso se acierta suficiente para 3, cosa no siempre presente en SUV coupés centrados en la estética y no en la comodidad de quienes viajen detrás.
Es cierto que presenta adornos, elementos, incrustaciones que simulan desde fibra de carbono a materiales nobles como pudieran ser piezas metálicas cuyo acabado no es óptimo, pero, pensando en el precio del DFSK F5, se entiende y se justifica pero también se compensa con otras que sí aportan una presencia premium.
Finalmente, el maletero del DFSK F5 cubica 379 litros, esto se traduce en que, si bien no es demasiado alto, consecuencia directa de una generosa y angulosa inclinación de su arquitectura, es muy espacioso y la distancia desde la boca de acceso, que, de paso indicar, es alta respecto del suelo, hasta la línea de altura de carga máxima, el profunda.
Sin poder tener a mano un bulto de generoso volumen, me dispongo a imaginar durante la exposición y prueba del DFSK F5 que, en mi esquema mental, cabe mi maleta familiar y otra de cabina junto algún que otro bulto más. Cabe destacar que la variante con depósito de GLP de 68 litros, que anuncia una autonomía combinada de hasta más de 1.100 km, se ubica donde está la rueda de repuesto de la versión de gasolina 100 por 100 pero que el tanque adicional no resta espacio para el maletero a costa de sacrificar la rueda de recambio en favor de un kit de reparación de pinchazos.
Análisis de la conducción del DFSK F5
Pasada la descripción del habitáculo, este coche convence poco a poco: desde su análisis externo al interno, siempre con el PVP del DFSK F5 como referencia y con la comparativa en mente con sus posibles rivales generalistas europeos, toca ponerse al volante del mismo.
Mencionada la posición de conducción, con el ajuste a mi gusto, me llama la atención que, si bien en los SUV la altura a la que quedo es siempre elevada por más que clave la banqueta al piso del suelo, en este caso, por más que trate de pedirle al cojín que baje, con el máximo permitido, la sensación es que veo por encima de lo que suelo ver desde cualquier otro SUV, coupé o con carrocería de inspiración a todoterreno clásico y, en parte, se debe también a sus 20 cm de altura libre respecto del suelo.
El ajuste del volante es en altura y profundidad y el cuadro de instrumentación analógico, que equipa un sencillo ordenador de abordo que, al menos en la unidad conducida, solo permitía su lectura en chino o inglés, se inserta en un salpicadero que emula pieles nobles con dignidad y mucha más vistosidad.
El diseño del mismo es llamativo, dinámico y tecnológico gracias a la pantalla central de un también sencillo, por aplicaciones, sistema de información y entretenimiento que viene a coronar al que entre la principal y la palanca de cambios se sitúa otra con botonera táctil para el climatizador.
Las placas lacadas y en símil de fibra de carbono junto con una combinación de materiales de corte que emula a los más distinguidos, hacen sentirse en un coche de calidad superior al que realmente es ya que, vuelta a la realidad, por el precio del DFSK F5, el acabado es más que realmente at
Entonces, y en favor de este SUV chino, pasa lo que no es extraño que ocurra en todocaminos que aspiran a jugar en ligas mayores aunque no la batalla por la tarta entre las marcas premium no es su guerra.
Arrancado el propulsor de 137 caballos y 220 Nm, la motricidad a las dos ruedas muestra dos facetas.
De una parte y, a pesar de que es posible hacer que la transmisión CVT actúe algo más inmediata en circunstancias como salidas a vías rápidas o incorporaciones saliendo desde parado, el motor es perezoso, es conveniente aprender a usar el par motor para no darse un susto al entrar en un carril donde, bien sea en población, bien sea en carreteras con velocidades superiores a las urbanas, se juegue con la anticipación para buscar algo de inercia al echar a rodar.
Por otro lado, la comodidad del uso de dos pedales hace que, en población, tan solo haya que preocuparse por acelerar y frenar en cada momento, nada más.
El recorrido realizado en esta prueba del DFSK F5 incluyó vía urbana, autopista y una ruta por carretera de montaña.
Por este orden, este SUV coupé, gracias a su confort y habitabilidad, en población es un gran aliado en el ritmo disruptivo de cualquier localidad, peca en cuanto a los giros más cerrados en los que, según lo vivido, también por sus dimensiones, requiere una gran amplitud para poder dar la vuelta o bien maniobrar para cambiar de sentido.
En carretera rápida es cierto que no vendría mal un mayor aporte energético en momentos como adelantamientos o pendientes pero, en un trayecto de media o larga distancia su respuesta es equilibrada y, en carretera sinuosa presenta dos vertientes.
De una parte, gracias a su peso y dimensiones, se siente muy aplomado y largo, lo cual es una realidad que puede venir bien para el apoyo y la trazada pero también puede provocar inercias y correcciones incómodas cuando el ritmo se complica pero, está claro que, alguien que se acerca a comprar un DFSK F5 no lo hace para irse de tramo con él.
Valoración general del DFSK F5
Para concluir, vuelvo a incidir en que, quien se plantee la adquisición de un DFSK F5 debe hacerlo con la mente abierta, convencido de que le gusta lo que ve y no lo que quiere hacer ver con él, un coche que se puede disfrutar desde dentro y que, sin ser muy exigente con su mecánica, puede cumplir como otros SUV como pudiera ser, por parentesco forzado, con el Mitsubishi Eclipse Cross.
Un todocamino dirigido a un público que busca una relación entre precio, calidad y presencia coherente para el tipo de vehículo que se quiere, que ofrece una planta en boga, un interior que transmite mayor estatus de lo que cabe esperar, cuya mecánica penaliza por su naturaleza inherente y que, en conjunto, satisface su uso.
Entonces, atendiendo a que el precio del DFSK F5 Classic, el estándar, parte desde 26.495 euros y el ECO desde 28.345, ambas cuantías incluyen descuento de 2.500 euros por financiación, no tiene rival entre los SUV coupé con aires premium.
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